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Relato 66 - Estrellas rojas, ojos verdes
2022-07-09
Presentación
Con el universo como telón de fondo un contrabandista a punto de retirarse se encuentra con un ser inexplicable.
Relato
ESTRELLAS ROJAS, OJOS VERDES. ERENDIL Erendil sentía que siempre había viajado en esa habitación. Sus grandes ojos, dos diamantes verdes ardiendo, observaban el firmamento desde una enorme ventana. Últimamente su vista llegaba más lejos, ahora podía vislumbrar nuevos cúmulos de galaxias. Eso le hacía formularse más preguntas que no tenían respuesta y un malestar que la invadía desde su pensamiento hasta su blanca piel. En su viaje astral por el cosmos, una visión la detuvo un instante, un solo ojo parecido a los suyos, el ojo era de un hombre que habitaba un planeta exclusivo para él. Un sonido la sacó de su trance y le avisó que alguien se aproximaba a su habitación. Casi siempre eran Elesban y el guardia Trakomander, seres miembros del culto Kodani. —De nuevo se te ha cargado la mente —dijo Elesban con una voz fuerte y severa. Su túnica oscura simbolizaba un alto grado en el culto. Sus ojos grandes y oscuros miraban penetrantes. Su larga y blanca cabellera caía sobre sus hombros. Trakomander usaba la misma túnica, pero a diferencia de Elesban, llevaba el cabello muy corto en su calidad de guardia, el cual era cubierto con una capucha, su mano enguantada de una oscura piel siempre acariciaba la empuñadura de su arma láser. Elesban avanzó lentamente hacia Erendil y posó su mano sobre la frente de ella, de manera fuerte y brusca; sus ojos verdes se cerraron al contacto y cayó en un trance mientras Elesban le extraía sus memorias. Erendil se desvaneció en los brazos de Elesban, el cual acarició sus cabellos rojos. HERMAC —¿Has comprado una maldita flota espacial? ¡Increíble! —Dijo el hombre que trataría de detenerlo y que antes era su jefe e incluso su amigo. Se llamaba Taro y vivía en una estación espacial. Provenía de un linaje de contrabandistas del espacio. Su quijada era enorme y su piel de un ligero tono naranja, cuando empuñaba sus manos parecían dos rocas fuertes y pesadas. —¡Así es! ¡Hasta nunca! —dijo Hermac y dio media vuelta. —Espera, una última cosa. Antes de que te largues a tu exilio te propongo una terminante misión. Aún eres joven. —No me interesa —dijo Hermac—, ya no necesito nada más, te he hecho el hombre más rico de este lado de la galaxia. —Sé que ya eres casi tan rico como yo, pero hay una cosa que te puede hacer cambiar de opinión. Sé de tu obsesión con estudiar “el tiempo”, eso de ser un pirata contrabandista espacial ya no es lo tuyo. A Hermac le brilló su único ojo, parecía una verde esmeralda, su cuenca vacía del lado derecho la tapaba con un parche biónico. Con su mano izquierda enguantada acariciaba su láser, echó su cabello negro hacia atrás. —Maldito seas Taro, tú y tu descendencia. Haré lo que sea. —Taro sonrió y después explotó en una carcajada. ERENDIL Más allá de la ventana, Erendil dirigió su mirada y vio una nave pequeña y negra que remaba lentamente hacia la luz que arrojaba la nave nodriza en la que viajaba. Una figura solitaria se erguía en popa. Detrás de un planeta rojo había quietud y una tiniebla borrosa, una cortina inmóvil que velaba las estrellas más lejanas. «Una nube de polvo y gas», pensó́ Erendil. El hombre que ingresaba a la nave nodriza tenía un parche en el ojo derecho y su caminar era lento y seguro. Antes de entrar el sujeto volteó hacia arriba, cruzaron miradas un instante y un recuerdo vino a su mente. HERMAC Hermac apartó de su único ojo un mechón de cabello que le quitaba visibilidad. —“Te enviaré al brazo Este de la galaxia, te he comprado un pase para un maldito y despiadado torneo de duelo láser, trata de evadir los