He de confesar que, cuando la editorial se puso en contacto conmigo para presentarme este libro, nunca había oído hablar de su autor, Mariano Marín Rodríguez Rivas. No sabía que era un arquitecto de renombre, ganador de varios premios. Es un tipo de lectura que me gusta. Siempre he sentido interés por las autobiografías y biografías, conocer el pasado, revivir otras épocas a través de las palabras. En este libro nos habla de su infancia y primera juventud. Nacido en Gijón en 1926, nos habla de sus recuerdos de niñez en Asturias y Madrid. Rememora las vivencias familiares, la Guerra Civil desde el punto de vista de un niño, los recuerdos de la juventud… Todo contado con un estilo cercano, ameno, que invita a seguir leyendo. Es como si un amigo te explicase sus recuerdos, desde las anécdotas más insignificantes y personales, pero que son las que mejor reflejan el alma de la persona, hasta la influencia de los sucesos de la época en su vida. Es un libro muy corto que sabe a poco y que provoca en el lector la sensación de que termina bruscamente. Por lo que he leído, el autor está trabajando en una segunda parte. Me alegro y felicito al autor, que con 95 años, se haya embarcado en este viaje al pasado.
Opiniones
He de confesar que, cuando la editorial se puso en contacto conmigo para presentarme este libro, nunca había oído hablar de su autor, Mariano Marín Rodríguez Rivas. No sabía que era un arquitecto de renombre, ganador de varios premios. Es un tipo de lectura que me gusta. Siempre he sentido interés por las autobiografías y biografías, conocer el pasado, revivir otras épocas a través de las palabras. En este libro nos habla de su infancia y primera juventud. Nacido en Gijón en 1926, nos habla de sus recuerdos de niñez en Asturias y Madrid. Rememora las vivencias familiares, la Guerra Civil desde el punto de vista de un niño, los recuerdos de la juventud… Todo contado con un estilo cercano, ameno, que invita a seguir leyendo. Es como si un amigo te explicase sus recuerdos, desde las anécdotas más insignificantes y personales, pero que son las que mejor reflejan el alma de la persona, hasta la influencia de los sucesos de la época en su vida. Es un libro muy corto que sabe a poco y que provoca en el lector la sensación de que termina bruscamente. Por lo que he leído, el autor está trabajando en una segunda parte. Me alegro y felicito al autor, que con 95 años, se haya embarcado en este viaje al pasado.