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Id	Relato	Publicación
148	Relato 64 - Vacaciones en Marte	2023-10-08

Presentación
¿Alguna vez has soñado con escapar de las multitudes y encontrar un lugar donde la soledad y la paz reinen? ¿Un lugar donde lo inesperado se convierte en la norma?

Relato
Paco odiaba ir de vacaciones. Tener que hacer la maleta, viajar en la misma dirección que cientos de personas, visitar espacios masificados… Paco aborrecía las multitudes. Desde que era un niño, había desarrollado una especie de aversión hacia la idea de dónde disfrutar de unos días libres. Siempre buscaba lugares poco concurridos, pero por desgracia, en la Tierra parecía que había agotado todas las opciones posibles. Había explorado todos los destinos posibles; todas las playas escondidas, todos los desiertos, todos los escondrijos… Ahora, mientras estudiaba el mapamundi que tenía colgado en la pared de su habitación, estaba indeciso. Sentía una sensación de desconcierto sobre hacia dónde dirigirse a continuación. ¿Sería posible encontrar unas coordenadas en el mapa libres de turistas y todavía virgen a sus ojos? Cuando, días después, se enteró de la posibilidad de un viaje a Marte, Paco no vaciló ni un instante antes de inscribirse tan pronto como se abrieron las inscripciones. Veía en ese lejano destino la promesa de la tranquilidad que tanto ansiaba. Además, el coste del viaje era considerable, lo que aseguraba que no sería una experiencia masiva para familias. Pocas personas podrían permitirse ese lujo. Además, también había que tener en cuenta el excesivo tiempo, novecientos días entre la ida y la vuelta, sin contar de la estancia en el planeta rojo, al menos un mes, mejor tres. Bien debía amortizar un viaje tan largo. ¿Quién, después de todo, podía permitirse mil días de vacaciones? Para Paco, estos inconvenientes eran atractivos. La idea de explorar un planeta prácticamente virgen y poco transitado como Marte era la solución a sus problemas, la culminación de su búsqueda de la soledad. El viaje a Marte se produjo sin nada a reseñar lo que evita tener que ocupar demasiado espacio en este relato, explicándolo. Tan solo hablar sobre el entretenimiento a bordo, una inteligencia artificial que se conectaba directamente al cerebro de cada pasajero ofreciendo diversión personalizada. Este innovador sistema de entretenimiento, diseñado para ofrecer diversión y distracción durante los cuatrocientos cincuenta días que duraba el largo viaje, recibió la mayor puntuación al concluir la travesía. Los pasajeros disfrutaron de una gama de experiencias personalizadas que abarcaban desde películas y música hasta juegos y experiencias virtuales envolventes, pero todo mientras sus cuerpos estaban en suspensión. Antes de pisar Marte, Paco fue sometido a una revisión médica. La compañía quería asegurarse que todos los pasajeros estuviesen en las mismas condiciones médicas que en el despegue Al terminar los médicos le ordenaron comer una barrita energética y realizar algunas flexiones para desentumecer sus huesos y músculos. Mientras observaba el paisaje marciano, cavilando sobre cuál iba a ser su siguiente paso, una figura imponente por su altura se encaminó hacia él. Era evidente que Paco era el objetivo de sus pasos, pero