Se inaugura el CES 2014 lleno de nueva tecnología, pero sin muchas expectativas para la tinta electrónica.
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Se ha inaugurado el CES-2014 en Las Vegas y este año no parece que nos vaya a dar muchas sorpresas en el campo de los ereaders, o eso por lo menos creemos porque no hemos sido capaces de rastrear nada al respecto en internet.
Pero lo que sí parece que va a haber son pantallas con una resolución asombrosa que superan hasta en 4 veces al HD actual, muchas de ellas rompiendo la tradicional línea recta, ofreciendo una forma curvada y a un tamaño que nuestros padres o abuelos dirían que colosal.
También habrá —anótese la palabreja que la empezaremos a oír continuamente dentro de nada— “wearables” del inglés “llevar puesto un vestido o similar” pero en esta ocasión no hablamos de trajes, sino de todo tipo de artilugios que de alguna manera aumentan la capacidad natural sensitiva del humano común. Son productos que se pueden usar en la mano, la cabeza, las muñecas o cualquier otra parte del cuerpo. Hay desde rastreadores de aptitud para saber como va nuestro entrenamiento, hasta arneses que permiten visualizar los caminos en los juegos en otra perspectiva. También aparatos —la mayoría relojes— que llevaremos en la muñeca, en los que aquí si interviene la tinta electrónica, y serán inteligentes, lo llaman “La revolución de la muñeca”.
La domótica también tendrá un lugar destacado, nuestros hogares estarán totalmente automatizados y el nivel de desarrollo de esta rama de la informática, ha llegado al planteamiento de usar un lenguaje común para que todos los aparatos que regularán nuestra vida doméstica puedan hablar entre sí, es decir, que nuestra cafetera se entienda con el dispensador de café, y el frigorífico con la lavadora para no gastar más luz por ejemplo. Esperemos que los programadores sepan evitar situaciones incómodas de celos entre la secadora y la aspiradora para impedir catástrofes domésticas.
La robótica se desplegará en la Feria, aunque de momento con juguetes inteligentes que están destinados exclusivamente al juego o la educación. No faltaran los drones que levantan furor en los Estados Unidos, gracias a las fantasías de Jeff Bezos, directivo de Amazon, actualmente convaleciente de una reciente operación de riñon.
La tecnología de la salud también se expondrá en la Feria, todos los fanáticos de los aparatos, capaces de medir nuestras constantes: ritmo cardiaco, niveles de colesterol, azúcar, etc. hasta se llega a hablar de un pastillero inteligente.
Por último los automóviles también se exhibirán llenos de adelantos cibernéticos y automatismos que facilitaran considerablemente la conducción y aumentarán la seguridad de los vehículos.
Está claro que vamos hacia una especie de simbiosis entre el hombre y la máquina ¡El hombre ha muerto, viva el Ciborg! Me imagino un día cualquiera en la vida de nuestros nietos, en el que se levantarán y como la cafetera estará cabreada por falta de mantenimiento, le hará el café amargo a su dueño, que se lo tomará moviendo la cabeza expresando una negación fatalista mientras ve como el robot friegasuelos, y la aspiradora autopropulsada, han montado una fusta no medieval sino electrónica en medio del salón para decidir quién hace primero su tarea. Se abrirá la puerta y mientras se dirige por el pasillo hacia el ascensor irá visualizando la información de la temperatura para ese día y la zona concreta de su lugar de trabajo, y las tareas pendientes en el mismo, mientras se cruza con un vecino al que ni siquiera verá ensimismado en su mundo informatizado que ocupará la mayor parte de su percepción. Mientras se dirige al centro de la ciudad, se dedicará a leer el periódico, que se proyectará holográficamente en sus gafas “wearables” y continuará aislado del estupendo amanecer y de las nubes que dibujaran madejas algodonosas rosas y amarillas, sobre un cielo azul resplandeciente.
Casi prefiero que se olviden de nuestros simplones y queridos ereaders, sin colorines, con un chip de tres al cuarto, y con la única funcionalidad de permitirte leer en cualquier lugar, por mucho tiempo y sin que se te canse la vista.
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