Pasar al contenido principal
ZonaeReader | eBook, Libros Electronicos & Recomendados
Inicia sesión
Regístrate
Menú principal
Inicio
Concursos
Ebookteca
Foro
Tutoriales
Lista Concursos
Sorteos
Videos
Pocket Book color
Usted está aquí
Inicio
Ver Relato del Concurso
Id
Relato
Publicación
46
Relato 42 - Vía Aurea
2022-06-23
Presentación
La fuerza de la naturaleza puede ser terrible. Descúbrelo leyendo el siguiente relato.
Relato
Cientos de años atrás, los desastres naturales eran precisamente eso — naturales. Una fuerza superior ante la cual el hombre, ese pobre humano, no podía hacer nada. Abrazarse en silencio y observar como un diluvio inundaba sus tierras; como una tormenta arrancaba el techo sobre sus cabezas; como la sequía destrozaba las plantaciones de las que vivían. Hasta que dijo basta. Basta a la vulnerabilidad, a la impotencia, ante la fuerza destructiva de la naturaleza. Luchar contra ello se convirtió en la prioridad de la humanidad. Conquistar la tierra para ser los únicos dueños de sus destinos. Todos sabemos cómo nos salió eso. ¿Los desastres naturales desaparecieron? ¡No! En un intento de conquistar el planeta, contribuimos a su destrucción. El canto de un pájaro se escuchó a la distancia. El agua del riachuelo corría furiosamente, creando un sonido relajante para la mente cansada de Ariel. El perro ladraba, las vacas mugían; todo a su alrededor era una cacofonía de sonidos que se unían en una sinfonía hipnotizante. —Se está bien aquí. —comentó, a solas con sus pensamientos, disfrutando de los placeres de la naturaleza a su alrededor. El verde de las montañas que lo rodeaban —con la ocasional pizca del blanco; la nieve todavía no se había derretido por completo— era un descanso para sus ojos que habían visto demasiado. Un aleteó sobre su cabeza llamó su atención, se recostó sobre la hierba mojada y miró hacia el cielo: un pajarraco raro volaba en círculos encima de él. Ariel podría jurar que lo estaba mirando directamente a los ojos. —Eres un pajarraco extraño. —susurró, consciente de que el pajarraco no lo entendería. Más, cuando este fijó sus minúsculos ojos en los de Ariel, su cuerpo entero se estremeció. Incapaz de mantener el contacto visual, los cerró con fuerza, apretó los puños a sus costados, deseando en silencio que el ave desapareciera para cuando volviera a abrirlos. Su deseo fue cumplido. Más, no solo el pajarraco desapareció. El verde a su alrededor se había convertido en rojo, el aire fresco de repente estaba pesado, ahogante. El clima agradable de la montaña había mutado a un calor sofocante. —¿Qué…? —Las palabras murieron en la boca de Ariel, el aire seco cortaba su respiración. La tos le sobrevino y se echó de rodillas, apretando su estómago ante el repentino malestar. La piedra sobre la cual estaba echado ardía, quemaba su piel a través de la ropa. Soltó un grito estremecedor, buscando un alivio que sabía nunca llegaría. Un canto familiar lo instó a alzar la mirada hacia el cielo bañado en sangre; el mismo pajarraco que lo había echado del paraíso montañoso lo observaba desde la distancia, dándole la bienvenida al infierno volcánico. —No quise estar aquí. —Se lamentó en voz baja, consciente de que no había nadie a su alrededor, que estaba solo en esa pesadilla que él mismo creó. Como si lo hubiese escuchado, el pajarraco soltó un graznido, luego otro más fuerte. Ariel apretó con fuerza las orejas, intentando frenar el sonido, calmar el dolor. Inútilmente, porque le parecía que el sonido venía desde adentro, desde sus propias entrañas. Desesperado, golpeó sus orejas con las palmas de las manos, pensando que la sordera sería más soportable que esa tortura. Volvió a cerrar los ojos con fuerza, buscando el alivio en la oscuridad. El sol ardiente le dio la bienvenida la próxima vez que los abrió. Soltó un suspiro de alivio, agradecido por haber escapado del volcán. Una playa tropical no