este desconocía su propósito. Inquieto, se preguntó: ¿Qué podría querer esa figura de él? —Saludos, Paco. Mi nombre es Wara. He sido asignado como tu guía durante tu estancia en Marte. Estoy aquí para ayudarte en todo lo que necesites. Puedo responder a cualquier pregunta que puedas tener y asegurarme de que tengas la mejor experiencia para que hables bien de este planeta cuando vuelvas a la Tierra. Paco se encontraba desconcertado sobre cómo saludar a Wara. ¿Era apropiado estrecharle la mano? ¿Quizás un beso en la mejilla? Pensó, molesto, que nadie les había informado sobre las normas de cortesía marciana. Wara percibió la incertidumbre en Paco y dijo con voz tranquilizadora: —Nos han proporcionado conocimientos sobre las costumbres de saludo humanas. Podemos saludarnos con un apretón de manos, un beso en la mejilla, un beso en los labios, chocar nuestras narices o cualquier otro gesto típico de tu cultura. Incluso el intercambio de fluidos está permitido. —Un apretón de manos estará bien —dijo Paco, sintiendo cómo su rostro se teñía de rojo sin que él pudiese evitarlo. Wara, percibiendo su incomodidad, intentó tranquilizarlo: —Estoy aquí para hacerte sentir a gusto. Si prefieres otro tipo de saludo, solo tienes que decirlo. Estoy dispuesta a cualquier otra forma de saludo, en cualquier momento. Puedo satisfacer todas tus necesidades —Wara fijó la mirada en el rostro enrojecido de Paco más tiempo de lo que se consideraría correcto en la Tierra—. He notado el cambio de color en tu piel. Nos han informado que eso es habitual entre los humanos, que no debemos preocuparnos. Si lo deseas, yo puedo modificar el tono de mi piel para que se asemeje al que tiene ahora tu rostro. Nos han informado que los humanos aprecian mucho la empatía. Paco, claramente abrumado, balbuceó: —No… no se.. se… rá… necesario. —tartamudeó el hombre, a su pesar. Estaba seguro de que su rostro parecía un tomate en ese preciso instante. Sintió envidia de Wara. Ella podía decidir sobre el color de su piel. Él, no, por desgracia. Wara, siempre atenta, inquirió: —He observado tu dificultad al hablar. ¿Te gustaría que me comunicara de una manera similar para que te sientas más acompañado? —preguntó Wara, solicita. —No, gracias, Wara. No hace falta, de verdad. Wara aceptó la orden de Paco, por lo que procedió a continuar la conversación con el siguiente paso: —¿Qué deseas realizar en este momento? Podemos ir a donde quiera. Hay muchas opciones a tu disposición. Estoy aquí… —Ya lo tengo claro, estás aquí para atender mis necesidades —interrumpió Paco con una sonrisa amistosa—. No hace falta que lo recalques constantemente. —De acuerdo, Paco. No lo volveré a decir. Dime, ¿hay algo específico que quisieras hacer ahora? Quiero ayudarte a tener la mejor experiencia posible aquí. Por favor, responde a la pregunta para que pueda proceder con los pasos adecuados para hacer realidad tu petición. —Pues… yo… —No tenía ni la más remota idea… ¿Qué podía decir? Paco se quedó pensativo, con una sensación de vacío. Tenía todo un planeta a su disposición y no sabía por dónde empezar. Su frustración era palpable. Se sintió molesto consigo mismo. ¿Cuándo tendría otra posibilidad igual? Wara, percibiendo su dilema, respondió con amabilidad: —Entiendo que puedas sentirte