Los Tribunales rechazan por segunda vez el acuerdo de Google con los editores y autores americanos
"Aunque Estados Unidos cree que las partes han abordado este esfuerzo con buena fe y que el acuerdo enmendado se ciñe más, en sus cambios, a la propuesta inicial de pacto, el texto enmendado sufre de los mismos problemas nucleares que el acuerdo original: es un intento de emplear el mecanismo de una querella de acción popular para implementar acuerdos empresariales de largo plazo que van más allá de una disputa ante el tribunal que lleva este litigio", manifestó el Departamento de Justicia.

El proyecto de digitalización de Google, ha recibido fuertes críticas en la Unión Europea, por parte de la entonces Comisaria Europea para la Información Viviane Reding que declaró que los países europeos debían de adoptar una posición común para negociar con Google, la mismísima Angela Merkel en la Feria del Libro de Frankfort expresó sus críticas, e igualmente el presidente Francés Sarkozy presentó sus reparos a Google, en España igualmente la Biblioteca Nacional de España, se desdijo del acuerdo que había llegado con el buscador americano abandonando la colaboración para la digitalización de los fondos editoriales del organismo público español. Por otra parte el grupo de presión Open Book Alliance (Formado por Microsoft, Amazon, Internet Archive y grupos de expertos, consumidores y usuarios.) también generó toda una corriente de opinión en contra de la digitalización de Google, por último, también informábamos en ZonaEbook de las protestas de China en relación a los derechos de autor presuntamente violados por Google Books.
Toda esta oposición, y las instrucciones del Juez Denny Chin llevaron al buscador de internet a presentar una modificación al acuerdo inicial en el mes de noviembre, en el que se procuraba "externalizar" la comisión que decidiría sobre los libros huérfanos dotándola de mayor independencia e imparcialidad. Esta comisión se constituía como un fiduciario de los fondos que se obtuvieran de los libros cuyos titulares de derechos de autor, no hubieran ejercido su derecho a percibir una prestación económica por su venta en internet por Google, entre otras medidas encaminadas a atenuar el posible monopolio del popular buscador en internet, como por ejemplo, la renuncia a la exclusividad sobre los derechos de autor de las obras huérfanas o de propietarios desconocidos.
Además de estos recortes, los directivos de Google, decidieron circunscribir los resultados del posible acuerdo si era aprobado por los tribunales, al ámbito anglosajón, EE.UU. Canadá, Inglaterra y Australia, para ir ganando posiciones desde una situación más favorable, a la hora de negociar con Europa y China
Analizando el Texto legal del Departamento Federal de Justicia de la Ciudad de Nueva York lo primero que apreciamos es una fundamentación bastante extensa y un trabajo realizado a conciencia, el Juez ha hecho su trabajo. En el derecho anglosajón, predomina la jurisprudencia sobre los códigos legislativos, y por lo tanto, las referencias a sentencias anteriores a temas sobre los que se podría hacer una analogía son abundantes.
No obstante, tenemos que decir que hay aspectos importantes dentro de la fundamentación jurídica del texto legal, por ejemplo cuando cita una sentencia anterior en la que se especificaba que el Reglamento de Habilitación de la Ley instruye que las normas de procedimiento no menoscaben, amplíen o modifiquen ningún derecho sustantivo.
Esto viene a decir que no se puede alterar un derecho especificado en la ley, (en este caso, el derecho de autor) por un procedimiento (tal vez lo entenderíamos mejor si sustituimos formalismo por procedimiento). Esto es muy importante desde un punto de vista jurídico, ya que atiende al fondo del asunto eliminando el farragoso procedimiento del acuerdo que había logrado Google con una parte de los editores y autores para finalmente poder explotar millones de libros en internet sin que los propietarios de los derechos de autor tuvieran conocimiento sobre ello, ni hubieran expresado su voluntad al respecto.
Cuestión importante esta, en la que el poder judicial reclama su potestad para resolver los conflictos en el seno de la sociedad, un juez no se limita a ser un notario de lo que acuerden las partes que acudan a él, para refrendar jurídicamente lo que convengan, el tribunal debe también analizar y dictaminar si ese acuerdo entra dentro del ámbito de la ley, y en este caso parece que las leyes que velan por la libre competencia, son vulneradas, y así se expresa en el documento.
También se explica que la negociación con los fiduciarios al tener un carácter colectivo, perjudicaría a la competencia, ya que impediría a los autores negociar individualmente, condicionando su decisión.
No menos relevante es el párrafo donde se explica que el legalizar que Google haya digitalizado millones de libros, crearía el precedente para posibles competidores del buscador gigante de internet, que operarían de la misma manera, digitalizando los libros para provocar una posible demanda colectiva posterior, que contaría con el precedente positivo de una sentencia anterior a favor.
Por otra parte el Departamento de Justicia entiende que debido a la preponderancia de Google en internet en caso de una sentencia que estimara sus pretensiones, monopolizaría el mercado de venta de libros huérfanos de tal manera que no podría tener rivales en un futuro.