enfrentamientos, di que te duele el estómago o algo así. Eres bueno con tu arma, pero siempre hay alguien mejor, no vaya a ser. Investiga a unos sujetos de cabellos blancos que visten de negro, toda la información está... Cuando tengas información importante, regresa y podrás tomar lo tuyo.” —Fueron las últimas palabras que escuchó de Taro, y ahora Hermac atravesaba la entrada de una enorme nave de materiales de tonalidad oscura, le recordó a algún animal con púas. Justo antes de cruzar el nanotúnel para entrar, volteó hacia una cúspide de la nave y tuvo la sensación que desde lo que le parecía una enorme ventana de observación, le miraban. Hermac estaba ansioso por ver el interior de la nave. Un sujeto alto, de cabello largo y vestimenta negra se interpuso en su visión de cíclope. —Mi nombre es Elesban, bienvenido a mi nave. Él es Trakomander, mi hermano de linaje y mi guardián. Hermac observó a los dos sujetos, se reservó por un momento. Le miraban fijamente. Recobró el control de sí mismo. «Maldito seas Taro, estos deben ser» pensó. —¿En qué diablos viajan? —preguntó Hermac—. Parece un biopuercoespín gigante de guerra. No he visto nunca nada semejante. —Trakomander le miró fijamente. Hermac se dio cuenta que con mano enguantada acariciaba la culata del láser, tuvo la sensación de que en un duelo contra él estaría perdido. ERENDIL Desde que miró al sujeto que vestía como pirata espacial sus emociones se trababan en su garganta y caminaba de un lado a otro en su habitación de la cual no podía salir y cuando recordaba porqué no podía salir Elesban le borraba de nuevo los recuerdos cada vez que lo intentaba, pero ella guardaba en algún lugar del universo una pequeña caja con sus memorias y en sus trances trataba de recordar dónde encontrarla. HERMAC Un mayordomo llamado Arnik, con un traje rojo abotonado y ceñido al cuerpo le presentó la mayor parte del interior de la nave a Hermac. Estaba adornada de una manera que a Hermac le pareció bastante antigua y aburrida; ya no había nadie por allí. Estaba acostumbrado a Nube Negra, su pequeña y rápida nave, tenía cientos de luces neón dentro que bailaban al son de cualquier melodía que sonara. —Ahora lo llevaré a su habitación para que descanse, es un honor el que le han concedido en batirse en duelo…— Hermac ignoró a Arnik, a lo lejos observó a Elesban y su guardián subiendo unas escaleras. —Así que les gusta caminar ¿qué diablos hay allá arriba? Al llegar me pareció que alguien me miraba desde una ventana en lo alto. —Elesban trata de mantener esta antigua nave con costumbres muy curiosas y supongo que gustan de caminar. —¿Por qué oscuridad visten así? —¿Por qué no les pregunta usted mismo? Elesban observaba cómo las escaleras se perdían por encima en una espiral hacia la oscuridad. Una vez en su habitación, entre paredes ovaladas, Hermac sintió el impulso de subir las escaleras, pero lo más probable era que se topara con el láser de Trakomander. Al día siguiente buscaría una oportunidad entre los que estuvieran presentes. ERENDIL Sus sensaciones la dirigieron a aquel pequeño planeta, el cual se encontraba al borde de la galaxia que cursaban, era el noveno de una gigante roja, más allá del borde había un agujero negro formando mareas y deformando estructuras. Una nave negra aterrizaba en el suelo seco, de ella bajaba un hombre de un solo ojo como los suyos. Ella se acercó y él le entregó un cofre. Erendil lo abrió y sus recuerdos volvieron. Erendil despertó de su trance y supo que no debía perder tiempo. Dirigió sus pensamientos al sujeto que observó desde su ventana. Se concentró y logró entrar en la mente de Hermac, le abrió su caja de recuerdos. —Ellos son del culto Kodani y de una existencia antigua, de antes de que naciera este universo. Existencia la cual perdieron y