abrumado. Algunos humanos son indecisos, según tengo entendido. A veces necesitan tiempo para procesar y decidir, y más cuando se enfrentan a nuevos desafíos. Nos han informado que no debemos apurarlos. Cada humano es diferente y necesita un tiempo distinto de respuesta. Tómate el tiempo que necesites, estará aquí para guiarte cuando estés listo. Dicho esto, Wara cerró los ojos. Su postura cambió: sus hombros se relajaron y su cuello se dobló hacia delante, llevando su cabeza en una ligera inclinación hacia la derecha. Su respiración se hizo casi imperceptible y todo rastro de tensión en su rostro desapareció. —¿Wara? ¿Estás bien? —preguntó Paco, azorado. Se sintió vulnerable y desorientado. Miró a su alrededor, buscando algún tipo de indicación o señal de lo que debía hacer a continuación. Un pasajero, más joven que Paco, que había estado siguiendo la conversación desde la distancia, decidió acercarse tras haber esperado respetuosamente a que terminaran. Siempre que podía ayudaba a sus semejantes. Con un gesto amigable, se dispuso a ofrecerle un consejo gratis a Paco: —Hola. Wara solo necesita que usted responda a su pregunta, qué desea hacer ahora. Una vez responda se reactivará y continuará la conversación donde la dejó. Es muy sencillo, amigo. Es un protocolo estándar en Marte. Sé que puede ser un poco desconcertante la primera vez que lo ves, pero es completamente normal. Puede estar tranquilo, él está bien. —¿Reactivar? ¿Estamos hablando de un robot? ¡Estaba convencido de que Wara era una auténtica marciana! —La desilusión se apoderó de Paco, matizando su voz con un tono de desconcierto y frustración. Se sentía engañado. Había viajado tan lejos con la ilusión de interactuar y socializar con los habitantes genuinos de Marte, no con simples robots, por muy sofisticados que fuesen. Después de un breve momento de reflexión, recordó algo en las palabras del joven que le hizo arquear una ceja. —Un momento… ¿Dijiste «él» al referirte a Wara? Pensé que tenía una apariencia y denominación femenina. Wara parece nombre de mujer. En la Tierra ningún hombre se llamaría así. —Recuerda que esto es Marte, no la Tierra. Wara es un marciano, muy guapo, por cierto. Los marcianos saben cómo reducir sus pulsaciones y su respiración al mínimo, tanto que parece que no están vivos —dijo el joven recalcando que era un marciano del sexo masculino. —Entonces, ¿no es una marciana? —insistió. Paco no dejaba de asombrarse. ¿Qué más sorpresas le esperaba en Marte? —No. Las marcianas son muy diferentes. Si se cruza con alguna no la podrá olvidar nunca, se lo aseguro, amigo. Ahora me tengo que ir, mi guía me estará buscando. No se inquiete por nada y confíe en Wara. Tras agradecer su ayuda desinteresada, Paco habló con Wara. Había tomado una decisión: —Quiero explorar el planeta. No conozco nada, por lo que no tengo preferencias. Tienes libertad para que llevarme a dónde quieras. Pero, por favor, no me vuelvas a ofrecer un intercambio de fluidos. Todavía no nos conocemos lo suficiente. Wara estalló en risas, asustando a Paco por lo sorpresivo y respondió: —Mi objetivo es que tu experiencia sea única y maravillosa y no ser los protagonistas de una comedia intergaláctica. Exploraremos Marte, pero sin fluidos ni narices tocadas. ¡Prometido!

