Una trilogía que llega a leerte a ti y que llega a hablar de ti; que te cambia de mundo sin pedir permiso. Que te abandona, pierde y protege a la vez. Y todo ello lo consigue tanto por la narración como por su contenido. Cuando llegues a este tercer libro sabrás si has cambiado de alguna forma y si has podido regresar intacto.
Una vez leído, es muy probable que te acompañe para siempre.
Es el significado hecho libro. Y cualquier explicación será intransitable.
"Conclusión" de 1Q84. Entrecomillada por que hablar de conclusión con D. Haruki es bastante arriesgado, sus libros suelen ser bastante abiertos (aunque no por ello menos interesantes).
Me da la sensación de que los libros de Murakami son como correr una maratón, de las que él mismo corre. Empiezan lento, a ritmo suave, dando zancadas de calidad pero sin acelerar el ritmo; y poco a poco, sin que te des cuenta, va acelerando. Por ese ritmo, quizá haya quien no consiga terminar sus obras, al igual que las carreras de larga distancia.
Pero al final, cuando acelera el ritmo en los últimos capítulos, como al sprint, y llega a la meta, te das cuenta de lo que has logrado y de lo que has disfrutado en el camino, ya sea en la lectura o en la carrera.
Opiniones
Una trilogía que llega a leerte a ti y que llega a hablar de ti; que te cambia de mundo sin pedir permiso. Que te abandona, pierde y protege a la vez. Y todo ello lo consigue tanto por la narración como por su contenido. Cuando llegues a este tercer libro sabrás si has cambiado de alguna forma y si has podido regresar intacto.
Una vez leído, es muy probable que te acompañe para siempre.
Es el significado hecho libro. Y cualquier explicación será intransitable.
"Conclusión" de 1Q84. Entrecomillada por que hablar de conclusión con D. Haruki es bastante arriesgado, sus libros suelen ser bastante abiertos (aunque no por ello menos interesantes).
Me da la sensación de que los libros de Murakami son como correr una maratón, de las que él mismo corre. Empiezan lento, a ritmo suave, dando zancadas de calidad pero sin acelerar el ritmo; y poco a poco, sin que te des cuenta, va acelerando. Por ese ritmo, quizá haya quien no consiga terminar sus obras, al igual que las carreras de larga distancia.
Pero al final, cuando acelera el ritmo en los últimos capítulos, como al sprint, y llega a la meta, te das cuenta de lo que has logrado y de lo que has disfrutado en el camino, ya sea en la lectura o en la carrera.
Esperaba otro final, pero es un libro fantástico.