Las ventas de libros electrónicos se incrementan en España
Según un informe publicado por la Federación de Gremios de Editores de España, se vendieron en nuestro país libros electrónicos por un valor de 72,6 millones de euros, lo que supone unos 192.000 euros en ventas diarias, lo que representa un aumento del 3% con respecto al año anterior. Esta cifra, puede haber llegado en el año actual a 300.000 euros diarios, según fuentes fiables, consultadas por Zonaereader.
Con ser una cifra importante, solamente representó el 2,8% de la facturación total del sector, que ha disminuido sus ventas en una cifra cercana al 4%.
En el año 2011, el número de títulos digitales editados ascendió a
40.328, un 243,3% más que en el año 2010 (576,6% más con respecto a 2009).
Lo que confirma el ascenso imparable de la edición digital, sin embargo, no hay que engañarse, todavía no está totalmente implantada la venta de literatura de consumo entre los lectores habituales ya que, por materias, los libros y bases de datos jurídicas suponen el 52,9% de la facturación (38,406 millones de euros), mientras que los libros de Literatura y Literatura Infantil y Juvenil representan el 18,8% de la facturación (13.602 millones de euros).
El parque de ereaders en España, es ya bastante numeroso, se especula con más de 500.000 aparatos distribuidos, muchos más que libros digitales accesibles en el mercado, sin embargo, las ventas de Literatura son bastante menores que las ventas de tipo profesional como los libros de texto jurídicos. Es evidente que la piratería, está empezando a hacer mella en las ventas de libros electrónicos.
En opinión de Javier Cortés, “Las empresas editoriales han realizado un esfuerzo muy importante para aumentar de manera significativa su oferta de títulos digitales, sin embargo,éste no se ha visto traducido en un aumento del consumo. Creemos firmemente que una política decidida de lucha contra la piratería y una regulación que equipare el IVA del libro digital al del libro en papel podría contribuir a impulsar este mercado”.
Lo que cabría preguntarse es si este esfuerzo se está realizando como todo en este país, fuera de hora, y llegando tarde a todas partes. El tema del IVA pasó desapercibido para la mayoría, y las editoriales no dijeron esta boca es mía, cuando Hacienda se empeñó en imponerlo a diferencia de otros países como Francia y Luxemburgo, que aplican el IVA reducido a las ventas de libros electrónicos, seguramente fue el pago por la aprobación de la Ley Sinde, que supuestamente beneficia a las editoriales.
En cuanto a los dispositivos para los que se han comercializado las obras digitales, según el mencionado informe, el 74,1% han sido ordenadores, un 17,8% para los e-Readers y un 1,8% para las tabletas.
Interesante dato, que podría confirmar que el usuario de ereader compra principalmente por ordenador sus libros, no sólo acude a las descargas ilegales, o en todo caso, simultanea esta práctica con la compra legal, con lo que es muy posible que finalmente, los libros digitales favorezcan la lectura y por consiguiente el consumo de literatura de forma legal, porque con el tiempo, cada vez es más difícil obtener libros pirateados en la red y aumenta el número de usuarios sin muchos conocimientos informáticos, y sin ganas de complicarse la vida en páginas de dudosa reputación de las que se ignora que operaciones pueden hacer en nuestro ordenador cuando te conectas a ellas.
La venta a través de plataformas específicas de distribución digital acapara el 56,9% de la facturación, mientras que la venta directa a través de la editorial supone el 39,7%.
Estamos contemplando como las editoriales están “canibalizando” el sector asumiendo el papel que tradicionalmente asumían las librerías, que como no usen la imaginación, se les prevé un futuro cargado de nubarrones negros, está claro que tienen que diversificar su oferta, los anaqueles llenos de libros, van a desaparecer de las librerías, la única posibilidad en cuanto al papel que se ve, viable, es la impresión bajo demanda, pero que necesita de una inversión adicional en tecnología, (aparato para imprimir, bases de datos de libros, ordenador y pantalla para acceder a ellos, etc.) que no sabemos si todos los libreros podrán asumir, máxime con el estado actual del crédito en España. Lo que no cabe duda, es de que las librerías tal como las conocemos tienen los días contados, tienen que transformarse y adaptarse a los nuevos tiempos.