estaba mal después de eso. Caminó por la arena cálida, descalzo, en contacto con la naturaleza. Era el objetivo principal de su viaje; aunque le habían advertido que encontraría obstáculos en el camino. Solo, no había esperado que el obstáculo se apareciera en forma de un pájaro negro, desagradable y terrorífico. —Tus miedos serán tu mayor debilidad. —Le había advertido Maya, pero en ese momento no le había hecho mucho caso. Ahora, al contrario, entendía las palabras de la científica a la perfección. —¡Un pájaro! —exclamó, golpeando con un pie el manto arenoso que cubría la playa y miró hipnotizado como una ráfaga de arena se alzaba en el aire, bailando a su alrededor—. ¿Quién lo habría dicho? —Rio, aún con el anillo de arena rodeándolo. ¿Eran imaginaciones suyas o este estaba estrechándose poco a poco? Apenas ese pensamiento cruzó su mente, lo vio de nuevo. Posado sobre la torre de vigilancia de los rescatistas, juraría que lo miraba con burla. Mal pájaro. Siguieron mirándose fijamente, retándose con la mirada, mientras el anillo arenoso finalizaba su agarre, ahogándolo. Ante el vendaval arenoso que cubrió todo a su alrededor, el pájaro desapareció de su vista. —Un tornado. —comentó, entre extasiado y asustado. Efectivamente, apareció a solo unos metros de un tornado furioso que engullía todo a su alrededor. Se arrastró por la hierba, buscando un lugar donde esconderse del gigante monstruoso. Tras una roca enorme, encontró su refugio. Se tiró de costado, sacó la cabeza para observar lo que ocurría a su alrededor. Ahogó una exclamación al ver al pajarraco sobre la piedra, mirándolo con diversión. Ariel sacudió la cabeza, aterrorizado. Era un pájaro. No podía mirarlo con diversión, se dijo. Ignorando a su acompañante fiel en ese viaje, volvió la mirada hacia el tornado. Las casas desaparecían ante su furia, los gritos de la gente llegaban a sus oídos como graznidos molestos, de los que te hacían sangrar las orejas. Volvió a cubrirlas, pero los gritos no menguaron. Cerró los ojos con fuerza, pero la oscuridad no le proporcionó alivio; no lo sacó de ahí. Cuando los abrió, el pajarraco seguía en su lugar, observando el tornado que iba acercándose a ellos cada vez más. —Quiero salir de aquí. —exclamó, su voz se parecía a la de un niño pequeño atemorizado. Retrocedió, arrastrándose, consciente de que el desastre iba directamente hacia él. Más, ¿Qué era un simple humano ante ese gigante monstruoso qué arrancaba los árboles más grandes del mundo como si fueran palillas? —Déjate llevar. —escuchó la voz en su cabeza; el pajarraco alzó el vuelo y desapareció de su vista. Centrado en él, no se dio cuenta de que era demasiado tarde para escapar. El despertar fue más abrumador que las veces anteriores. La fuerza del impacto lo llevó a deslizarse de la camilla, arrodillándose en el suelo. —Te sientes mal. —La frialdad de Maya no lo tomó por sorpresa, en otra ocasión la habría encontrado divertida incluso. —Evidentemente. —comentó, pero lamentó esa decisión al instante. La tos aumentó, sintió que estaba por expulsar los pulmones. —Toma esto. —Levantó la cabeza lo suficiente para ver que Maya le entregaba un vaso con algún líquido transparente; se lo bebió sin pensar. Unos segundos después, se sintió más liviano. Se recostó sobre el mármol frío del laboratorio, sin importarle quien lo veía. Minutos más tarde, nuevas voces se unieron a la de Maya, pero Ariel no lograba distinguirlas. El frío calmaba sus nervios, pero, a la vez, entumecía su cerebro, convirtiéndolo en un inútil. —¿Ariel? —Una voz masculina se acercó a él; un hombre fuerte y musculoso posó las manos sobre sus hombros y tiró de él hasta levantarlo—. ¿Estás bien? —Lo arrastró hasta una silla giratoria y lo dejó caer ahí; le entregó después otro vaso del líquido reparador. —Fue movido. —Se las arregló para decir, la habitación aún estaba dando vueltas a su alrededor. Un