Relato

     Paco odiaba ir de vacaciones. Tener que hacer la maleta, viajar en la misma dirección que cientos de personas, visitar espacios masificados… Paco aborrecía las multitudes.
     Desde que era un niño, había desarrollado una especie de aversión hacia la idea de dónde disfrutar de unos días libres. Siempre buscaba lugares poco concurridos, pero por desgracia, en la Tierra parecía que había agotado todas las opciones posibles. Había explorado todos los destinos posibles; todas las playas escondidas, todos los desiertos, todos los escondrijos… Ahora, mientras estudiaba el mapamundi que tenía colgado en la pared de su habitación, estaba indeciso. Sentía una sensación de desconcierto sobre hacia dónde dirigirse a continuación. ¿Sería posible encontrar unas coordenadas en el mapa libres de turistas y todavía virgen a sus ojos?
     Cuando, días después, se enteró de la posibilidad de un viaje a Marte, Paco no vaciló ni un instante antes de inscribirse tan pronto como se abrieron las inscripciones. Veía en ese lejano destino la promesa de la tranquilidad que tanto ansiaba. Además, el coste del viaje era considerable, lo que aseguraba que no sería una experiencia masiva para familias. Pocas personas podrían permitirse ese lujo. Además, también había que tener en cuenta el excesivo tiempo, novecientos días entre la ida y la vuelta, sin contar de la estancia en el planeta rojo, al menos un mes, mejor tres. Bien debía amortizar un viaje tan largo. ¿Quién, después de todo, podía permitirse mil días de vacaciones? Para Paco, estos inconvenientes eran atractivos. La idea de explorar un planeta prácticamente virgen y poco transitado como Marte era la solución a sus problemas, la culminación de su búsqueda de la soledad.
     El viaje a Marte se produjo sin nada a reseñar lo que evita tener que ocupar demasiado espacio en este relato, explicándolo. Tan solo hablar sobre el entretenimiento a bordo, una inteligencia artificial que se conectaba directamente al cerebro de cada pasajero ofreciendo diversión personalizada. Este innovador sistema de entretenimiento, diseñado para ofrecer diversión y distracción durante los cuatrocientos cincuenta días que duraba el largo viaje, recibió la mayor puntuación al concluir la travesía. Los pasajeros disfrutaron de una gama de experiencias personalizadas que abarcaban desde películas y música hasta juegos y experiencias virtuales envolventes, pero todo mientras sus cuerpos estaban en suspensión.
     Antes de pisar Marte, Paco fue sometido a una revisión médica. La compañía quería asegurarse que todos los pasajeros estuviesen en las mismas condiciones médicas que en el despegue Al terminar los médicos le ordenaron comer una barrita energética y realizar algunas flexiones para desentumecer sus huesos y músculos.
     Mientras observaba el paisaje marciano, cavilando sobre cuál iba a ser su siguiente paso, una figura imponente por su altura se encaminó hacia él. Era evidente que Paco era el objetivo de sus pasos, pero este desconocía su propósito. Inquieto, se preguntó: ¿Qué podría querer esa figura de él?
     —Saludos, Paco. Mi nombre es Wara. He sido asignado como tu guía durante tu estancia en Marte. Estoy aquí para ayudarte en todo lo que necesites. Puedo responder a cualquier pregunta que puedas tener y asegurarme de que tengas la mejor experiencia para que hables bien de este planeta cuando vuelvas a la Tierra.
     Paco se encontraba desconcertado sobre cómo saludar a Wara. ¿Era apropiado estrecharle la mano? ¿Quizás un beso en la mejilla? Pensó, molesto, que nadie les había informado sobre las normas de cortesía marciana.
     Wara percibió la incertidumbre en Paco y dijo con voz tranquilizadora:
     —Nos han proporcionado conocimientos sobre las costumbres de saludo humanas. Podemos saludarnos con un apretón de manos, un beso en la mejilla, un beso en los labios, chocar nuestras narices o cualquier otro gesto típico de tu cultura. Incluso el intercambio de fluidos está permitido.
     —Un apretón de manos estará bien —dijo Paco, sintiendo cómo su rostro se teñía de rojo sin que él pudiese evitarlo.
     Wara, percibiendo su incomodidad, intentó tranquilizarlo:
     —Estoy aquí para hacerte sentir a gusto. Si prefieres otro tipo de saludo, solo tienes que decirlo. Estoy dispuesta a cualquier otra forma de saludo, en cualquier momento. Puedo satisfacer todas tus necesidades —Wara fijó la mirada en el rostro enrojecido de Paco más tiempo de lo que se consideraría correcto en la Tierra—. He notado el cambio de color en tu piel. Nos han informado que eso es habitual entre los humanos, que no debemos preocuparnos. Si lo deseas, yo puedo modificar el tono de mi piel para que se asemeje al que tiene ahora tu rostro. Nos han informado que los humanos aprecian mucho la empatía.
     Paco, claramente abrumado, balbuceó:
