Relato 75 - Nueva partida

 

    Como cada viernes, justo antes de abandonar sus puestos de trabajo, los compañeros de la oficina habían propuesto ir a beber unas cervezas al bar de la esquina. Aunque en un principio Fernando barajó la posibilidad de aceptar, el recuerdo del ansiado paquete que un repartidor había dejado en su domicilio, acabó por hacerle declinar la oferta.

    Ya en la calle y caminando bajo los aleros de los edificios para protegerse de la torrencial lluvia que a esa hora de la tarde asolaba la ciudad, Fernando se alejó convencido de haber tomado la decisión correcta. Probablemente, pasar la noche solo en un pequeño apartamento del centro de Frankfurt sonase menos apetecible que una juerga con amigos, no obstante, tenía un buen motivo para preferirlo.

 

    Una vez llegó a su portal, extrajo las llaves del bolsillo e introdujo la más pequeña en la cerradura.

    En el preciso instante en que hacía girar el bombín, un relámpago quebró la oscuridad seguido por un estruendo tan potente que hizo vibrar el cristal. <<Encima es la noche perfecta…>> se regocijó observando las nubes negras agolpadas en el cielo nocturno mientras fingía no haberse asustando con el inesperado destello.

    Después de utilizar el ascensor confiando en que la tormenta no interrumpiese la corriente dejándole suspendido durante horas en aquel cubículo infernal y privándole de su noche, Fernando por fin llegó a su apartamento.

    Ya en el interior, lanzó la chaqueta sobre el perchero de la entrada, dejó caer el llavero en el cenicero de cerámica y fue directo al salón donde, sobre la mesa, permanecía el paquete tal cual lo había dejado. A pesar de llevar meses esperándolo, Fernando había preferido posponer su apertura hasta salir del trabajo. Dado que disponía del fin de semana libre, a partir de ese momento tenía más de dos días para disfrutar sin interrupciones de su contenido.

    Emocionado, estudió el embalaje depositado frente a él. La caja, que tendría aproximadamente las dimensiones de un tomo grande de enciclopedia, llevaba pegada en el exterior una etiqueta blanca donde aparecían sus datos junto a su dirección. Curiosamente, carecía de remitente. Sin fijarse en ese detalle, Fernando rasgó con cuidado el precinto superior utilizando un cuchillo que previamente había cogido de la cocina y la abrió.

    - Por fin…- dijo sonriendo mientras introducía la mano.

    Como ya suponía, el contenido consistía en una pequeña caja de plástico, muy similar a las de los antiguos CD de música que descansaban sobre la estantería.

    <<Podía haberse currado un poco más la carátula>>, pensó al sostenerla frente a él y comprobar que tanto el anverso como el reverso eran completamente negros.

    Antes de apartar el paquete de envió, lo estudió de nuevo por si pudiera contener instrucciones o cualquier tipo de documentación. Para su sorpresa, en un lateral y sobre una de las solapas, descubrió un texto impreso.

 

    “Sólo cuando el final se acerque, sentirás el auténtico terror”

 

    La frase plasmada con recortes de revista, provocó que un escalofrío recorriese su espalda. Por extraño que pudiera parecer, la reacción de su cuerpo ante la inesperada nota, le hizo sonreír.

    Y es que Fernando llevaba mucho tiempo esperando ese momento.

 

    Como fanático de los videojuegos de terror, o “survival horror”, desde que la empresa Capcom hubiese dado por finalizada la que para él era la mejor saga del género - “Resident Evil”-, había estado tras la pista de un juego que de nuevo hiciese a su cuerpo segregar el adictivo coctel de sustancias químicas que sólo el auténtico terror puede producir. Durante meses, había navegando en cientos de plataformas y páginas web, probando todos y cada uno de los juegos que los denominados entendidos en la materia recomendaban. No obstante, ninguno había logrado cumplir las expectativas.

    Cuando ya daba por hecho la imposibilidad de encontrar algo lo suficientemente terrorífico para sus necesidades, un usuario llamado 000Ryuk000, se puso en contacto con él por medio de un foro en el que Fernando había hecho una entrada varios meses atrás.

 

 

    Re: Buscando un juego de auténtico terror para PC

    << Respuesta # 1 en:13 de junio de 2021, 01:16:23>>

    por 000Ryuk000

 

    Cita de usuario F3RN4ND0BXB: “Buenas. ¿Alguien de este foro conoce algún juego de terror para PC que ofrezca cosas nuevas? Llevo años intentando dar con algo que me asuste de verdad, pero parece ser que nada es lo suficientemente bueno para mi… abstenerse recomendaciones tipo “Resident Evil”, “Alien Isolation”, “Silent Hill” ... lógicamente, lo he jugado todo. Gracias”

 

    TENGO LO QUE ANDAS BUSCANDO

 

 

    La breve pero concisa respuesta, logró captar la atención de Fernando que, sin perder un segundo, se puso en contacto con él a través del foro.