sonido familiar lo despabiló, saltó de la silla giratoria —tambaleándose— y miró en torno, buscando el origen. Pierre —el perico de Maya— lo observaba desde el hombro de la científica. —El pájaro. —susurró, entendiendo en ese momento que fue Pierre su ancla a la realidad en ese viaje. Entonces, ¿Cuál fue el obstáculo? —¿Podemos comenzar? —Ajena a la tensión que sentía Ariel, Maya se acercó a la pantalla principal y pronto la habitación se sumió en la oscuridad; las imágenes de su viaje comenzaron a reproducirse. Una habitación llena de personas en manteles blancos observó la última aventura de la Vía Áurea, en silencio, como si el más leve rumor terminaría con la magia. —¿Un tornado? —Cinco minutos después de terminar con el video, Louth habló. —Ahí terminó el viaje. —mencionó, aunque era obvio. Todos habían visto lo que él había vivido. Maya estaba a punto de decírselo, lo vio en sus labios fruncidos con desagrado, en su mirada penetrante clavada en la suya. Calló, por alguna extraña razón: Maya no era el tipo de persona que callaba sus pensamientos. —Voy a recortar esa parte. —Incómodo, Louth se acercó a la computadora principal, tecleó algo y salió sin voltear a verlos, escapando de su propia realidad. —¿Crees que llegaremos a tiempo? —Shy —que nombre tan oportuno llevaba la integrante más joven de su equipo—, se había acercado silenciosamente, preguntó en voz tan baja que él mismo la escuchó con dificultad. —Esperemos. —No iba a darle falsas esperanzas. La Vía Áurea era poderosa, pero no infalible. En sus dos años de funcionamiento, había tenido tantos éxitos como fracasos. Ariel, como miembro fundador, estaba acostumbrado a los pormenores del trabajo que había escogido, pero jóvenes impresionables —como Shy—, no lidiaban bien con las dificultades. —¿Y si no llegamos a tiempo? —Cansado por el viaje, adolorido por las movidas frenéticas, Ariel tomó aire antes de responderle a la muchacha. No quería asustarla. —Seguimos con el siguiente proyecto. —dijo con facilidad; esa respuesta estaba tan automatizada para él que no se dio cuenta de la expresión de pavor de la menor. —¿Y la gente? —exclamó, pero Ariel no le prestaba más atención. Pierre, con su canto celestial —según su dueña— se había puesto en el centro de su mundo, de nuevo. —¿Qué te pasa, pajarillo? —Maya le hablaba en voz baja al perico, pero sus ojitos estaban clavados en Ariel. Hombre y ave se miraron por lo que pareció una eternidad, borrando todo a su alrededor, solos en su mundo particular. —¡Maya! —Su propia voz lo sorprendió; la científica lo miró con desinterés. Tan tranquila, calma en la tormenta; la persona perfecta para estar a cargo de Vía Áurea. A veces, su frialdad molestaba a Ariel, su despreocupación por lo que veían a diario; como si su corazón estuviera hecho del hielo. —Dime. —Sin mirarlo, la mujer seguía concentrada en las pantallas de su ordenador, echándole una ojeada ocasional a su mascota. —Pasa de nuevo el video. —pidió, aunque tenía la potestad de ordenar. Era el jefe, la persona a cargo, pero, desde la llegada de la científica, todos parecían habérselo olvidado. Él incluido. —¿Por qué? —Sin esperar una respuesta de su parte, la mujer dejó correr el video de nuevo. Ariel se acercó a las pantallas —con Shy pisándole los talones—, distanciándose del mundo. Por un momento se sintió absorbido por la imagen, de vuelta en el mundo imaginario que habían creado. Fue extraño, caminar siguiendo sus propios pasos. Casi podía sentir la hierba, la roca, el ardor, el frío, el miedo; todo de vuelta, con la misma intensidad que la primera vez. El graznido del pajarraco volvió a irritarle los tímpanos, el tornado volvió a envolverlo y hacerlo danzar en el aire. Lo dejó caer desde las alturas, como un saco de basura sin valor; como si no hubiera sangre corriendo por sus venas. —¡Ariel! —exclamó Maya, después de llamarlo varias veces sin obtener