RELATO 24, LA CRÍA DEL HOMBRE Y LA CRÍA DE LA FOCA, CONCURSO LITERARIO DE RELATO CORTO SOBRE EL MEDIO AMBIENTE
Puede que sea una leyenda del cine, hay muchos mentideros generándolas, pero parece que Ingrid Bergman, lejos de las cámaras, prefiriera vestir los abrigos de piel del revés. Con el pelaje hacia dentro. No es una imagen “glamourosa” (con perdón) mostrar todas esas costuras, el forro y, si te descuidas, alguna etiqueta o un descosido. Pero, como funcionalidad, la excentricidad es perfecta: el aislamiento se debe, en su mayor parte, al aire atrapado entre el pelo del abrigo (cuando se usan plumas, más de lo mismo) y es mucho más efectivo si se forma una cámara con él.
“La cría del hombre y la cría de la foca” nos lleva a unos parajes realmente fríos para conocer el principio de una de las cadenas productivas más aberrantes desde el punto de vista ambiental. Y nos lo hace conocer como si tuviéramos que justificarla ante ojos inocentes y severos.
Feliz lectura