    Por lo poco que pudo averiguar durante sus breves conversaciones con 000Ryuk000, aquel usuario de internet tenía entre manos el desarrollo de un video juego que, según él mismo aseguraba, helaría la sangre de cualquiera que estuviese dispuesto a probarlo. Cuando Fernando le preguntó si había algún tipo de requisito, 000Ryuk000 se limitó a contestar que con tener una buena conexión a la red era más que suficiente.

    Así fue como, tras intercambiar unos cuantos mensajes más con él, acabó facilitándose su dirección para que le hiciese llegar una copia de lo que supuestamente era una “Beta” del producto final.

 

    Impaciente por probar la supuesta maravilla que tenía entre manos, Fernando se encaminó a su cuarto y encendió el ordenador. Mientras el sistema operativo se ponía en funcionamiento, extrajo el Blu-Ray de la caja que 000Ryuk000 le había enviado y lo introdujo en el lector. A los pocos segundos, el escritorio de Windows mostró una ventana con un único archivo ejecutable. Tras hacer doble clic sobre él, comenzó un lento proceso de instalación.

    << Espero que no sea un virus…>> reflexionó Fernando al ver las incomprensibles e infinitas líneas de código que se iban sucediendo sobre la pantalla.

    Transcurridos varios minutos, la instalación se detuvo dando paso a un pantallazo oscuro sobre el que se podía leer un texto en rojo:

 

    “NUEVA PARTIDA”

 

    A pesar del escueto menú y la modesta interfaz de presentación, Fernando se sintió excitado. No sabría decir si era por el misterioso modo en que había obtenido el juego, por el extraño mensaje escrito en la caja o a causa de la tormenta que agitaba con violencia la ventana de su cuarto, pero, por algún motivo, todo aquello empezaba a ponerle la piel de gallina.

    Decidido a probarlo cuanto antes, apagó la luz de su habitación para crear ambiente, se colocó lo auriculares aislándose del exterior y sentándose en la silla frente al teclado, pulsó el “ENTER”.

    Tras un breve proceso de carga, los auriculares emitieron un siseo similar al de una corriente de aire, acompañado por unos extraños gruñidos. A continuación, en la pantalla apareció lo que a simple vista parecía representar una imagen tomada por medio de una antigua cámara de vigilancia. La lograda secuencia en blanco y negro, mostraba un lóbrego calabozo iluminado con un fluorescente, en el que destacaban tres celdas numeradas del “1” al “3”.

    Sorprendido por la calidad de los gráficos, Fernando movió el cursor del ratón en un intento por girar el punto de enfoque. Al ver que nada sucedía, pulsó la tecla derecha de desplazamiento. En ese momento, una bombilla roja situada junto a la celda número “1” se encendió al mismo tiempo que en el borde inferior aparecía un rótulo:

 

“PULSE (F) PARA SELECCIONAR”

 

    Intrigado, Fernando pulsó la tecla sugerida.

    El inesperado cambio de plano hizo que su pulso se acelerase.

    Sobre una camilla colocada en un ángulo de unos sesenta grados y rodeada por cuatro paredes cubiertas de humedad, yacía un hombre escuálido sujeto de pies y manos. Tanto su rostro como su cuerpo semidesnudo, estaban siniestramente desfigurados. Por si esto no fuera suficientemente inquietante, en la cabeza llevaba un casco de aspecto futurista y de sus brazos colgaban una serie de cables que lo conectaban a una extraña máquina con varios tubos llenos de un líquido negruzco. Bajo la escalofriante escena, apareció otro texto:

 

“PULSE (F) PARA SELECCIONAR EXPERIMENTO NÚMERO 1

O (ESC) PARA VOLVER AL CORREDOR”

 

    Apretando el “escape”, Fernando regresó al plano donde se podían ver las tres celdas y utilizando el teclado, se fue desplazando por cada una de ellas.

    Como ya había supuesto, en los calabozos “2” y “3”, también se encontraban personas maniatadas, cubiertas con un casco y conectadas a distintas máquinas. Una era un hombre obeso al que su mórbida y descomunal barriga le colgaba por los extremos de la camilla. La otra, una mujer esquelética y con el pelo ralo, cuyas venas se marcaban en la piel como los rayos de la tormenta en el cielo de Frankfurt.