respuesta. La irritación en su voz picó en la piel de Ariel, sacándolo de su ensimismamiento. —¡¿Qué?! —gritó de vuelta, asustando a Pierre. El pájaro voló desde su hombro —¿Cuándo se había posado ahí? — hasta el de Maya. —Te pregunté si tienes hambre. —soltó la mujer—. Los viajes absorben mucha energía. —Estoy bien. —replicó, distraído—. ¡Estoy mejor que bien! —saltó, con los puños apretados a sus costados; una sonrisa radiante rompiendo su cara y los ojos brillantes por la emoción. Maya no la compartió, lo miró cómo si se hubiera vuelto loco. —Me alegro por ti. —desenfadada, giró hacía sus pantallas de nuevo, pero Ariel no estaba dispuesto a callarse en esa ocasión. —Lo tengo, Maya. —En dos zancadas se acercó a ella, la zarandeó con fuerza para que le prestara atención, con los ojos desorbitados—. Lo tengo. —exclamó. Maya se zafó de un movimiento, retrocedió varios pasos y miró a su alrededor, hasta divisar a Shy. —¡Fuera! —La joven, asustada por el comportamiento de su jefe y la mirada reprobatoria de la científica, se apresuró a abandonar la estancia, dejando todo su equipamiento detrás—. ¿Qué te pasa? —preguntó, apoyándose en la mesa de centro, con Pierre —nervioso— en su hombro. —La respuesta. —Entusiasmado, Ariel intentó acercarse de nuevo, pero el hielo en la mirada de su compañera lo disuadió. —¿Otra vez? —Maya sentía que estaba viendo una película cuyo final conocía muy bien. Decidió seguirle la corriente, más por la falta de fuerzas para pelear que por interés. —¡No! Esta vez es real. —Aseguró Ariel, pero la científica no le creyó—. Mira, ha estado ahí todo el tiempo. —señaló las pantallas donde se seguían sucediendo las imágenes de la reciente aventura. —Muéstrame. —pidió. —El pájaro. —Ariel señaló un ave grande, negra y desagradable que se veía en cada una de las locaciones. —El ancla. —asumió Maya, pero su jefe negó. —Lo mismo lo pensé yo. El canto es igual al de Pierre. —Miró hacia el pájaro por un breve instante—. Pero, mira donde se pone. —Fue a señalar la pantalla con el dedo, pero Maya se adelantó y le entregó una de las luces láser. Odiaba que tocaran la pantalla: la ensuciaban y después nadie se daba por aludido a la hora de limpiar. —A ver. —No podía negar que se sentía medianamente interesada en lo que tenía que decirle Ariel, tampoco podía obviar el hecho de que sus teorías estaban cada vez más fascinantes. —En la primera locación, la montaña, vuela. —rodeó la figura del pájaro con la luz roja—. Recortado contra el cielo. Lo mismo con el volcán, ¿ves? Sigue volando. El cielo azul, el cielo rojo. —La miró esperando que confirmara, así que Maya asintió por compromiso. Además, quería seguir escuchando—. En la playa está sobre la roca. Está tranquilo, en su hábitat. Pero, mira como se ve en el tornado. —No se ve. —Apostilló Maya, pero se arrepintió al instante al ver la decepción en la cara de Ariel—. Está girado hasta el tornado, no lo vemos en la cámara. —aclaró, incapaz de hacerle daño voluntariamente. —Precisamente, porque mira al tornado. —asintió Ariel—. Porque, los pájaros escapan de los tornados. —Vale… —Maya calló por unos segundos, pero después se rindió—. No entiendo nada. —confesó. —¡Lo sé! —Ariel no se veía tan desganado como esperaba—. Maya, la Vía está pensada para prevenir los desastres naturales. O al menos, minimizar su impacto. Y lo hemos estado haciendo por años. Un granito de arena hacia un mundo mejor, ¿no? Utilizar la tecnología para ayudar al planeta, no destruirlo. Y si… —suspiró, su respiración volviéndose más dificultosa. Maya echó mano de la botella donde guardaba el remedio para cuando volvía del viaje, pero para ese momento los efectos secundarios de la droga debían de haber desaparecido. La droga ya no estaba en su sistema. —Tranquilo, respira. —se acercó a él, posando una mano sobre su hombro, reconfortándolo. —¿Y si podemos hacer más, Maya? —siguió hablando, ignorando