Europa sigue poniendo trabas a Google
Primero fue la condena del 1 de febrero por el tribunal de comercio de Paris, que condenó a Google a pagar 500.000 euros por daños y perjuicios a la empresa de cartografía francesa Bottin Cartographes, por distorsionar la competencia del mercado por los servicios gratuitos ofrecidos por Google Maps a empresas que permiten la integración de mapas en sus sitios webs, y le otorgan por tanto una posición dominante. Además de la cantidad mencionada, también tendrá que soportar la multinacional americana una multa de 15.000 euros.
A penas dos semanas después, el 17 de febrero, de nuevo los tribunales franceses condenaron a Google por violación de los derechos de autor al haber publicado ebooks sin haber pedido el permiso a los titulares de la propiedad intelectual de estos libros.
En esta ocasión la multinacional americana, deberá pagar 300.000 euros (430.000 $) por daños y perjuicios a la editorial La Martiniere-Le Seuil.
Oficina de Google en Zurich
También deberá pagar 10.000 euros por día hasta que elimine los párrafos de los libros franceses de su base de datos electrónica.
Alexandra Neri, abogada de Google, manifestó que la empresa piensa apelar la decisión.
El titular del sindicato de editores se manifestó "completamente satisfecho" con el fallo.
"Demuestra a Google que no es el rey del mundo y que no puede hacer todo lo que se le ocurra", afirmó Serge Eyrolles, presidente del sindicato. Agregó que Google escaneó 100.000 libros franceses en su base de datos, el 80% de los cuales poseen derechos de autor.
Eyrolles agregó que a los editores franceses les agradaría trabajar con Google para digitalizar sus libros, "pero solamente si dejan de jugar con nosotros y empiezan a respetar los derechos de propiedad intelectual".
No son los primeros problemas que tiene Google con la publicación de libros, en Zonaereader hemos comentado varias veces los problemas que tuvo en China Y no sólo en China, también en Europa y EE.UU. La Unión Europea ha tenido reacciones bastante contundentes pero descoordinadas, al final, como siempre, son los tribunales de los países los que están atajando el problema a través de los tribunales.
La iniciativa de Google de escanear millones de libros, para ponerlos a disposición en internet, sigue teniendo importantes dificultades, tanto en Europa como en EE.UU. en el que se está pendiente de la decisión de los Tribunales Federales.
Oficina de Google en Dublin
Hay un temor generalizado a que Google acapare el mercado de distribución de libros, como ya ha hecho con las búsquedas en internet, sin embargo Luis Collado, directivo de la multinacional americana en España, rechazó ese supuesto ánimo monopolístico, en una entrevista realizada por Zonaereader.
No creemos que el sistema de multas le haga mucho daño a Google, si todo se reduce a pagar 300.000 euros, posiblemente le salga más rentable pagarlos y seguir con su política, salvo que haya condena diaria importante si no retira los libros con derechos de autor.
Se da aquí la contradicción de que una gran empresa tiene los medios suficientes para por primera vez en la historia, poder almacenar y poner a disposición de todo el mundo, todo el fondo editorial que ha producido la humanidad, y además hacerlo de forma gratuita, salvo los libros más modernos con derechos de autor.
Sin embargo los Gobiernos recelan de esta iniciativa, presionados por los poderosos grupos editoriales, que están actualmente atrincherados en la posesión de los derechos de autor de sus fondos editoriales, incluso aunque sean libros “huérfanos” o descatalogados, y no se tenga pensada su reedición, prácticamente reliquias del pasado, que duermen el sueño de los justos en los anaqueles de las librerías, las bibliotecas o las editoriales, cuando no, se destruyen sin reciclarse por falta de capacidad de almacenaje.
Estos recelos pueden estar justificados desde el punto de vista de que es muy peligroso dejar en manos de una empresa privada, el fondo cultural de un país, de una nación, esta herencia colectiva, debería ser pública, debería estar en manos del estado, no de una multinacional, pero lo que tampoco es de recibo, es que los ciudadanos dejemos de poder beneficiarnos del acceso universal a toda la cultura que ha generado el hombre en su historia, desde cualquier ubicación geográfica, desde cualquier ordenador, de cualquier hogar del planeta.
Es evidente que la situación de monopolio, puede ser muy tentadora, y lo que hoy es gratis (teóricamente, porque ya sabemos que Google, obtiene sus ingresos, via publicidad) mañana, puede ser caro, si se controla el mercado.
Pero hay una forma de controlar esto, y esa forma es con el diálogo, que se establezcan unos mecanismos de control, y unas reglas del juego, que beneficien a los autores, o a sus herederos, que volverían a tener ingresos por obras que dejaron de publicarse, y también a los ciudadanos que tendrían acceso gratuito a libros que no van a encontrar en las librerías, y también, porque no, a las editoriales que tengan los derechos de autor, que también podrían ingresar beneficios por sus fondos editoriales desaprovechados en estos momentos.
Estas normas sólo las puede imponer el Estado hablando con todas las partes, y legislando adecuadamente, pero sobre todo, asesorándose por expertos en tecnología, del mundo editorial y de las TICs, pero claro, a lo mejor queremos hacer un cuento de Alicia en el país de las maravillas, en España, íbamos por buen pié, pero las cosas terminaron torciéndose
Tal vez, haciendo un seguidismo de la corriente imperante en aquel momento en Europa que acordó destinar más fondos a la digitalización de los fondos editoriales públicos. La digitalización de los fondos de la Biblioteca Nacional de España, la continuó la Fundación Telefónica porque la BNE no dispone de presupuesto ni de medios suficientes para hacerlo, y nos imaginamos que Movistar terminará dando acceso a esos fondos digitalizados.
Siempre dando la opción de que sea el estado el depositario final, o bien que disponga de los mismos fondos que digitalice Google, y que se impida el monopolio, ¿por qué no se puede llegar a un acuerdo con esta compañía, el estado y el resto de actores del mundo editorial, para que tengamos acceso universal a la literatura de todos los tiempos? Sin duda que eso beneficiaría a los ciudadanos.