Los libros digitales, son más ecológicos que los libros impresos

 

Seguimos recabando información sobre el verdadero impacto de los ereaders sobre el medio ambiente, al principio parecía que estaba claro,  que la “huella” ecológica de los ereaders, desaparecía y empezaba a ser positiva, a partir de un número determinado de lectura de libros, esto es evidente, porque fabricar un dispositivo electrónico, contamina más que facturar un libro de papel, pero como resulta que un libro digital, contamina muchísimo menos que uno de papel,  y aunque si tiene huella de carbono, esta, es mínima comparada con la elaboración de un libro impreso.

 

Eso se decía en un artículo del National Geographic de abril de este año,  según el cual, en EE.UU. se habían empleado 1.5 millones de toneladas métricas de madera, por las papeleras, y la producción de cada libro produjo cerca de 4,01 Kilogramos de dióxido de carbono. Según este estudio, se necesitan 14 ebooks para compensar las emisiones realizadas en la fabricación de un ereader, un lector que va a leer más de 10 libros al año debería plantearse comprar un ereader si quiere ser ecológico. A partir del primer año, el ahorro de emisiones de dióxido de carbono por cada lector de libros digitales, se cifra en 168 kilogramos.

 

Hay otros estudios  que no son tan optimistas con respecto al número de ebooks necesarios para compensar la huella de carbono, y suben el listón a 23 libros digitales, para anular las emisiones producidas en la fabricación de un ereader.

 

El New York Times, sin embargo y basándose en un estudio de CleanTech, concluyó una cifra también diferente, afirmando que la compra de tres libros electrónicos por mes, durante cuatro años produce aproximadamente 168 kilogramos de CO2 a través del ciclo de vida del Kindle, en comparación con los cerca de 1.074 kilogramos de CO2 producidas por el mismo número de libros impresos.

 

En un artículo de Softpedia  un libro puesto en la estantería ha producido cerca de 3,85 kilogramos de carbono, mientras que los iPads, producen solamente 0,0025 Kilos de emisiones, por hora de uso, cuestión que se puede comprobar en este enlace de Apple.

 

Siendo minuciosos, tenemos que tener en cuenta todos los aspectos que intervienen en el proceso productivo, y entonces vemos que de entrada,  la industria papelera planta bosques extensos que le suministren la materia prima necesaria para sus fábricas, sólo en España hay 430.000 hectáreas de bosques dedicadas a la explotación forestal para la celulosa, esto supone un sumidero importante de CO²  que  queda almacenado en los árboles, pero no nos engañemos, de ahí pasa a los libros, y finalmente si estos no se reciclan y se incineran, vuelve a la atmósfera, y lamentablemente, eso pasa más de lo que quisiéramos.

 

Por otra parte, el impacto de estas dos especies arbóreas sobre el terreno es bastante dañino, porque son de crecimiento rápido y acidifican el terreno.

 

La tala, el transporte y almacenamiento de los árboles, también produce emisiones, posteriormente la elaboración de la pasta de celulosa, supone una de las industrias más contaminantes para el medio ambiente, sobre todo de las aguas fluviales, a parte de producir también emisiones de carbono, el posterior transporte hacia las imprentas, también produce emisiones, y las tintas y su elaboración también contaminan, finalmente todo el circuito de transporte hasta, la distribuidora y de aquí a las librerías y demás puntos de venta, igualmente producen emisiones de carbono, que se ven incrementadas si el libro no se vende y se devuelve a la editorial, que tiene que almacenarlo, destruirlo o reciclarlo.

 

Sinceramente un libro impreso, no tiene nada que hacer contra un libro digital, en cuanto a la emisión de CO2 se refiere. No es que el segundo no contamine, todo depende de donde se extraiga la energía necesaria para leerlo, por ejemplo, un ereader equipado con una pequeña placa fotovoltaica sería bastante ecológico, el acto de visualizarlo, no implicaría un gasto de energía eléctrica procedente de energías fósiles, no habría más emisiones a la atmósfera que las producidas en su fabricación y posterior reciclado, o destrucción.

 

Creo que se puede aceptar pacíficamente que los dispositivos electrónicos, como sirven para leer y almacenar muchos libros, revistas o documentos, aunque contaminen igualmente al fabricarlos, el impacto total, es mucho menor.

 

Sea como fuere, el ascenso de los libros digitales es imparable, en 2010 tenían una cota del 8%, en 2011 del 15%, se espera que en 2012 esta cuota ronde el 20% y para 2025  se prevé que abarquen el 75% de las ventas de libros.

 

Australia, la India, el Reino Unido y los EE.UU. están a la vanguardia en la integración de los contenidos digitales, Brasil e India les siguen en crecimiento. 

 

El incremento de ventas no para de ascender y en algunos casos supera a las ediciones impresas, y esa tendencia se ha consolidado ya en el mercado como incuestionable.

 

Nosotros nos alegramos por el medio ambiente y la cultura.

 

 

 

 


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Obra colectiva del equipo de coordinación ZonaeReader

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