su propio bienestar—. ¿Y si podemos encontrar la manera de no solo prevenir, sino detener los desastres? —Maya lo miró como si le hubiera salido otra cabeza. —¿Detener? —repitió, convencida de haber escuchado mal. —Exactamente. —El entusiasmo afloró de nuevo—. Parar con todo de una vez. —Jugar a ser Dios. —Concluyó Maya, Ariel negó con la cabeza frenéticamente—. Sí. Convertirnos en eso que juramos destruir. —añadió, con sarcasmo. —No. —Ariel bajó de su nube entusiasta, pero la desesperación no abandonó su mirada—. Ayudar a la gente. —repitió el mantra según el cual crearon la Vía Áurea, buscando convencerla. —Si detenemos al tornado, ¿detendremos también la lluvia? —Maya lo tomó del brazo en una muestra de afecto poco habitual en ella. Ariel miró hacia el lugar donde sus cuerpos se tocaban con sorpresa—. Entonces, ¿cómo detendremos la sequía? Eh, ¿Ariel? —Siguió, en voz baja—. ¿Si no hay inundaciones, las plantaciones sobrevivirán a la sequía? ¿Si no hay viento qué disemine las semillas, qué crecerá en la naturaleza qué queremos proteger? —Yo… —Quieres salvar el mundo, Ariel. —terminó por él, compasiva—. Lo sé y lo entiendo, porque yo también quiero hacerlo. Por eso me uní a la Vía, Ariel. —Se sentó en el suelo, con el perico sobre su hombro y tiró del brazo de su jefe para que se le uniera—. Este proyecto es increíble, puede cambiar el mundo, pero no a cualquier precio. Si llevamos la lluvia a la Sáhara, dejaremos la selva desprotegida bajo el sol inclemente. —Un suave apretón en su mano fue la única muestra de que Ariel seguía escuchándola—. Lo único que podemos hacer es ayudar, prevenir, estar preparados. Pero, la naturaleza no está aquí para servirnos a nosotros, somos nosotros quienes tenemos que adaptarnos a ella. Vivir con ella, no luchar. —Tienes razón. —susurró. —Lo sé. Por eso me tienes a tu lado, ¿cierto? —El hombre la miró con un amago de sonrisa en sus labios—. Yo soy todo corazón, Maya. Impulsos, fiereza. Necesito que seas mi razón, mi temple, mi calma. —Ambos se sonrieron—. Tú me lo dijiste. Y estoy cumpliendo mi parte. —¡Maya! —El momento se vio interrumpido por la entrada de Louth, seguido por Shy quien parecía temerosa de volver a adentrarse al laboratorio—. ¡Tenemos la locación! —Giró un papel entre sus dedos, con una sonrisa entusiasmada. —Junta el equipo, ¿quieres? Yo daré el aviso. —Louth asintió, arrastrando a Shy detrás de él. Maya se levantó, le ofreció su mano a Ariel y este la tomó sin vacilar—. No podemos cambiar el mundo, no podemos luchar contra la naturaleza. Pero, ahí afuera hay una comunidad cuyo mundo si podemos cambiar, en este preciso momento. Ariel asintió. La dejó sola mientras se comunicaba con la aldea que sería arrasada por el tornado en apenas unos días. El aviso oficial llegaría apenas unas horas antes del golpe, pero la Vía Áurea se especializaba en detectar esos eventos mucho antes, cuando aún estaban a tiempo de ayudar. Con un equipo de científicos brillantes, la última tecnología y una pizca de fe, la Vía Áurea no cambiaría el mundo, pero lo convertiría en un lugar mejor para vivir.
NO PUEDES CREAR UNA VALORACION O MODIFICAR UNA ANTERIOR
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-06-24 22:56:14
4
Comentario
Autor/a, esta narración no la entendí, es un poco complicada para mí. Estuve buscando en google y conseguí lo del número áureo y la proporción, pero no aclaré el argumento del relato. Puede que otro forero lo explique. Según entiendo, que la vía áurea ayuda a detectar fenómenos naturales (algo como lo que se hace actualmente: huracanes, lluvias, clima, etc., para alertar a los habitantes de un determinado lugar), ¿con la idea de que sus integrantes anulen su fuerza y salven al planeta de los desastres? Hay errores de exceso y falta de tildes. Diálogos mal puntuados. Creo que es un buen argumento pero que hay que desarrollarlo de forma más clara. ¡Suerte!
