La Ley del libro en México impedirá el crecimiento del mercado del libro digital
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En México empiezan a enfrentarse a los mismos problemas que hemos tenido en España antes, pero el enfoque allí es distinto a lo que se ha hecho en este país. En la reforma de la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro, se ha propuesto que el libro digital tenga un precio fijo y permanente, mientras que en el libro impreso, la fijeza del precio duraría solo 24 meses.
“La ley es un gran esfuerzo y el precio único lo vemos bien; pero creemos que debemos de tener el mismo trato y las mismas oportunidades que el libro impreso”, indicó en entrevista Diego Echeverría, director de la editorial Ink, la primera empresa mexicana 100% dedicada a editar libros digitales.
En España el precio de los libros es único, no se pueden negociar descuentos más que del 5% sobre el precio facial de la portada. Esta política del precio único se empezó a implantar en Francia hace unas décadas, con el fin de proteger a las pequeñas librerías contra las grandes superficies y cadenas que con su capacidad de compra podían abaratar los precios, algo que está muy bien representado en la película “Tienes un email” en la que una pequeña librería tradicional de un barrio de Nueva York se enfrenta a una gran cadena, (seguramente Barnes & Noble) ¡Quien la ha visto y quien la ve ahora!
Entre los tres temas que se discuten en la Ley del Libro, se contempla la ampliación de la vigencia del precio único y establecer las bases de regulación del libro digital.
“Sabemos que el precio único del libro es un mecanismo para proteger a la cadena del libro (...), pero en la ley se plantea un trato diferencial, en desigualdad de circunstancias y con características de competencia que no nos permitirían trabajar bajo ese esquema a quienes editamos y vendemos libros electrónicos”, agregó.
Para la Cámara Nacional para la Industria Editorial Mexicana (Caniem), las ventasque reportan los libros electrónicos no llegan a 1%, pero la industria va en crecimiento. Las grandes editoriales ya venden libros digitales y librerías como Gandhi tienen su propio lector electrónico; se calcula que en el futuro este sector podría representar más de 20% de las ventas de la industria.
“Si se va a proteger a un sector de la industria que también se proteja el otro y bajo el mismo esquema. Si van a ser 24 meses de precio único, bueno, pero que sea para los dos y que luchemos por la calidad y característica de los contenidos”, explicó.
Mientras en Estados Unidos la venta de libros electrónicos representa 20% de las ventas totales, en Francia existe la llamada Ley Antiamazon, que prohíbe a las editoriales y distribuidores de libro electrónico ofrecer descuentos y en México la ley podría ir hacía allá.
“Nos afectaría que en México no se nos diera el mismo trato que los libros impresos, pero así como dice la ley, ahora nos pondría en desigualdad de circunstancias y no podríamos competir; pero sé que todas las leyes son perfectibles”,explicó.
Según datos de la Caniem, durante el 2013 se facturaron más de 19 millones de pesos por la venta de ediciones digitales, lo que significó un incremento de 17.6%, con respecto al 2012. Al sumar la facturación de ediciones impresas y la facturación de ediciones digitales se obtiene una facturación total de 10,909 millones de pesos, de los cuales la venta de ediciones digitales representó 0.2%, la misma proporción observada en el 2012.
El precio de los ebooks, ha sido tema de debate en Zonaereader desde siempre cabe preguntarse si las características de un libro digital son las mismas que las de un libro impreso a la hora de fijar un precio único. ¿Realmente no puede competir una librería pequeña con una grande en la era digital? No hay enormes espacios que ocupar por libros de papel, se tiene acceso exactamente al mismo catálogo que una librería grande y lo más importante, la atención es mucho más personalizada, los libreros pueden ser verdaderos prescriptores, no sólo de literatura también de lugares donde bajarse los ebooks y buscar los mejores precios, para eso nos puede servir una librería de barrio en la que nos llevaremos el libro en un pendrive no impreso, o en nuestro ereader por ejemplo. Ya veremos como evoluciona el mercado de los libros, todos sabemos que la librería tradicional tiene los días contados, pero lo que no sabemos es si tiene recambio, si no van a ser canibalizadas por las editoriales vendiendo on line por internet.
Fuente: El Economista
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