La Comisión Europea, obliga a Luxemburgo y Francia a subir el tipo del IVA aplicado a los libros digitales

 

Hace unos meses tratamos el tema del IVA que aplica Amazon a los ebooks  y explicábamos como le empresa americana, aplicaba el 3% de IVA a sus clientes, cuando en otros países de la Unión Europea, el tipo oscila entre el 7% de Francia  y el 21% de España, aunque en nuestro país Amazon, no aplica el descuento a las ventas de libros digitales, sino que se lo embolsa, incrementándolo a su margen de venta.

 

Según ha publicado The Guardian Los editores británicos, están ejerciendo presiones sobre la multinacional de ventas por internet, para que pague el coste real del IVA en Inglaterra,  ya que en este país no hay ley de precio fijo para los libros, y Amazon puede aplicar descuentos inalcanzables para las editoriales del Reino Unido, pero es que además en este país, se da la circunstancia de que los editores ingleses, son obligados por contrato a aceptar la absorción del 20% de IVA,  lo que ha producido  que en Inglaterra 9 de cada 10 ventas de ebooks, se las lleve Amazon o que por cada venta de ebook de 10 libras, se gane 1,38 libras (1,71 euros) vendiendo al mismo precio que los demás libreros.  Fuentes no confirmadas, informan a Actualidad Editorial, que la diferencia del margen entre el 3% de Luxemburgo y el 21% español, se lo reparten Amazon y los editores españoles, lo cual, explicaría el silencio de estos últimos.

 

Francia y Luxemburgo, decidieron aplicar el mismo tipo superreducido  que se aplica a los libros impresos,  a los libros digitales  lo que ha provocado que empresas como Amazon, Kobo, Barnes & Noble, Skype y Netflix se establecieran en Luxemburgo, para beneficiarse de estos bajos tipos de IVA, lo que ha supuesto la transferencia de “más del 90% del negocio de la UE a Luxemburgo, con un monopolio para Amazon”  según el portavoz de Asuntos Económicos de la Comisión Europea Olivier Bailly.

 

La Comisión Europea ha dado a Luxemburgo un plazo de 30 días para subir el tipo del IVA del libro digital del 3% al 15% y ha advertido a Francia de la necesidad de subir el tipo del 7% que aplican a los libros electrónicos, al igual que Luxemburgo, el plazo, vence el próximo 30 de noviembre, y en caso de que no se adecuen las legislaciones de ambos países a la Directiva Europea, la Comisión podría llevar el tema al Tribunal Superior de la UE.

 

Sin embargo, Amazon parece que no va a aceptar esta resolución sin luchar, ya se está hablando de que la recurrirá, por lo que de momento el proceso y sus posibles consecuencias quedarán paralizados. 

 

Fuentes: Actualidad Editorial y Baquia

Opiniones

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CARMINA

La batalla con respecto del I.V.A. a aplicar en los libros electrónicos continúa.
La Comisión Europea lleva al tribunal de Justicia de la Unión a Francia y Luxemburgo por aplicar tipos de I.V.A reducido a los libros en edición digital.

Realmente es un pena, pero no hay forma de que entiendan que un libro es un libro independientemente del formato en el que esté.

Adjunto el artículo aparecido en El País hoy, así como la url al artículo.

El precio de los libros electrónicos se ha convertido en la penúltima batalla que incendia los pasillos de las instituciones europeas. Las autoridades comunitarias denunciaron ayer a Francia y Luxemburgo por permitir que sus ciudadanos paguen por estos productos un IVA reducido, el mismo que se aplica a sus hermanos mayores de papel y tinta. Presionados por los editores y los Gobiernos del resto de la UE, Bruselas exige a París y Luxemburgo que acaben con unas prácticas que consideran desleales.

Lo paradójico de la guerra del ebook es que la propia Comisión prevé presentar este año una propuesta para convertir en norma lo que ahora denuncia: igualar los impuestos que conlleva la compra de un libro tradicional con los de uno digital. Pero Bruselas quiere que ese cambio lo den todos los países a la vez, sin atajos. “Mientras se aclara el marco legal, los Estados miembros tienen que jugar limpio”, lanzó ayer el comisario europeo de Fiscalidad, Algirdas Semetas.

El conflicto viene de 2012, cuando Francia decidió gravar los libros electrónicos con un IVA del 7% en lugar del tipo general que le corresponde, el 19,6%. Luxemburgo hizo lo mismo, pero con porcentajes aún menores: un 3% en vez del 15%. La Comisión atiende ahora las quejas del sector, que protesta porque algunos grandes de la industria han reorganizado sus canales de distribución para beneficiarse de la menor presión fiscal. La legislación europea enumera los productos que se pueden beneficiar de una fiscalidad más reducida; y los servicios digitales no están en este listado.

“Los dos países denunciados han tenido la oportunidad de exponer sus argumentos, y se han negado a rectificar”, aseguran fuentes comunitarias. Si el Tribunal de Justicia de la UE dictamina que Francia y Luxemburgo han violado la ley y ambos insisten en su actitud se enfrentan a la amenaza de una sanción económica. Con la normativa europea en la mano, un consumidor francés que hoy paga 15 euros por un libro electrónico tendría que desembolsar casi 17.

La propuesta sobre el IVA que la Comisión presentará este año no es el único cambio que afectará próximamente a los libros electrónicos. Cuando un europeo adquiere un producto digital, el impuesto sobre el consumo lo recauda el país del vendedor. Así se explica, por ejemplo, que Amazon eligiera como sede Luxemburgo, un oasis de fiscalidad amable en medio de la UE. Pero a partir de 2015 dará igual dónde se compre Libertad en formato digital. Porque si un español compra la última obra de Jonathan Franzen, el gravamen irá a las arcas españolas y con el tipo que establecen las normas españolas.

París recibió con calma la esperada decisión de Bruselas. Desde hace meses, sus expertos en economía digital han explicado a la Comisión Europea que el libro electrónico es un bien cultural como otro cualquiera y que debe ser protegido fiscalmente en nombre de “la neutralidad del soporte tecnológico”. Para el país de Voltaire y Hugo, resulta absurdo que el libro digital no se beneficie del mismo IVA reducido que se aplica al libro tradicional desde hace años, y por eso decidió el 1 de enero de 2012 imponer una tasa del 7% a los libros digitales; con la llegada al poder del socialista François Hollande, el impuesto se redujo hasta el 5,5% que grava a todos los bienes culturales.

Si Londres se queja de que Amazon aprovecha el paraíso fiscal de Luxemburgo para facturar allí sus beneficios, París también se queja de que Google y otras multinacionales facturan sus beneficios en paraísos fiscales. Pero en Francia, el libro es el libro. La cultura del IVA reducido es una vieja tradición de los editores franceses, pero ayer fue la ministra de Cultura luxemburguesa, Octavie Modert, la que defendió la postura común. “El libro es un bien educativo y juega un gran papel en la formación de la gente. Un libro es un libro sea electrónico o no, y de ahí la importancia de aplicar una supertasa reducida a las dos versiones”. Modert matizó que el problema no consiste en aumentar el IVA sino en aplicar una tasa especial a los libros electrónicos para equipararlos a los otros servicios digitales.

http://cultura.elpais.com/cultura/2013/02/21/actualidad/1361481622_01129...


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