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-07-25 12:34:45
5
Comentario
Dentro del contexto de este relato se expone las alteraciones en el clima y sus consecuencias sobre el ser humano, lo cual tiene lógica ya que dichas alteraciones, en muchos de los casos, son antropogénicas. Por otro lado, hay términos que no me parecen adecuados para el género, como "vaso del líquido reparador", "remedio". No estoy diciendo que se debería escribir como si fuese un artículo científico, pero sí que esté algo más trabajado o estudiado. Un ejemplo que se me ocurre en lugar de "vaso del líquido reparador" es "un compuesto que ayuda con la respuesta inmunitaria, o que influye sobre la respuesta hormonal...", por poner un par de ejemplos y dependen también del contexto. El desarrollo de la idea me resultó predecible, me recordó a la película de "Geotormenta". Hay algunos errores: tildes, mayúsculas, sobre todo de puntuación en los diálogos. Este aspecto, normalmente, no lo tendría en cuenta en mi valoración, pero en este caso sí porque los errores son abundantes y dificultaron la lectura. Esto no ayudó a la parte narrativa, la cual podría mejorar para que sea más amena y clara. Parece que el relato en sí mismo se contradecía con lo que creo que intentaba transmitir. Sin embargo, lo he vuelto a leer para darle otra oportunidad y he decidido subir mi puntuación, ya que a pesar de necesitar un repaso tanto de estilo, científico y ortotipográfico, la idea no está mal y me resulta realista, solo le falta un pequeño empujón a su desarrollo y quizá un poco más de trabajo en el vocabulario o terminología. Espero que esto ayude. ¡Ánimo y no dejes de escribir que vas por bueno camino!
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-06-25 22:19:11
4
Comentario
Al principio este enrevesado relato me ha recordado el cuento de aquel que, encuentra la lámpara maravillosa y en vez de pedir un deseo, profiere algun pensamiento nefasto y, este, cobra vida en forma y se materializa. La historia queda ambigua. ¿Quienes son los protagonistas? ¿Sólo salvan una aldea?. Creo que el autor /a debería darle una vuelta y concretar el mensaje.
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-06-26 12:26:19
5
Comentario
El pájaro de Poe aferrado a nuestra conciencia para desatar nuestros miedos, además el autor/a de manera sutil lo enlaza al apocalipsis de Juan. La idea es fascinante y puede generar una gran novela, pero en este relato la desarrolló de manera inapropiada, me explico; el número áureo debió haber sido la clave del desenlace y no lo fue, o quizás fue mi falta de inteligencia que no captó la conexión. por otro lado hay cierta confusión en la narración que desmotivan al lector a continuar la lectura. Creo que es una gran idea y el autor/a debe pulirla, estoy convencido qué le proporcionará muchas satisfacciones desde el punto de vista literario
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-06-29 19:25:47
5
Comentario
Este cuento me recuerda cómo en la actualidad hay mucha literatura mágico.fantástica que se clasifica, no sé por qué, como ciencia ficción. Si en esta historia cambiamos la profesión de Maya por la de bruja y la pantalla que refleja la historia por una bola de cristal, sería un cuento fantástico. A mí me gusta que la ciencia aparezca por algún lado. No obstante, dejando aparte alguna sintaxis dudosa ("sus teorías estaban cada vez más fascinantes", por ejemplo), la historia se lee bien y resulta prometedora. Yo la reescribiría como cuento fantástico y buscándole un final más impactante.
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-06-30 05:10:26
5
Comentario
Hola estimado, leí el relato y creo comprender al premisa central, la de anticipar los desastres naturales. Pero en sí el relato me parece bastante confuso en la forma de desarrollar los diálogos, que desvían demasiado la atención para tratar de entender cómo es que funciona la tecnología que usan. Además, más allá de que presentes la tecnología de ViaAurea, no vemos que pase mucho más. No hay una tensión, un conflicto que vemos que avance mientras avanza el cuento. De hecho la situación inicial del relato es casi igual a la de su final.
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-06-30 15:56:46
3
Comentario
El relato está bien escrito y se lee con fluidez. La idea de un sistema que permita predecir desastres naturales y avisar a la gente de antemano está más que trillada. El autor/a le ha añadido la posibilidad de verlo mediante realidad virtual. ¡Pues, vale! Aunque lo expresa tan enrevesadamente que casi no se entiende. El relato transmite que intentar controlar las catástrofes naturales nos llevaría a destruir el planeta. Es una idea más que discutible por derrotista. El autor/a introduce elementos interesantes como el del pájaro como ancla a la realidad en el viaje virtual, pero uno se pregunta, ¿para qué? ¿con qué fin? Es un fuego de artificio que no prende. Al final, el relato es un batiburrillo confuso de ideas que se podían haber expresado de forma mucho más sencilla. Por otra parte, el autor/a hace algo que nunca se debe hacer. Los tres primeros párrafos son una especie de “ensayo” adosados a un relato que empieza en el cuarto párrafo que, por cierto, se pasa de pastoril y es casi gazmoño.
