El sistema contra el periodismo de guerra.

 
En un anterior artículo se hacía mención al  esfuerzo de la administración Obama por intentar silenciar a WikiLeaks , proponiendo para ello una nueva denominación de “periodista”.
 
Y ahora nos encontramos con otra forma de silenciar al periodismo, sobre todo el de guerra.
 
En una reciente entrevista a David Jiménez, corresponsal de El Mundo en Asia,  éste denunciaba la paulatina eliminación de los corresponsales de guerra y la sustitución de éstos por freelance,  periodistas a los que no se les paga seguro ni gastos de viaje.
 
Para vender una noticia los freelance tienen que costear de su bolsillo todos los gastos de producción: el fixer (negociador), el conductor…que supone un gasto fijo de entre 100-150 € (según David Jiménez) y si por una noticia cobran entre 80 y 120 € evidentemente aquí hay algo que no cuadra.
 
La excusa perfecta para disminuir gastos en información internacional parece ser la crisis y la falta de ingresos publicitarios por parte de los periódicos, pero ante todo esto nos tendríamos que preguntar  si es lógico que se le page a alguien que incluso se juega la vida esas cantidades. Lo que sí  es seguro es que es un salario denigrante y que en cualquier caso aboca a la extinción del periodismo de guerra.
 
Ángel Sastre,  freelance que actualmente está en Alepo, manifiesta que España es el país que peor paga a los freelance, por debajo incluso de países tercermundistas, así como que hay medios que compran crónicas en zonas de guerra a precios irrisorios. También indica que hay medios que una vez que están dentro, se niegan a comprarte crónicas porque aseguran que al pagarle fomentan la permanencia del freelance y le ponen en riesgo.
 
El tema del seguro es de suma importancia ya que es el que cubre  posibles problemas derivados del trabajo en una situación bélica, como repatriación, gastos médicos…
 
En este mismo sentido también  se ha manifiestado la corresponsal italiana Francesca Borri en una reciente entrevista concedida a la revista Woman´s work, dónde  ha dejado muy claro  cuál es la actual situación de los freelance.
 
Según  la declaración de Francesca, que está trabajando actualmente en Siria: 
 
“la gente tiene la imagen romántica del freelance como un periodista que ha cambiado la remuneración  de  un salario regular por la libertad de cubrir la historias que más le fascinan. Pero no somos para nada libres, sino todo lo contrario. La verdad es que cubrir la guerra de Siria es la única oportunidad de trabajo que tengo hoy, dónde nadie quiere estar. Y no estoy en Alepo, para ser precisa, sino en el frente, porque los editores italianos solo nos preguntan por  sangre y el bang-bang. Escribí sobre los islamistas y su red de servicios sociales, las fuentes de su poder,  un artículo que es mucho más complejo de construir  que otro que hable del frente. Pero no les interesó porque nadie moría.”
 
También en la misma entrevista:
 
“No importa si escribes desde Alepo, Gaza o Roma, para los editores no hay diferencia. Se te paga lo mismo, 70 $ por artículo. Incluso en lugares como Siria dónde los precios se han triplicado a causa de la especulación salvaje. Así, por ejemplo, dormir en esta base rebelde, bajo fuego mortal, en un colchón en el suelo con agua amarilla que me provocó tifoidea, cuesta 50 $ por noche y  un coche 250 $ por día. Por lo que acabas maximizando el riesgo en lugar de minimizarlo. No es solo que no puedes asumir el seguro, que supone casi unos 1000 $ por mes, sino que no puedes asumir el pago de un fixer (negociador) o un traductor. Te encuentras solo ante lo desconocido. Los editores son  perfectamente conscientes de que 70$  por artículo te obliga a ahorrar en todo. Ellos saben, también, que  si fueses seriamente herido, existiría la esperanza de no sobrevivir, porque no te puedes permitir el ser herido. Pero aún con todo esto ellos compran tu artículo de todas maneras, incluso aunque nunca comprasen un balón de futbol hecho por niños paquistaníes. “
 
Si hay algo que parece claro es ¿quién puede trabajar en estas circunstancias? y si los reporteros de guerra desaparecen y por tanto los lectores solo disponemos de las informaciones facilitadas por las agencias,  ¿existe realmente la libertad de prensa cuando la información no procede de un amplio abanico de periodistas que pueden facilitar hechos u observaciones diferentes, sino de pocos o incluso uno o dos medios? ¿No facilita esta situación que puedan quedar  impunes crímenes de guerra, invasiones, genocidios… simplemente porque pudiese darse el caso de que no llegasen a conocerse?, y también nos podemos preguntar ¿no está pasando ya, y las informaciones que recibimos de los espacios bélicos actuales no muestran la realidad de los mismos?
 
Otra de las excusas esgrimidas, además de la crisis, para estos salarios e incluso para la crisis del sector periodístico en general es Internet. Ya que ésta constituye la inmediatez y el acceso “gratis a la información”.
 
Sin duda este es un tema interesante y que merece ser tratado  en otro artículo aparte.
 
Fuentes:
El confidencial
Woman´s work


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