Muere Ana María Matute. Se ha perdido una hada.
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El pasado 25 de junio nos quedamos sin Ana María Matute, la niña de los cabellos blancos, como escribió su amiga y también escritora Ana María Moix.
Ana María Matute nació en Barcelona el 26 de julio de 1925 en el seno de una familia perteneciente a la pequeña burguesía catalana. El padre poseía una fábrica de paraguas.
Se cree que pudo ser su padre quien en cierta forma fomentó su imaginación e incitó su interés por la escritura, ya que al volver de sus viajes a Berlín o Londres le contaba a la pequeña historias fantásticas.
Su pasión por la escritura surgió a muy temprana edad, a los 5 años ya escribió su primer relato, ilustrado por ella misma, un año después de sufrir una grave infección de riñón. En esa época su salud era un poco delicada ya que con 8 años vuelve a pasar por otra grave enfermedad por lo que su familia la envió a Mansilla de la Sierra, Logroño, con sus abuelos.
Con 10 años escribió una revista, Shibyl, encargándose de nuevo de las ilustraciones. Su primera novela, Pequeño teatro la escribió con 17, aunque no se publicaría hasta 8 años después.
En 1949 escribió Luciérnagas y quedó semifinalista del Premio Nadal, pero la censura impidió su publicación.
Ana María Matute ha sido una escritora prolífica, a pesar de que estuvo 20 años sin escribir debido a una profunda depresión, y entre sus publicaciones se encuentran más de 25 relatos cortos y cuentos para niños, además de unos 15 libros entre literatura realista y fantástica.
Dos de sus obras más reconocidas podrían ser Olvidado Rey Gudú, publicado en 1996, justamente tras recuperarse de su depresión, Aranmanoth, 2000, y Pequeño Teatro (premio Planeta 1954).
En 1996 también fue elegida miembro de la Real Academia de la Lengua, ocupando el sillón K, y en el año 2010 se le otorgó el premio Cervantes.
Además de los comentados también obtuvo otras numerosas menciones y premios; y estuvo nominada al premio Nobel de Literatura.
De hecho la universidad de Boston tiene en su biblioteca un fondo llamado Ana María Matute Collection; y sus libros han sido traducidos a 23 idiomas.
No cabe duda de que la experiencia vital de cualquier escritor tiene que influir en su escritura y obra, y por lo que respecta a Ana María Matute en esta tuvieron que tener especial importancia los momentos de especial crudeza que vivió, como fueron la guerra civil y la separación de su primer marido, que debido a la sociedad machista y retrógrada imperante en la época provocó que durante años solo pudiese ver a su hijo los sábados, algo que le marcaría profunda y dolorosamente, y que dejó sus rastros en sus relatos.
Una gran pérdida para las letras españolas.
Fuentes:
El País
Escritoras.com
Blog el País.
Foto:
Tribunamagazine.net
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