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-07-01 16:25:02
5
Comentario
Es una sopa de letras que aleja al lector de la comprensión, especialmente tanto interludio en los diálogos trancan la lectura. Creo que puede haber una idea buena detrás de todo eso, pero hay que trabajar el relato a base de bien para sonsacarla. Nada más empezar la palabra pajarraco se repite tres veces en apenas dos renglones. Sigue escribiendo autor. Suerte.
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-07-02 13:18:35
2
Comentario
Gracias al autor o autora por su tiempo y su imaginación. Un futuro distópico en el que el mundo está prácticamente arrasado y un alegato ecologista protagonizan esta historia, en la que una extraña tecnología futurista, a medio camino entre la premonición, la previsión meteorológica, el chamanismo y la observación del futuro, es empleada para ayudar a la gente. Para ser sincero, he sentido una desorientación constante debido a factores como la organización del texto, el estilo empleado y la redacción. El aspecto lingüístico requiere trabajo si lo que se quiere es aportar calidad y claridad, trabajo que solucionaría la larga lista de errores y aspectos mejorables del texto. En esa dirección, sería necesaria tanto una corrección de estilo como una ortotipográfica. A continuación dejo una lista con solo un puñado de detalles de los que he detectado, para que ayude a mejorar: Bastantes errores en la puntuación de diálogos, como el punto de "aquí. —comentó" y el de "razón. —susurró". En algún caso, la puntuación crea confusión y contiene errores, como en el párrafo "—¿Crees que llegaremos...". Muchos errores de puntuación, como la raya de la primera línea. Tendría que ser dos puntos o una coma. Expresiones extrañas, como "el hombre, ese pobre humano", "hecho del hielo", "la mesa de centro", etc. Muchos errores de acentuación, como en "que/qué nombre tan", "aleteó/aleteo", varios "Más" que van sin tilde o el "Aurea" del título. Algún error en el uso de gerundios, como el gerundio de posterioridad "distanciándose". Varios errores con mayúsculas, como en "conquistar la tierra/Tierra". El narrador, en ocasiones, juzga, como al llamar "pajarraco" a un ave. Problemas con el uso de preposiciones, como en "apretó los puños a sus costados". El uso de la cursiva no es el adecuado. Los diálogos discurren de manera muy entrecortada por la disposición y extensión de los incisos. "la/el Sáhara".
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-07-04 13:10:41
2
Comentario
Un relato innecesariamente prolijo y confuso (no complejo). Los personajes parecen formar parte de una especie de unidad precrimen al estilo de Minority Report, pero de fenómenos naturales. Las connotaciones de ciencia ficción resultan vagas, pues si en lugar de emplear monitores y la indefinida "vía aurea" se usaran cartas del tarot o lectura de entrañas el resultado sería el mismo. Creo que mas que una secunda redacción o lectura, el cuento lo que amerita es repensarse desde el principio.
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-07-11 17:23:40
2
Comentario
El texto comienza con una tendencia innecesaria a la repetición (como, basta). Luego, el pasaje entre la introducción del narrador y el comienzo debería de estar separado. A aleteó le sobra el tilde. Resulta exagerado que note que un ave lo mira a los ojos, o que transmita en sus gestos muecas humanas como la diversión. Me parece que los pensamientos es mejor ponerlos entre comillas, y no con las rayas de diálogo. “Un canto familiar” tal vez debería ser “Un canto que le resultó familiar”. ¿Cómo sabe que él mismo creo la pesadilla? Creo que falta algo al principio de la historia. ¿Por qué tiene alucinaciones? Cuando despierta la segunda vez no queda claro si está en un cuarto lugar, si Maya está a su lado, si recuerda sus palabras o si las imagina. ¿La científica tiene un perico en el hombro, como el pirata Morgan? El cuento viene muy confuso, casi onírico, y no le vienen bien este tipo de incongruencias. Liquido extraño, hombre musculoso, son términos demasiado imprecisos. No logro entender esta frase “Una habitación llena de personas en manteles blancos observó la última aventura de la Vía Áurea…” ¿Las personas están dentro de los manteles blancos? ¿Es la habitación la que observa? Hago estas preguntas ridículas para que se entienda que la frase está mal armada. “Cinco minutos después de terminar con el video…” Terminan de ver el video de su “aventura” y se quedan cinco minutos en silencio. Parece raro. Los incisos de los diálogos confunden. ¿Juraron destruir a Dios? ¿Para qué? ¿En serio las personas acientíficas creen que los científicos juran destruir a Dios? Los conceptos sobre ecología, ecosistema, y acerca del funcionamiento del clima, son ingenuos, casi infantiles. No es creíble que un grupo de científicos razone de esa manera. ¿Si llevamos lluvia al Sahara, se la sacamos a la selva? Es un razonamiento muy ingenuo. Al final no queda clara la trama del cuento. ¿Cómo pretendía él detener el tornado? Parece un panfleto de publicidad sobre la Vía Aurea.