    - Deduzco que tendré que elegir a uno de estos tres…- dijo Fernando en voz alta en un intento por sacudirse la desagradable sensación que el realismo de las imágenes le estaba produciendo.

Procurando no pensárselo demasiado, se desplazó por el extraño menú hasta la primera de las celdas y presionó dos veces la tecla “F”.

    Nada más hacerlo, la imagen regresó al interior del primer calabozo, mostrando como la máquina a la que el hombre estaba conectado, empezaba a vibrar emitiendo un extraño sonido. Poco a poco, el líquido negro de los tubos pasó a través de los cables haciendo que su cuerpo se agitase convulsivamente. Cuando el proceso hubo finalizado, su aspecto era radicalmente distinto.

    Todos los músculos de su cuerpo habían crecido desproporcionadamente hasta el punto de liberarlo de sus ataduras. El casco, que segundos antes colgaba ladeado de su cadavérico cráneo, le apretaba de tal manera que los ojos parecían a punto de salirse de sus orbitas. Justo en ese momento, un led empezó a parpadear en el artilugio.

    Fernando, que continuaba mirando perplejo la escena, apenas se percató de que el plano había cambiado. La imagen seguía siendo muy similar a la que otorgaría una cámara de baja resolución en blanco y negro, sin embargo, en la pantalla ya no aparecía la celda completa, sino una de sus paredes.

    Creyendo que el juego se había “bugueado”, desplazó el ratón comprobando sorprendido que la imagen volvía a moverse. Los años de experiencia en el mundo de los video juegos, no tardaron en hacerle reaccionar y, colocando los dedos de la mano izquierda sobre las teclas “W”, “S”, “A” y “D” y la mano derecha sobre el ratón, comenzó a desplazarse por el escenario.

    Nada más hacerlo, la reja que custodiaba la celda se abrió con un chirrido. Aprovechando la oportunidad, Fernando salió del pequeño y siniestro habitáculo, para adentrarse en el corredor principal.

    Después de estudiar con detenimiento el lugar y cerciorarse de que sus peculiares vecinos continuaban en sus respectivas celdas, Fernando siguió el único camino posible. El pasillo, que avanzaba bajo una hilera de bombillas parpadeantes, llevaba hasta una amplia estancia en la que destacaba un ascensor industrial y un par de estanterías.

 

“USA LOS CONTROLES PARA

DESPLAZARTE POR EL ALMACEN,

 SELECCIONA UN ARMA PULSANDO (F)

Y DIRIGETE AL MONTACARGAS”

 

    Obediente, Fernando se aproximó a las estanterías.

    A medida que avanzaba fueron apareciendo ante él machetes, tijeras de poda, sogas, navajas, hoces y un sinfín de utensilios oxidados destinados a la jardinería. Aunque aún no comprendía muy bien el objetivo del juego, era de suponer que tarde o temprano debería enfrentarse a algo o a alguien. Así pues, se situó frente a la tijera de podar y pulsó la tecla “F” haciendo que sus musculosos brazos virtuales surgieran en la parte inferior de la ventana, sujetando con fuerza la inmensa tijera.

    Con la herramienta apuntando al frente como si de un ariete se tratase, Fernando fue hasta el montacargas y lo puso en funcionamiento.

    Justo cuando el elevador comenzaba a moverse, el resplandor de un relámpago entre por el hueco de la persiana, proyectando sombras en su cuarto.

    <<Quizás debería encender la luz…>> pensó estudiando la oscuridad que le rodeaba.

    Antes de poder tomar una decisión, la plataforma en la que su peculiar avatar iba montado, se detuvo. A su alrededor, el escenario frio y húmedo de los calabozos, había sido reemplazado por un frondoso bosque en el que sólo la claridad de la luna permitía distinguir los árboles. Por los auriculares le llegó el ruido de las ramas al agitarse con el viento y el ulular de un ave.

    A la derecha de su posición, un estrecho sendero serpenteaba perdiéndose en la espesura.

 

“SIGUE EL CAMINO DEL BOSQUE”

 

    Una vez más, Fernando siguió las indicaciones del juego, internándose en el bosque. Mientras se alejaba, un ruido mecánico le hizo girarse sobresaltado. Al hacerlo, puedo comprobar como la plataforma en la que había llegado al nuevo escenario, se introducía en la tierra camuflándose por completo.

    Dejando atrás el claro en el que nadie hubiese imaginado que escasos momentos antes había un ascensor industrial, Fernando caminó durante varios minutos hasta que, entre las ramas, vio aparecer el patio trasero de una casa. La vivienda construida en piedra, tenía un tejado en dos aguas y una inmensa chimenea. En la fachada situada frente a él, había una pequeña puerta entreabierta. Dado que parecía tratarse del único camino posible, entró en el edificio y comenzó a recorrer sus pasillos.