ahora, por obediencia a su padre creador, intentan recuperarla en este plano, y tratan de utilizar este universo para ello… HERMAC Hermac tuvo una visión: se encontraba en el noveno planeta de una gigante roja, seres negros de extremidades puntiagudas de cabeza triangular con cuernos se plantaron en la tierra cual árboles, de ellos salieron raíces negras que se clavaron en el terreno y se alimentaron de la vida del planeta. Despertó sudado. Una luz azul invadió su habitación y una frecuencia ya le estaba dando instrucciones: el concurso de duelo iniciaría. «Con esto es suficiente» pensó. «Maldito transe o sueño, o lo que sea. Me sirve, me largo de aquí». Hermac se vistió. Arnik abrió la habitación sin anunciar su llegada. El mayordomo de piernas largas y un brazo biónico le acercó el desayuno y un dispositivo electrónico con una pequeña pantalla, en la cual se visualizaba el rostro de Taro, lucía impaciente. —Y bien ¿Cómo está el desayuno? —preguntó Taro. —Huele horrible, seguro si lo como enfermaré. —Bien. La llamada se cortó sin decir mucho, pero Hermac se entendía perfectamente bien con Taro. Era hora de largarse, pero antes de eso, Hermac cedió a un impulso que le vino de lo más oscuro de sus sentimientos. Su mano derecha empuñaba su láser y apuntaba al rostro de Arnik. —Quiero verla. —Es imposible señor. —Hazlo posible o dejarás de existir, si lo haces te perdono la vida. —Haré esto por Erendil, no por ti o por mi vida, tal vez así deba ser. Arnik accionó un botón e inmediatamente un sujeto de capa negra y cabellos blancos entró. Elesban no estaba armado, por lo tanto Hermac no disparó. —Date prisa, ve escaleras arriba, esta es la llave. Ella pide unos segundos contigo. Nosotros nos encargaremos de Trakomander. Hermac accedió y subió deprisa aquellas escaleras hasta la habitación de Erendil. Introdujo una llave metálica en una cerradura y una pared cedió. Hermac entró a la habitación. Después de su encuentro con Erendil, Hermac se pronunció enfermo para batirse en duelo y realmente lo estaba gracias al plan de Taro: al introducirse en su nave vomitaba nauseabundo. Arnik notó que no llevaba su parche derecho, una cuenca vacía deformaba el rostro de Elesban. —¡¿Qué?! —dijo Hermac retador. Cubrió el orificio de su cara con un mechón de cabello. En una enorme estación espacial, hacia el centro de la galaxia, el contrabandista Taro recibía el informe de Hermac en persona. —Lo siento, sé que no me darás lo prometido. Pero todo allí es demasiado extraño. Sabes… ese sujeto, Trakomander, me da terror. Sentí que en un duelo con el me asesinaría. —Ganó el torneo y todos sus contrincantes murieron. —Maldita oscuridad, si me pongo terco no la cuento. Bien. Olvidémonos de todo esto. Ya habrá otra oportunidad o manera de obtener lo que siempre he querido. Adiós Taro, espero no saber más de ti. —Hermac se levantó de su asiento. —Erendil desapareció después y todo fue un desastre. Destruiste los planes que tenía Elesban de preservar a Erendil. Lo que se cuenta es que Trakomander colgó las cabezas de Elesban y Arnik. —Era su guardia. —No lo creo, más bien era un papel que jugaba por encargo de alguien más. —¿De quién? —preguntó Hermac y en su mente se dibujó el recuerdo de un ser oscuro. —Las lenguas largas dicen que de un ser de otra dimensión, que es negro y que tiene cuernos. No me interesa. No pienso ahondar más en esto. Y tú no te hagas estúpido, ¿qué diablos tenías en tu cara? Haz cambiado de parche. —No es de tu incumbencia —dijo Hermac—. ¿Qué procede? —Es tuyo Hermac, el maldito planeta es tuyo. Ahora tienes tu flota y tu planeta. —Hermac abrió mucho su único ojo verde. —Elesban me había contratado para esto, él hizo posible que salieras sin que su guardia se diera cuenta. Trakomander tenía intención de retarte a un