La UE penaliza la edición digital con el IVA y mantiene el tipo superreducido para los libros de papel
Finalmente el gobierno ha decidido subir el IVA a los libros electrónicos que pasará del 18 al 21 por ciento, sin embargo, el precio de los libros en papel, seguirá disfrutando del tipo superreducido del 4%.
Con esta curiosa política, se fomenta la vieja industria del papel, y se penaliza la nueva digital, en alza en todos los países del mundo, incluido el nuestro, que con un parque de ereaders, que supera ampliamente el medio millón de aparatos, sigue su ascenso imparable.
Que las ediciones digitales, tanto de libros, como de periódicos y revistas, van a ir ganando peso, a costa de la disminución de las ediciones en papel, es algo que nadie duda ya, y que hemos tratado en repetidas ocasiones en esta página sólo el año pasado, la edición digital, aumentó un 55% respecto al año 2010, mientras que bajaba un 14% la edición de libros impresos. No nos parece inteligente esta medida, y si seguimos por este camino, de apoyar industrias contaminantes que van quedando obsoletas, con los años podríamos ver marchas de impresores y libreros a Madrid, porque el estado, finalmente ha cortado las subvenciones.
El problema es que si finalmente los editores, distribuidores y libreros, repercuten la subida a los consumidores, lo que se estará fomentando realmente es la piratería, ya hay alguna editorial digital como B de books que ha manifestado que no aplicará esta subida a los libros que distribuye.
Hay que tener en cuenta que esta medida, viene impuesta desde Bruselas, y que en este sentido la UE, se ha mostrado implacable, amonestando a Francia y Luxemburgo que habían bajado el tipo del IVA a los libros electrónicos.
No vemos bien que se penalice la cultura y el arte, a la hora de recaudar más, no sólo por cuestiones morales, sino también porque en el caso de la edición digital, se está penalizando el medio ambiente, que sufre la sobrexplotación del suelo por especies arbóreas de crecimiento rápido, que acidifican los terrenos y son grandes consumidores de agua, desequilibrando los ecosistemas locales.
Por otra parte, el sector de la edición digital, está generando puestos de trabajo nuevos, basados en las nuevas tecnologías, algo de lo que está muy necesitado este país.
Evidentemente las grandes editoriales como Planeta, no quieren abandonar sin garantías, el sistema productivo que alimenta sus cuentas de beneficios, desde hace años, y nos imaginamos que no protestarán este tipo de medidas, pero tendrán que empezar a plantearse lo que le ha pasado al mundo de la música y al cine, no pueden permitirse esos lujos, porque los escritores no pueden dar conciertos multitudinarios para suplir las pérdidas en ventas de CDs.