   Justo cuando se aproximaba a la puerta de acceso al porche principal, un grito le hizo detenerse. Al darse la vuelta, descubrió que en el pasillo había una mujer en camisón que sujetaba entre los brazos a una muchacha. Las dos le observaban aterradas.

 

“PULSA (F) PARA CORTAR O

DESLIZA EL RATÓN PARA GOLPEAR”

 

    << ¿Qué clase de juego es este? ¿Los enemigos son persona normales y corrientes? >> meditó al ver el mensaje reflejado en la pantalla.

    A pesar de sus dudas, Fernando no pudo reprimirse y tras encogerse de hombros, desplazó con fuerza el ratón. Al hacerlo, las inmensas tijeras que sujetaba su personaje, surcaron el aire golpeando con tal violencia a las dos mujeres, que ambas salieron despedidas contra la pared bañando todo de sangre.

    A los pocos segundos y mientras inspeccionaba los cadáveres por si hubiesen dejado algún tipo de “loot”, una segunda persona apareció abriendo la puerta principal. En esta ocasión se trataba de un hombre con aspecto de granjero, armado con una escopeta de dos cañones.

 

“PULSA (F) PARA CARA CORTAR O

DESLIZA EL RATÓN PARA GOLPEAR”

 

    Al ver el mensaje, Fernando apretó rápidamente la tecla “F” haciendo que su avatar alzase las tijeras y, sin dar tiempo a una posible reacción, seccionase la cabeza a su atacante. Después de intercambiar las tijeras de podar por la escopeta que el campesino había dejado junto a su cuerpo, salió por la puerta. Al otro lado, le esperaban las empedradas calles de una pequeña aldea.

 

    Durante algo más de una hora, Fernando exploró aquellas calles internándose en edificios, recogiendo nuevas armas y acabando violentamente con todo aquel que se interponía en su camino. En su recorrido por la villa amputó los brazos de un joven dejando que muriese desangrado, voló la cabeza de una mujer de un tiro, fracturó el cuello de una muchacha golpeándola con una pala e incluso desparramó las vísceras de un hombre por la acera después de seccionar su abdomen con una radial.

    Sin embargo, la escasa resistencia de sus adversarios y la falta de otro objetivo que no fuse matar de la manera más atroz posible, terminaron por aburrirlo. De hecho, a excepción de momentos muy puntuales en los que se veía sorprendido por la aparición repentina de algún habitante armado, apenas sintió miedo.

 

    Ya de madrugada y con la luz de su cuarto encendida, Fernando intentó ponerse en contacto con 000Ryuk000 para preguntarle cual era el objetivo del juego y de paso hacerle saber que, si su intención era que los usuarios pasasen miedo, se había equivocado por completo. Era de reconocer que tanto los escenarios como las secuencias sangrientas, resultaban bastante realistas y escalofriantes a pesar de la baja resolución y la ausencia de colores, pero asumir el papel de un monstruo que descuartiza personas inocentes, no era precisamente lo que Fernando estaba buscando.

    Todo eso quería decirle, pero no pudo. Por algún motivo que desconocía, la cuenta de correo que hasta ahora había utilizado para contactar con 000Ryuk000 daba error y el hilo de mensajes intercambiados en el foro durante los últimos meses, había desaparecido misteriosamente.

    Decepcionado, extrajo el Blu-ray del ordenador y lo guardó de nuevo en la caja. Acto seguido fue hasta el salón con él en la mano y cogiendo el embalaje del que lo había extraído, buscó el remitente con idea de devolvérselo. “Sólo cuando el final se acerque, sentirás el auténtico terror”, rezaba el único texto escrito a parte de su dirección.

    -Dudo mucho que eso suceda…- dijo Fernando antes de meterlo en su embalaje y dejarlo sobre una estantería, convencido de que nunca más volvería a jugar.

    A continuación, fue hasta la cocina, bebió un vaso de agua y sin más, se fue a dormir.

 

    A la mañana siguiente, cuando los primeros rayos del sol atravesaban la persiana, Fernando se despertó. Aunque le hubiese encantado darse media vuelta y continuar durmiendo, su estómago vació parecía reclamar su atención.

    <<Tenía que haber cenado algo >> se dijo achacando la noche de sueño intranquilo que acaba de vivir, a la persistente sensación de hambre.