     —No… no se.. se… rá… necesario. —tartamudeó el hombre, a su pesar. Estaba seguro de que su rostro parecía un tomate en ese preciso instante. Sintió envidia de Wara. Ella podía decidir sobre el color de su piel. Él, no, por desgracia.
     Wara, siempre atenta, inquirió:
     —He observado tu dificultad al hablar. ¿Te gustaría que me comunicara de una manera similar para que te sientas más acompañado? —preguntó Wara, solicita.
     —No, gracias, Wara. No hace falta, de verdad.
     Wara aceptó la orden de Paco, por lo que procedió a continuar la conversación con el siguiente paso:
     —¿Qué deseas realizar en este momento? Podemos ir a donde quiera. Hay muchas opciones a tu disposición. Estoy aquí…
     —Ya lo tengo claro, estás aquí para atender mis necesidades —interrumpió Paco con una sonrisa amistosa—. No hace falta que lo recalques constantemente.
     —De acuerdo, Paco. No lo volveré a decir. Dime, ¿hay algo específico que quisieras hacer ahora? Quiero ayudarte a tener la mejor experiencia posible aquí. Por favor, responde a la pregunta para que pueda proceder con los pasos adecuados para hacer realidad tu petición.
     —Pues… yo… —No tenía ni la más remota idea… ¿Qué podía decir? Paco se quedó pensativo, con una sensación de vacío. Tenía todo un planeta a su disposición y no sabía por dónde empezar. Su frustración era palpable. Se sintió molesto consigo mismo. ¿Cuándo tendría otra posibilidad igual?
     Wara, percibiendo su dilema, respondió con amabilidad:
     —Entiendo que puedas sentirte abrumado. Algunos humanos son indecisos, según tengo entendido. A veces necesitan tiempo para procesar y decidir, y más cuando se enfrentan a nuevos desafíos. Nos han informado que no debemos apurarlos. Cada humano es diferente y necesita un tiempo distinto de respuesta. Tómate el tiempo que necesites, estará aquí para guiarte cuando estés listo.
     Dicho esto, Wara cerró los ojos. Su postura cambió: sus hombros se relajaron y su cuello se dobló hacia delante, llevando su cabeza en una ligera inclinación hacia la derecha. Su respiración se hizo casi imperceptible y todo rastro de tensión en su rostro desapareció.
     —¿Wara? ¿Estás bien? —preguntó Paco, azorado. Se sintió vulnerable y desorientado.
     Miró a su alrededor, buscando algún tipo de indicación o señal de lo que debía hacer a continuación. Un pasajero, más joven que Paco, que había estado siguiendo la conversación desde la distancia, decidió acercarse tras haber esperado respetuosamente a que terminaran. Siempre que podía ayudaba a sus semejantes. Con un gesto amigable, se dispuso a ofrecerle un consejo gratis a Paco:
     —Hola. Wara solo necesita que usted responda a su pregunta, qué desea hacer ahora. Una vez responda se reactivará y continuará la conversación donde la dejó. Es muy sencillo, amigo. Es un protocolo estándar en Marte. Sé que puede ser un poco desconcertante la primera vez que lo ves, pero es completamente normal. Puede estar tranquilo, él está bien.
     —¿Reactivar? ¿Estamos hablando de un robot? ¡Estaba convencido de que Wara era una auténtica marciana! —La desilusión se apoderó de Paco, matizando su voz con un tono de desconcierto y frustración. Se sentía engañado. Había viajado tan lejos con la ilusión de interactuar y socializar con los habitantes genuinos de Marte, no con simples robots, por muy sofisticados que fuesen.
     Después de un breve momento de reflexión, recordó algo en las palabras del joven que le hizo arquear una ceja.
     —Un momento… ¿Dijiste «él» al referirte a Wara? Pensé que tenía una apariencia y denominación femenina. Wara parece nombre de mujer. En la Tierra ningún hombre se llamaría así.
     —Recuerda que esto es Marte, no la Tierra. Wara es un marciano, muy guapo, por cierto. Los marcianos saben cómo reducir sus pulsaciones y su respiración al mínimo, tanto que parece que no están vivos —dijo el joven recalcando que era un marciano del sexo masculino.
     —Entonces, ¿no es una marciana? —insistió. Paco no dejaba de asombrarse. ¿Qué más sorpresas le esperaba en Marte?
     —No. Las marcianas son muy diferentes. Si se cruza con alguna no la podrá olvidar nunca, se lo aseguro, amigo. Ahora me tengo que ir, mi guía me estará buscando. No se inquiete por nada y confíe en Wara.
     Tras agradecer su ayuda desinteresada, Paco habló con Wara. Había tomado una decisión:
     —Quiero explorar el planeta. No conozco nada, por lo que no tengo preferencias. Tienes libertad para que llevarme a dónde quieras. Pero, por favor, no me vuelvas a ofrecer un intercambio de fluidos. Todavía no nos conocemos lo suficiente.
     Wara estalló en risas, asustando a Paco por lo sorpresivo y respondió:
     —Mi objetivo es que tu experiencia sea única y maravillosa y no ser los protagonistas de una comedia intergaláctica. Exploraremos Marte, pero sin fluidos ni narices tocadas. ¡Prometido!

