Mi sentido de la vergüenza me impide decir por qué he leído Diario de una ninfómana. Sólo reseñar que no le he acabado, ha sido abandonado al 32% porque ni el estilo ni la ausencia de torridez daban para seguir leyendo. Respeto muchísimo a quienes les gusten estas novelas, pero no ha sido lo mío.
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En el género recuerdo con una agrado enorme El don prodigioso, de José María Páez Valgañon (humor-erótico de época) y en plan más duro Justine, de El marqués de Sade.
Opiniones
Mi sentido de la vergüenza me impide decir por qué he leído Diario de una ninfómana. Sólo reseñar que no le he acabado, ha sido abandonado al 32% porque ni el estilo ni la ausencia de torridez daban para seguir leyendo. Respeto muchísimo a quienes les gusten estas novelas, pero no ha sido lo mío.
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En el género recuerdo con una agrado enorme El don prodigioso, de José María Páez Valgañon (humor-erótico de época) y en plan más duro Justine, de El marqués de Sade.