duelo, cosa totalmente legal en su nave y su cultura Kodani. Si te negabas simplemente descargaría su láser. Elesban mencionó una especie de conexión entre tú y un ser que se muestra como su mujer, pero no tiene nada que ver con eso. Lo siento, no se me dijo nada más. Solo que te vayas muy lejos, pero esa es tu decisión, no mía. Te he preparado un escape por un agujero de gusano a una galaxia… —Taro, ¡cállate! y dame mi maldito planeta. ERENDIL Había dejado aquella habitación, incluso aquel cuerpo. El padre que habita en lo no creado la buscaba por todos lados, pero se negaba a colaborar, a ella le gustaba la existencia actual. Seres oscuros de extremidades puntiagudas y cabeza triangular la perseguían. En un principio sintió pena por Elesban y Arnik, quien realmente la protegían ya que sabían lo que ella era; tenían un plan de rescate que no funcionó. Cada vez abandonaba más los sentimientos para enfocarse en mantener el equilibrio entre lo creado y lo no creado, una lucha eterna entre dos existencias antagónicas. Ahora era un ser viajante de pensamiento, no tenía un cuerpo físico, aunque podría si así lo quisiese. Así como lo decidió al llegar a un planeta donde la nostalgia la llevaba, donde el tiempo era un bucle que a veces se repetía. Allí había una nave corroída por el tiempo. Ella adquirió un cuerpo: sus ojos verdes brillaban otra vez y sus cabellos rojos junto con su blanco vestido se movían con el viento. Se tendió de espalda en el frío y rocoso suelo al lado de un esqueleto. Ahora el planeta era habitado por un fantasma. Erendil sentía algo de la energía que Hermac había dejado impregnada en aquel lugar. HERMAC Se mudó a su planeta ubicado muy cerca de un agujero negro. Hermac había encontrado un antiuniverso: se componía en su totalidad de antimateria donde el tiempo fluía en retroceso, el planeta reaccionaba diferente y a veces, creía Hermac, el planeta mostraba indicios de existir al mismo tiempo en otro universo. Y eso lo entusiasmó, hasta pudo lograr hacerse con él. Había algo que le obsesionaba más aún, y era Erendil. Acarició el agujero vacío en su cara y recordó. Subió las escaleras e introdujo la llave que le dio Elesban y entró en la habitación. —Siempre has sido tú —la voz de Erendil era aguda y la vibración de su sonido retumbó en los oídos de Hermac. —Siento que te conozco de siempre —correspondió. Hermac llevó su mano a su cara, y con un movimiento brusco arrancó el parche de su ojo y se lo ofreció a Erendil. —Es más que un parche de pirata —dijo él—. Abre un agujero de gusano pero no sé a dónde te lleve. Para cualquier ser vivo sería su muerte, pero tú eres diferente. Adiós. Erendil le miró fijamente, se acercó y le abrazó. Después de lo sucedido, Hermac no supo más de nadie, sabía que le buscaban, aún recordaba el odio que suscitó en Trakomander. Su obsesión con el tiempo y con su planeta cada vez era menos intensa y estaba harto de no comprender lo que realmente pasó. Se conformaba con creer que había sido parte de algo más grande que él. Taro le pidió que se mudara a un escondite. Hermac también instó a Taro a hacer lo mismo, pero ninguno de los dos hizo caso. «Algún día ella vendrá, estoy en el lugar correcto» pensó Hermac. Ya atardecía en el hemisferio sur de su planeta. Observó el cielo desde un llano plano, sin árboles ni montañas que estorbaran su vista. Una luz diminuta bajaba por el cénit y se dirigía hacia su ubicación a gran velocidad. Ya más cerca Hermac intuyó de quién se trataba. Se preparó poniéndose su vestimenta de contrabandista, el láser descansaba sobre su cintura abrochado con un cinturón negro. La nave que llegó era pequeña, también le pareció un animal con púas. Una compuerta se abrió apenas al tocar el suelo y un sujeto de vestimenta negra y cabello corto y blanco