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Fecha Publicación	Valoración Relato
2023-10-08 14:32:23	7

Comentario
Es un relato agradable de leer, lo veo como para público juvenil. Creo que debes revisar algunas repeticiones, hay unas palabras que se reiteran muy cerca una de otra en el texto: "posibles", "además", "diversión". Casi al final dice "tienes libertad para que llevarme". El contenido, ay la verdad no es de mi gusto, me choca un poco que los marcianos estén en calidad de sirvientes nuestros en su propio planeta. Pero esa es la naturaleza humana, supongo. Saludos

Comentario

Es un relato agradable de leer, lo veo como para público juvenil. Creo que debes revisar algunas repeticiones, hay unas palabras que se reiteran muy cerca una de otra en el texto: "posibles", "además", "diversión". Casi al final dice "tienes libertad para que llevarme". El contenido, ay la verdad no es de mi gusto, me choca un poco que los marcianos estén en calidad de sirvientes nuestros en su propio planeta. Pero esa es la naturaleza humana, supongo.
Saludos

Fecha Publicación	Valoración Relato
2023-10-09 08:33:36	4

Comentario
Relato fluido y dinamico, pero no es muy profundo, parece incompleto. La redaccion es basica, pero no considero eso como un problema, es solo que se esperaba un desenlace y fue mas bien un "continuara..."

Fecha Publicación	Valoración Relato
2023-10-11 12:12:58	3

Comentario
Cercano a la estética de Bradbury, la historia se desarrolla amena, pero no pasa más de ello. El chiste es poco final y resulta muy inocente. Recomiendo profundizar en otros aspectos de una relación simbiótica entre humano y marciano.

Fecha Publicación	Valoración Relato
2023-10-11 18:00:50	6

Comentario
Muchas gracias por tu relato autor! En mi opinión, tu relato está bien escrito y tiene buen ritmo. No se hace pesado y es fácil de leer. Si creo que podría ayudarte desarrollar una historia con un argumento más elaborado. Cuidado con una repetición de “Además “ que hay al principio del texto. Quedaría más limpio si sustituyeras uno de ellos por otro adverbio. Creo que lo haces muy bien, sigue escribiendo!

Comentario

Muchas gracias por tu relato autor! En mi opinión, tu relato está bien escrito y tiene buen ritmo. No se hace pesado y es fácil de leer. Si creo que podría ayudarte desarrollar una historia con un argumento más elaborado. Cuidado con una repetición de “Además “  que hay al principio del texto. Quedaría más limpio si sustituyeras uno de ellos por otro adverbio. Creo que lo haces muy bien, sigue escribiendo!

Fecha Publicación	Valoración Relato
2023-10-16 20:03:24	8

Comentario
Autor/a, me pareció excelente, pero es algo como el inicio de un relato, me emocioné y me quedé esperando lo que iba a suceder. Me gustó. Bien narrado, hilado, buenos diálogos. Excelente. Algunas correcciones que te sugiero: se.. (falta un punto) / solicita (solícita) / quiera (quieras) / estará (estaré) / socializar (sociabilizar) / para que llevarme (el “que” está demás) / dónde (donde) ¡Suerte!

Comentario

Autor/a, me pareció excelente, pero es algo como el inicio de un relato, me emocioné y me quedé esperando lo que iba a suceder. Me gustó. Bien narrado, hilado, buenos diálogos. Excelente.
Algunas correcciones que te sugiero:
se.. (falta un punto) / solicita (solícita) / quiera (quieras) / estará (estaré) / socializar (sociabilizar) / para que llevarme (el “que” está demás) / dónde (donde)
¡Suerte!

Fecha Publicación	Valoración Relato
2023-10-31 16:03:16	6

Comentario
Gracias al autor o autora por su tiempo y su imaginación. Un relato de ciencia ficción con un aire a las historias marcianas de Ray Bradbury, siempre me ha gustado lo que escribía. Por otro lado, la historia gira en torno a que el protagonista desconoce la existencia de marcianos y cómo son, algo que podría considerarse poco verosímil si tenemos en cuenta que tendrá uno como guía, aunque puedo verlo como aceptable porque el protagonista, de por sí, parece vivir en otro planeta dentro de su cabeza. Con todo, me ha parecido bastante entretenido. Una corrección ortotipográfica habría solucionado diversos problemas, como algún error de puntuación (“a reseñar(,) lo que”, “despegue(.) Al terminar(,) los”, etc.), faltan comillas para algún pensamiento, algunos errores de puntuación de diálogos (“necesidades(.) —Wara”, etc.), algún error de acentuación (“solicita/solícita”), etc. Una corrección de estilo habría trabajado detalles como la sobreabundancia de “Paco”, alguna construcción (“sin contar de la estancia/ sin contar la estancia”, “para que llevarme/ para llevarme”), algún galicismo (“a/que reseñar”), algún gerundio incorrecto (“explicándolo”), términos inadecuados (p. ej.: los huesos no se entumecen), algún posesivo para partes del cuerpo, alguna forma verbal (“estará/é aquí para guiarte”), etc. Habría puntuado más alto si el aspecto lingüístico hubiese estado más cuidado.

