El malogrado (Alfaguara Literaturas)

Hablar de esta novela de Thomas Bernhard es difícil, tanto, que incluso he llegado a plantearme varias veces si escribir algún comentario o no sobre ella. El motivo no era otro que mi incertidumbre acerca de si sería capaz de describir convenientemente algo tan complejo en su forma. Pero me he decidido a hacerlo porque para mí ha supuesto un antes y un después y me han podido las ganas de compartir esta sensación.
Ha sido el primer libro que he leído del autor. Lo conocía, pero nunca me había atrevido con él, tal vez porque presentía que el shock sería inevitable después de haber oído tanto sobre la transgresión de su obra...
El malogrado es un libro complejo, donde "lo extraño" llega al paroxismo, escrito de un modo perturbador donde las reiteraciones llegan al principio a resultar insoportables y terminan "hipnotizando" al lector, arrastrándole sin remisión hasta el subconsciente del narrador para quedar atrapado en él durante el resto de la obra. Nunca antes había leído ninguna novela escrita utilizando este recurso, símil a veces con la escritura automática y otras con la transcripción psicoanalítica de una mente erosionada por la frustración. Las primeras páginas del libro son desconcertantes, pero una vez que has acabado su lectura te das cuenta de que ese desconcierto se convierte en la más perfecta orquestación de la psique de un personaje. Toda una experiencia descubrir que una mente atormentada, reconocible a la postre e incluso familiar en cada uno de nosotros, es por sí sola capaz de expresar más que los propios actos del hombre que habita.
La historia se desarrolla en torno al personaje -real- del pianista Glen Gould, uno de mis preferidos (nadie ha conseguido interpretar como él las famosas VARIACIONES GOLDBERG de J.S.Bach), y que jamás hubiese imaginado en un contexto tan fascinante que fuese más allá de verle sentado en su famosa sillita que le acompañaba a todos los conciertos. Un libro maravilloso, fascinante. Y desolador.