El mundo esotérico no me era desconocido, así que pensé que podría aprender del rigor, la imaginación y el estilo de Eco... pero no fue lo que encontré. La lectura se me hacía cada vez más pesada y falta de interés. Diría que la erudición venció a la capacidad creadora de Eco, dejando un libro más bien árido y sin pulso.
No pude evitar la comparación con "El nombre de la rosa" (lo que siempre es un error) y quizá ello me privó de hacer algún descubrimiento estimulante en el Péndulo de Foucault.
Coincido contigo en lo árido de su lectura, sin embargo hubo un capítulo. (No recuerdo cual, hace muchos años que lo leí) que me pareció magnífico. Sólo por ese capítulo mereció la pena su lectura.
Era uno en el que abandonó el tedioso lenguaje intelectual y detallista de todo el libro y se internó por el mundo de la alegoría y la metáfora creando una prosa poética que me dejó impresionado. Las descripciones fueron estupendas.
Opiniones
El mundo esotérico no me era desconocido, así que pensé que podría aprender del rigor, la imaginación y el estilo de Eco... pero no fue lo que encontré. La lectura se me hacía cada vez más pesada y falta de interés. Diría que la erudición venció a la capacidad creadora de Eco, dejando un libro más bien árido y sin pulso.
No pude evitar la comparación con "El nombre de la rosa" (lo que siempre es un error) y quizá ello me privó de hacer algún descubrimiento estimulante en el Péndulo de Foucault.
Coincido contigo en lo árido de su lectura, sin embargo hubo un capítulo. (No recuerdo cual, hace muchos años que lo leí) que me pareció magnífico. Sólo por ese capítulo mereció la pena su lectura.
Era uno en el que abandonó el tedioso lenguaje intelectual y detallista de todo el libro y se internó por el mundo de la alegoría y la metáfora creando una prosa poética que me dejó impresionado. Las descripciones fueron estupendas.