También reconoce el tribunal los esfuerzos realizados por las partes para acercar el acuerdo a las peticiones del Juez que conoce el caso, según comunica el ejecutivo de Google, Gabriel Stricker en un comunicado publicado por el New York Times, pero de momento, las perspectivas no parecen muy halagueñas para el buscador.
En el fondo del asunto, subyace una dialéctica entre lo público y lo privado. El buscador recibe básicamente críticas porque al ser una empresa privada con ánimo de lucro, existe el temor de que caiga en su poder todo el legado cultural de la humanidad, ya que a fin de cuentas la cultura está en los libros, no sólo en la mente de los hombres. Se supone que el estado, es el que debería asumir el papel de preservar y difundir los libros, los fondos editoriales, y para eso cada país tiene las Bibliotecas Nacionales públicas, se parte de la premisa de que el Estado va a velar por el bien común de todos los ciudadanos, sin buscar un beneficio económico propio, unos fines comerciales.
Por otra parte, también hay una dialéctica nacionalista, de alguna manera si la multinacional americana acapara los fondos editoriales de un país, este fenómeno es percibido como una especie de neocolonialismo cultural, basado en la superioridad tecnológica y económica.
Por último, no cabe duda que gran parte de la industria editorial tradicional, va a ser vapuleada a lo grande por la distribución a través de internet, si no tenían bastante los empresarios del sector con la irrupción de los lectores electrónicos, y la piratería informática, se añade a esto la espada de Damocles en forma de enorme monstruo con capacidad para devorar toda la distribución editorial a través de Google Edition con unos porcentajes bastante competitivos en relación al 5% del precio que se queda el autor en el libro impreso. ¿Que autor va a querer ceder sus derechos a una editorial tradicional, si puede hacerlo a Google, ganando mucho más dinero?.
Todo esto, está muy bien, pero no cabe duda de que lo que se debe de priorizar es el acercamiento de la cultura al ciudadano, cuanto más fácil sea acceder a la información, a las producciones literarias, más aumentará el nivel cultural de un país.
Ese es el centro de gravedad sobre el que debería girar el problema y las soluciones al mismo, los gobiernos deberían de cumplir con su función y regular el mercado pensando en los consumidores-lectores y en el sector editorial nacional, deberían por un lado impedir el monopolio de una empresa, pero por otro lado, buscar fórmulas que permitan el acceso a la cultura a través de internet de forma sencilla y costes mínimos, y propiciar una migración de la era analógica a la digitalenel mundo del libro.
Decir a donde hemos de ir, pero no decir como, es como no decir nada, así que aún a riesgo de meternos en camisa de once varas, diremos que como ya comentamos el 4-11 nos gustaba la posibilidad de que Google digitalizara los fondos de la Biblioteca Nacional de España, y que a cambio pudiera mostrar un fragmento de los libros digitalizados, teniendo que ir el usuario finalmente al servidor de la Biblioteca para poder leer la totalidad del libro.
Nos parece envidiable que la Justicia, esté buscando soluciones en Estados Unidos, al tema de los derechos de autor de los libros digitalizados por el buscador gigante de internet, aquí, ni la Justicia ni los políticos, parecen estar interesados en solucionar el problema. Por ejemplo, la famosa Comisión del Ministerio de Cultura, encargada de cerrar las páginas de descargas, también se podía encargar de velar por los intereses de los propietarios de los derechos de propiedad de las obras huérfanas en España, aunque para eso habría que establecer criterios de equidad, como por ejemplo que el 63% de los beneficios obtenidos por este concepto, se repartieran a los titulares con derecho a ello, una vez que se les pueda localizar, o manifiesten su voluntad, y que parte del dinero recaudado, se dedique a financiar la localización de los que no lo estén.
Respecto a la digitalización de fondos editoriales, se podrían establecer lineas de crédito blando a largo plazo, para que las editoriales fueran realizando esta tarea para poder poner a disposición de los lectores todos los libros existentes en formato impreso.
No parece que Google pueda acaparar el mercado editorial en los próximos años. Quien tiene los fondos son las editoriales, y eso lo saben perfectamente, hasta ahora no se habían animado a digitalizar los libros, parece que ya empiezan a realizarse posicionamientos en este sentido, como la alianza de Santillana con otras dos grandes editoriales para digitalizar parte de sus fondos.
Es lógico que el buscador americano, esté intentando adelantarse a los acontecimientos, porque sabe que de aqui a pocos años, poco va a poder hacer, ya que las editoriales tendrán sus libros en formato electrónico además del papel, con lo que Google no podrá competir con ellas, solamente podrá ofrecer libros sin derechos de autor, y si le dejan libros huérfanos.
Lo que está por ver, es como funciona la empresa americana en la captación de nuevos autores, y en otros sectores como la impresión bajo demanda, pero ahí ya se va a encontrar con competencia, no obstante pensamos que todavía hay margen para articular reglas que permitan la competencia y la supervivencia del mercado editorial, la solución la vamos a ver en los próximos años, no en los próximos meses, todavía hay tiempo, pero los profesionales del sector del libro, no se pueden dormir.
Actualmente el buscador ha escaneado ya más de site millones de obras. La siguiente vista sobre el caso está prevista para el próximo día 18.
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