    Resignado, Fernando se incorporó y tras ponerse las zapatillas, fue hasta la cocina medio adormecido. Una vez allí, se preparó un zumo con tostadas, lo colocó todo en una bandeja y caminó arrastrando los pies hasta el salón.

    Ya en el sofá, se metió media rebanada en la boca al mismo tiempo que pulsaba el botón de encendido en el mando del televisor. Al ver la primera imagen mostrada por su LCD de 49 pulgadas, la rebanada que tenía sujeta entre los dientes, cayó de nuevo al plato.

    - ¿Esa no es…- balbuceó acercándose a la pantalla-… mi calle?

    Como bien había identificado, la cadena sintonizada emitía una vista general de la fachada de su edificio. En el centro de la imagen, una reportera movía enérgicamente los labios frente a su micrófono. Bajo ella, un rótulo reflejaba lo que parecía tratarse del titular de la noticia.

 

“LA POLICÍA ALEMANA ESTRECHA EL CERCO”

 

    Desconcertado, Fernando estiró el brazo para coger el mando y activar el sonido.

    -“… aunque todavía no ha sido confirmado por fuente oficiales, parece ser que el grupo de delitos telemáticos ha dado con una pista en la proximidades de la calle que ven a mi espalda. Como pueden observar, por la zona ya se han desplegado algunas unidades. Todo apunta que los agentes están esperando algún tipo de orden para actuar …”

    Dando veracidad a las palabras que la reportera acaba de pronunciar, el cámara hizo un barrido de la avenida, mostrando los numerosos coches patrulla que circulaban por la zona.

    -“…algunos vecinos, que ya han sido debidamente interrogados por la policía, aseguran estar aterrados ante la posibilidad de convivir con un monstruo capaz de llevar a cabo tamañas atrocidades…”

    Sin poder controlar el temblor de sus manos, Fernando fue saltando de un canal a otro en un intento por saber que estaba ocurriendo. Teniendo en cuenta que todos y cada uno de los canales de su televisor centraban su programación en la noticia, debía tratarse de algo realmente importante.  

    Como cabía esperar, no tardó en dar con la respuesta.

    - ¿Qué… demonios…? - exclamó aterrado al ver las imágenes emitidas por uno de los muchos informativos que inesperadamente poblaban la parrilla matutina.

    Bañado por las luces estroboscópicas de innumerables coches patrulla y por los haces de las linternas que los agentes sostenían junto a sus pistolas, una inmensa silueta permanecía inmóvil al lado de un cadáver con las tripas desparramadas por la acera. En sus manos, sujetaba lo que a todas luces era una sierra radial cubierta de sangre.

    Al reconocer la imponente figura del hombre que aparecía en el televisor, Fernando notó como la sangre se retiraba de su rostro. Fue tal su conmoción, que apenas prestó atención a la explicación que el locutor daba en ese mismo momento.

    -“… las imágenes que están viendo corresponden a la detención del supuesto autor de la matanza que en la madrugada del viernes tuvo lugar en la pequeña localidad de Regules, España, acabando con la vida de siete adultos y tres menores. Esta persona ha sido identificada como Edmund Fischer. Según ha sabido esta cadena, se trata de un indigente desaparecido de un centro de acogida dos años atrás... Sorprendentemente, con el transcurso de las horas, la noticia ha dado un vuelco inesperado. Al parecer, el hombre que ven en las imágenes se encontraba bajo el efecto de narcóticos y, lo que en un principio parecía tratarse de un brote psicótico, ha resultado ser obra de un extraño artilugio de control neuronal que otra persona manipulaba desde miles de kilómetros de distancia… a mi lado se encuentra el comandante Izaguirre, oficial del Ejército del Aire y uno de los más importantes ingenieros de telecomunicaciones de nuestro país, quien nos explicará en la medida de lo posible en que consisten este tipo de dispositivos de última generación…”

    Justo cuando el militar tomaba la palabra, un grupo de personas comenzó a golpear la puerta de su apartamento al grito de “¡POLICIA!”.

    En ese preciso instante, el recuerdo de lo sucedido la noche anterior y la repentina desaparición de su “amigo” 000Ryuk000, se unieron en su mente para conformar una estremecedora certidumbre.

    Notando como las fuerzas le abandonaban, Fernando soltó el mando que aún sujetaba en la mano y estirando un brazo, se agarró como pudo a la estantería para evitar caer al suelo. Al hacerlo, algo cayó junto a su pie.

    Con las manos apoyadas en las rodillas, el corazón desbocado e intentando no vomitar, Fernando observó el paquete caído junto a él:

     “Sólo cuando el final se acerque, sentirás el auténtico terror”

 

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Obra colectiva del equipo de coordinación ZonaeReader

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