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Gracias al autor o autora por su tiempo y su imaginación. Un relato de ciencia ficción con un aire a las historias marcianas de Ray Bradbury, siempre me ha gustado lo que escribía. Por otro lado, la historia gira en torno a que el protagonista desconoce la existencia de marcianos y cómo son, algo que podría considerarse poco verosímil si tenemos en cuenta que tendrá uno como guía, aunque puedo verlo como aceptable porque el protagonista, de por sí, parece vivir en otro planeta dentro de su cabeza. Con todo, me ha parecido bastante entretenido.

Una corrección ortotipográfica habría solucionado diversos problemas, como algún error de puntuación (“a reseñar(,) lo que”, “despegue(.) Al terminar(,) los”, etc.), faltan comillas para algún pensamiento, algunos errores de puntuación de diálogos (“necesidades(.) —Wara”, etc.), algún error de acentuación (“solicita/solícita”), etc. Una corrección de estilo habría trabajado detalles como la sobreabundancia de “Paco”, alguna construcción (“sin contar de la estancia/ sin contar la estancia”, “para que llevarme/ para llevarme”), algún galicismo (“a/que reseñar”), algún gerundio incorrecto (“explicándolo”), términos inadecuados (p. ej.: los huesos no se entumecen), algún posesivo para partes del cuerpo, alguna forma verbal (“estará/é aquí para guiarte”), etc. Habría puntuado más alto si el aspecto lingüístico hubiese estado más cuidado.

Fecha Publicación	Valoración Relato
2023-11-02 18:39:23	5

Comentario
Autor /a. Tu relato es entretenido y su lectura es ágil. Creo que la historia te ha quedado bastante plana aunque has intentado que el final tuviera un poco de humor. Si me lo permites, deberías revisar el texto y eliminar las reiteraciones. ¡Suerte!

Fecha Publicación	Valoración Relato
2023-11-02 19:58:32	6

Comentario
El relato es divertido, y de mi género favorito, CiFi. He recordado los momentos humorísticos de un libro y, de hecho, me han dado ganas de volver a leer: guía del autoestopista intergaláctico. Da la sensación de que Paco está un poco fuera de onda, es como una persona de 2023 en el futuro, como el imaginar a Wara marciana. Gracias autor, me ha gustado mucho tu relato.

Fecha Publicación	Valoración Relato
2023-11-16 07:47:10	6

Comentario
No hay cierre completo, es un cobtinuará… Se repiten algunas palabras como médico o inscribir-inscripciones. Me faltó una mejor descripción de la marciana. De hecho, no tengo claro si es una extraterrestre con forma humana, un robot o un bicho raro de aspecto xenomorfo. Aun así, me parece bien escrito y un buen pie de toque para empezar algo grande. Gracias por el cuento, autor. Sigue escribiendo.

Comentario

No hay cierre completo, es un cobtinuará… Se repiten algunas palabras como médico o inscribir-inscripciones.  Me faltó una mejor descripción de la marciana. De hecho, no tengo claro si es una extraterrestre con forma humana, un robot o un bicho raro de aspecto xenomorfo. Aun así, me parece bien escrito y un buen pie de toque para empezar algo grande.
Gracias por el cuento, autor. Sigue escribiendo.

Fecha Publicación	Valoración Relato
2023-11-29 19:53:42	6

Comentario
¡Madre mía, cuatrocientos cincuenta días!, ya podía ser bueno el entretenimiento. Me ha gustado el diálogo entre Paco y Wara. El relato entretiene y se lee con agrado. Esperemos que al final sea un mes provechoso.

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