descendió. Trakomander arrojó una cabeza cercenada a los pies de Hermac, era de Taro. Hermac no le prestó más de un segundo de atención, decidió concentrarse en su adversario. —¿Estás listo para el duelo muchacho? —cuestionó Trakomander mientras se quitaba los guantes evidenciando sus manos de tonos albos. Hermac inhaló profundo y exhaló despacio. —Listo. Pero antes contéstame algo. ¿Qué pasó con Erendil? —No la hemos encontrado, —respondió terminante— pero lo haremos, cada vez estamos más cerca. Sigue huyendo. Tú lo hiciste ¿cierto? —Así es, con mi visión de pirata —dijo Hermac, provocando una ligera mueca en los labios de Trakomander, la cual no llegó a ser una sonrisa. —Basta de tonterías. No es necesario mencionar que el duelo es a muerte ¿verdad? —Cuando quieras. Hermac avanzó unos pasos hasta quedar a menor distancia de Trakomander, quien retrocedió y acercó la mano al láser, esperando la reacción de Hermac, el cual era una delgada figura inclinándose ligeramente. A Hermac el corazón le palpitaba con fuerza. Pensó en Erendil. Se apartó el cabello de su ojo bueno. Desenfundó y logró disparar. Había sangre en la cara de Trakomander la cual le cerraba su ojo izquierdo pero permanecía en pie. Hermac no tuvo más fuerzas para volver a disparar, su arma cayó al suelo rocoso. Un viento fuerte y helado golpeó su rostro.
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Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-07-10 13:22:36
5
Comentario
El relato va demasiado rápido, no te da tiempo a situarte en cada escena y limita la comprensión total. Faltan descripciones que te sitúen en la trama y dejen al relieve todo el wordbilding que se intuye en la cabeza del autor. Soy un poco pesado con la adjetivación previa, pero el abuso del lenguaje poético en narrativa desluce mucho el texto. Especialmente los colores por delante: blanca piel, blanca cabellera, verde esmeralda… ¿si vas a una joyería dices busco una verde esmeralda o busco una esmeralda verde? Pues eso es a lo que me refiero, hay que hacerlo realista y melodioso al mismo tiempo. He detectado estos gazapos: ⁃“Seguro QUE* si lo como enfermaré”. -“Con LA* mano enguantada”. No dejes la escritura y mucha suerte.
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-07-11 17:37:33
4
Comentario
Más que un relato me parece que se trata de apuntes del guión de una película y cuya historia, el autor/a, irá puliendo en posteriores revisiones. Varias alusiones cinematograficas: Western:"... a este lado de la galaxia... " o ".. nube negra..." o"... acariciaba la culata del láser..." Leyendas epicas: "... batirse en duelo... " etc. Una sugerencia: "... Observó el cielo desde un llano plano, sin árboles ni montañas..." llano es sinónimo de plano y viceversa, es mejor emplear una sola de estas palabras.
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-07-12 19:19:11
3
Comentario
Caballeros con capucha, con armas "láser" que no sabemos como funcionan. Supongo que serán parecidas a las de los caballeros Jedi. Personas que viven cerca de un agujero negro sin problemas con la gravedad o el paso del tiempo. Parece que los protagonistas se mueven por la galaxia como si fuera un paseo. Hay universos de antimateria que no producen ningún efecto de aniquilación y seres de otra "dimensión". No me parece serio.
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-07-12 21:10:26
4
Comentario
Autor/a este relato para mí es muy complicado. Muchos nombres difíciles de recordar, para mantener la trama en la memoria. No conseguí errores ortográficos, lo cual es grandioso. ¡Suerte!
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-07-22 20:00:18
2
Comentario
Me resultó confuso e imposible sumergirme en la trama. Demasiados saltos de un personaje a otro. Suerte en el concurso!!
