MICROSOFT COOPERA EN LA REPRESIÓN DE ECOLOGISTAS EN RUSIA
Reproducimos a continuación un artículo publicado en el blog de un ex-eurodiputado de Los Verdes, en el que critica como se han utilizado los derechos de autor, contra un grupo ecologista ruso que trata de mantener libre de contaminación por las papeleras que están asentadas en sus orillas, la mayor extensión de agua dulce del planeta. En el artículo se habla del ACTA que ha levantado muchos recelos en la red y fuera de ella: declaración del Parlamento Europeo
PROPIEDAD INTELECTUAL AL SERVICIO DE LA CONTAMINACIÓN
Y CONTRA LOS DERECHOS HUMANOS
Ahora resulta que mediante la "policía del copyright" y con la ayuda de Microsoft se puede perseguir a los ecologistas. Utilizando la excusa de los derechos de autor del programa Microsoft Windows, los abogados de Bill Gates cooperan en la detención de los defensores del medio ambiente en Rusia y se convierten así en cómplices de la represión de los derechos humanos en un país que los pisotea. Esto constituye todo un ensayo práctico de un nuevo escenario de futuro donde se cumplen las peores pesadillas contra los derechos fundamentales y las luchas sociales mediante la aplicación global de los acuerdos de ACTA. Y todo con el nuevo "armamento" de los derechos privados de propiedad intelectual que en ACTA abogan por una estrecha colaboración entre la justicia, la policía y los grandes poseedores de derechos de propiedad intelectual como es Microsoft.
El Lago Baikal es el lago con más volumen de agua dulce en el mundo y según algunas estimaciones contiene el 20% de agua dulce del mundo. Desde los años sesenta existe junto al lago una industria papelera muy contaminante con unos impactos muy dañinos sobre este ecosistema tan singular y valioso, con más de 1600 espécies de flora y fauna endémicos. El movimiento ecologista ruso lleva más de 20 años luchando en contra de los vertidos de la fábrica papelera que destruye la vida en el lago Baikal. Sin embargo, hace unos meses el Presidente Putin avaló la re-apertura de la industria contaminante a pesar de las protestas del grupo ecologista Baikal Wave (Ola del Baikal).
A finales de enero de 2010 un grupo de policías vestidos de paisanos penetraron en la sede de la asociación ecologista en Irkutsk y se llevaron todos los ordenadores que contenían los ficheros que documentaban toda una generación de esfuerzos para proteger la naturaleza en Siberia. El pretexto utilizado era una denuncia por parte de la empresa Microsoft sobre los ecologistas porque utilizaban programas de software suyos sin licencia. Cada vez se hace más frecuente este tipo de acciones policiales "anti-piratería" dirigidas en contra de organizaciones ciudadanas con las excusa de una supuesta defensa de la propiedad intelectual. Huelga decir que solo se llevan a cabo en contra de los grupos que son críticos con el gobierno ruso.
Con este botón de muestra no resulta demasiado difícil el imaginar el peligro que supone la arbitraria aplicación de las leyes de la propiedad intelectual para los derechos humanos y las libertades ciudadanas básicas. En países como España ya lo vemos constantemente con las actuaciones nefastas de la SGAE, pero en países tan autoritarios y carentes de libertades ciudadanas de expresión como son Rusia o China, la "protección de los derechos de autor" tiene unas funciones policiales que alimentan daños colaterales añadidos al minar los derechos democráticos más fundamentales. Con la próxima aprobación de una serie de nuevas medidas draconianas en el acuerdo internacional de ACTA (Acuerdo de Comercio Anti-falsificación) se podría avanzar aún más en la represión de los derechos civiles. ACTA y los numerosos acuerdos de libre comercio, que incorporan duros capítulos de propiedad intelectual, no presagian nada bueno para el ejercicio de todo tipo de derechos ecológicos y sociales.
En este caso del Lago Baikal, la letal combinación del gigante empresarial Microsoft y un gobierno autoritario desarma y quita la palabra a los defensores del medio ambiente. Si no lo evitamos, el fundamentalismo del copyright arrasará con toda libertad y pensamiento creativo como ya se intenta con el agua dulce del Lago Baikal y las comunidades de seres vivos que lo habitan.
DAVID HAMMERSTEIN
TransAtlantic Consumer Dialogue