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-07-21 07:13:02
4
Comentario
Me parece buena idea unir el misticismo y la ciencia ¿Por qué no? A fin de cuentas es ficción. Debo decir que no me parece mala idea para una novela, pero como relato corto lo encontré confuso. Estoy segura de que los apuntes que te dieron otros lectores serán de mucha ayuda para mejorar la idea de base que, repito, me parece buena. Suerte autor/a. Sigue escribiendo!! :)
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-07-24 13:15:58
4
Comentario
La idea de mezclar conceptos me parece aceptable, pero después de leer el relato no me ha quedado claro que es exactamente eso de la Vía Aurea. Me falta alguna explicación más científica sobre su desarrollo. Varios errores ortográficos afean el resultado final. Creo que la idea da para una novela corta, pero en un relato ha resultado poco desarrollada.
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-07-26 21:18:58
3
Comentario
Me ha parecido un relato un poco confuso inicialmente, falta un poco de transfondo, Algo qué le de sentido a la historia y nos permita entender las motivaciones de los personajes. Dejar cosas a la imaginación del lector es siempre una buena idea, pero hay que guiarlo un poco para que no pierda interés. También he echado en falta el componente de ciencia-ficción en el relato parece que esta ahí, pero se pasa por él de forma muy liviana. Tan sólo mencionando su nombre y poco más. Por otro lado he visto algunas construcciones confusas y algunos errores que me han chirriado en su lectura.
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-08-05 20:36:09
4
Comentario
Me ha pasado como a Maya, que no entiendo nada. La redacción ha sido muy confusa y no sabía hacia donde iba el relato. Ya, al final, con la conversación entre Maya y Ariel lo he entendido y me ha dado una sensación de final feliz muy edulcorado. Estoy de acuerdo de que es una buena idea.
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-09-07 16:16:12
4
Comentario
Muchas gracias al autor y suerte ^^. Hay bastantes errores de puntuación a lo largo de todo el relato. Los que más me han chirriado son: El "MÁS" con tilde, que el autor lo pretende utilizar como conjunción adversativa pero sin saber que para que sea así debe ir sin ella. Esto me ha entorpecido un poco la lectura en esas partes. Puntos en los diálogos de manera errónea. Ejemplo: —El pájaro. —susurró... —Se está bien aquí. —comentó, a solas Después de "pájaro" y de "aquí" no iría punto. Son cosillas que se van aprendiendo y puliendo con muchos y muchos años de escritura, así que espero que el autor no desfallezca. Pero la idea me ha gustado mucho. Eso de que el hombre pueda controlar el tiempo para evitar catástrofes o contribuir a que llueva es muy interesante y seguro que ya se está produciendo(sale mi vena conspiranoica ahora que estamos con el tema del agua en muchos países de Europa). Creo que el autor tiene mucha imaginación y puede llegar a crear grandes historias.
Fecha Publicación
Valoración Relato
2022-09-16 04:37:56
4
Comentario
Al inicio, la transición entre la parte que narra cómo se llegó hasta la actualidad y la parte del presente con Ariel se sintió un poco abrupta. Existen algunos errores ortográficos, como algunas tildes y la puntuación en la parte de los diálogos. La parte científica no está muy clara, no entendí cómo pueden ser capaces de predecir desastres naturales. En general, parece que el relato quería decirnos algo, pero no comprendí muy bien el qué.
Consulta la comparativa de eReaders
en Español, más completa de internet.
eReaders
Todos los eReaders
Buscar eReaders
Comparar eReaders
Podría interesarte...
Obra colectiva del equipo de coordinación ZonaeReader
También en redes sociales :)