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-07-28 23:44:51
5
Comentario
Señalo algunas frases que podrían armarse mejor, por si al autor le interesa y le sirve. Sus ojos observaban, no es correcto; es ella la que observa. La oración “Eso le hacía formularse más preguntas que no tenían respuesta y un malestar que la invadía…”, está mal armada. Así parece que se formula el malestar. Creo que debería ser “. Eso le hacía formularse más preguntas que no tenían respuesta, y un malestar la invadía…”. Hay muchos anglicismos, que trancan la lectura, también la tendencia a la sobreadjetivación. Muchos nombres propios y artículos sobran. “Dijo” debería ir en minúscula. Un parche biónico hace que llame la atención la ausencia de un “ojo biónico”. Si existe la tecnología para lo primero, debería existir para lo segundo. Titular cada capítulo con el nombre de su protagonista, parece innecesario. Desde el argumento, no queda clara cuál es el ofrecimiento de Taro. Repite “no podía salir”. Las descripciones son muy vagas e imprecisas. ¿Cómo sería que ingresa a la nave por un nanotúnel? La descripción del planeta pequeño es muy extraña. Se dice “galaxia que cursaban”, ignorando que una galaxia es un lugar muy grande, y que cursarla, como si fuera un mar o un río, suena muy exagerado. Luego, nueve planetas y un agujero negro. Un sistema así, espero se entienda, no podría existir. Todo el sistema sería absorbido por el agujero negro. Las conjugaciones verbales de este capítulo no parecen correctas (aterrizaba/ se acercó). “Su mano derecha empuñaba su láser y apuntaba al rostro de Arnik”, parece incorrecto. El tiempo verbal cambia de nuevo. Por otro lado no es su mano la que empuña, es él. No queda claro qué ocurre en el encuentro entre los protagonistas, ni por qué se traspasa el parche. Hay un él sin tilde. Él recuerda el texto. Esto no puede estar bien. Al final veo guiños interesantes. Que siempre haya algo oculto debajo de los personajes es atrayente. El problema es que el autor explica muy poco, y deja demasiado a la imaginación del lector. Me hubiera gustado más desarrollo.
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-08-14 17:13:47
2
Comentario
Gracias al autor o autora por su tiempo y su imaginación. Una historia de seres extraños que poseen planetas o que poseen capacidades de viaje astral, un destino que une a dos personajes que no se conocen y un duelo que se veía venir. Alabo la imaginación del relato, pero la historia me ha resultado de lo más confusa, la estructura de saltos continuos no ayuda a darle claridad y la redacción me ha hecho cuesta arriba la lectura. Seguro que esta experiencia ayuda al autor/a a mejorar. El aspecto lingüístico evidencia que el texto necesitaría una profunda corrección de estilo y otra ortotipográfica. Dejo solo un puñado de los detalles que he localizado para que ayuden a mejorar: Espacios dobles. Algunas de las comillas no son las recomendadas para textos impresos en español, y no siempre se usan bien. Existe algún caracter extraño empleado como tilde en, al menos, un "pensó". Algunos errores en la puntuación de diálogos, y algún problema con las mayúsculas asociadas. Puntuación bastante mejorable y con muchísimos errores, como la coma ausente en "correcto» pensó" o la falta de coma de vocativo en "Maldito seas Taro". "terminante misión" no tiene sentido. Falta un artículo en "con mano enguantada". Hay más casos así. "porqué/por qué no podía". "transe/trance". "seguro (que) si lo como". "se pronunció enfermo" no tiene sentido. "duelo con el/él". "Haz/Has cambiado". "quien/quienes realmente la protegían". "no sé a dónde te lleve/lleva/llevará".
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-09-16 11:15:39
5
Comentario
Muchas gracias al autor y suerte ^^. Los nombres de Erendil y Elesban me han recordado a "El Señor de los anillos", por lo que he visto muchos tintes de fantasía también en este relato, cosa que me ha gustado. La mezcla de fantasía y ciencia ficción queda muy chula. La historia comienza directa al grano, es trepidante, pues pasa de un hecho y personaje a otro. No he visto grandes fallos, a excepción de algún punto no colocado, comas y cosas así, así que muy bien. Algunos errores en la puntuación de diálogos,
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-09-16 20:09:37
4
Comentario
Todo transcurre demasiado rápido, algunas escenas solo tienen unas líneas por lo que no están suficientemente desarrolladas en este relato que recuerda a Star Wars con los sables y contrabandistas y al Señor de los anillos por los nombres de los personajes. Veo necesario una mejor descripción de los acontecimientos y de los personajes. Pregunta. ¿por qué últimamente su vista llegaba más lejos? No he encontrado la explicación.
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