La Enciclopedia Britannica, deja de imprimirse en papel después de 244 años.
Muchas veces vamos a caballo del tiempo, asumiendo las innovaciones que van llegando y no sabemos valorar lo que esas innovaciones van dejando por el camino. Hace muchos años que nadie llama a mi puerta para intentar venderme una enciclopedia y lejos queda ya en la memoria, la figura del vendedor de libros, esa persona que vivía de vender libros a todo el que se ponía a tiro usando su simpatía personal y su poder de persuasión, todavía me acuerdo que uno de estos profesionales, que era compañero de trabajo y alternaba como segunda ocupación la venta de libros, consiguió venderme a los catorce años un enorme tomo que se llamaba “La madre y el hijo” y que ilustraba sobre el embarazo, el parto y como criar a los hijos los primeros años de su existencia, y no sólo eso, también luego le fui comprando varios tomos de novelas clásicas, con las que me inicié en el mundo de la lectura, con Blasco Ibañez, John Steinbeck, Pérez Galdós, Chejov y tantos otros que ilustraron mi adolescencia y juventud, fue mi primer mentor cultural. Luego vinieron las enciclopedias ilustradas con los CDs, y los reproductores, que si echabas las cuentas que te transmitían los vendedores terminabas por ganar dinero, porque prácticamente te regalaban lo que comprabas, aunque te metieras en cómodos plazos mensuales por varios años, pero no importaba nada, comprabas cultura y conocimiento de la naturaleza para ti y tu familia.
Internet ha barrido como un huracán esas enciclopedias que adornaban nuestros comedores y proporcionaban cierto aire de prestigio y supuesta cultura a sus poseedores, ahora basta con teclear en Google o Wikipedia la palabra que queremos buscar, y a los pocos segundos tendremos un cúmulo de información sobre lo que queremos informarnos, a lo mejor no es una información tan trabajada y tan elaborada como la enciclopédica de antaño, pero desde luego mucho más extensa.
Ahora le ha llegado el tuno a la Enciclopedia Britannica que ha anunciado que después de 224 años dejará de editarse en papel, los 32 volúmenes de 2010 serán los últimos en este formato, y sería conveniente que sus propietarios los guardaran como oro en paño, seguramente alcanzarán en pocos años un valor histórico mucho mayor que el de su precio de compra.
A partir de ahora, la empresa editora se concentrará en la edición digital y educativa, el presidente de Enciclopedia Britannica, Jorge Cauz, ha manifestado que la medida es un movimiento natural en la evolución de su compañía.
“Todos querrán llamar a esto el fin de una era, y entiendo eso. Pero no es un momento triste para nosotros. Creo que las personas externas están más nostálgicas por los libros que yo”, mencionó Cauz.
Las ventas de la versión impresa representaban menos del 1% de las ventas totales de la compañía, mientras que la versión electrónica, que apareció en 1994, representa el 15%, y el resto proviene de la venta de productos educativos.
Bueno pues un paso más en la revolución de la información, y es que el mercado es implacable y no entiende de nostalgias ni sentimentalismos.