Relato 33 - Historias de ciencia ficción

 

Me desconecto de mi toma de energía diaria. Mi pelo multicolor, brilla como nunca. Soy uno de los pocos cops que pueden presumir de tener una melena con todos los matices de colores. Es muy difícil para los hacedores conseguir semejante conjunción de colores en una cabellera, así que soy uno de los afortunados que puede lucir todos los matices de luz sobre mi cabeza. Recién recargado, mi pelo brilla más, al igual que el recubrimiento de mi superficie, todo yo me siento renovado, vivificado con la energía nueva que me recorre.

Salgo de mi cápsula recargadora y me enfrento a un nuevo día en Burb. La construcción resplandece como siempre. Nuestro sol artificial, nuestra energía candente, ilumina todos y cada uno de los rincones de la misma. Las miles de fusiones de átomos que se dan en cada  segundo, permiten que ésta sea hasta el momento, infinita. Hay una historia que todos los cops llevamos grabada en alguna de nuestras cientos de micro tarjetas de memoria. Los hacedores han querido preservarla, y así, todos los cops la llevamos incorporada desde el momento de nuestra creación. El recuerdo colectivo nos habla de otra fuente de energía, una fuente natural que existió hace miles de años también llamada sol. Para un cops, no deja de resultar extraño el pensar en algo “natural”, cuando Burb y nosotros mismos existimos gracias a los hacedores. Todo yo, todo lo que abarca mi mirada, ha sido creado, ideado por los hacedores. Pero parece ser, que en una existencia anterior, existía solamente un sumo hacedor llamado Naturaleza. Éste, debía ser inmensamente poderoso, ya que sin intervención mecánica de ningún tipo, conseguía crear organismos complejos. Sin ir más lejos, mi cabellera es un pequeño homenaje a una obra de ese extinto hacedor. Deriva de un fenómeno natural, llamado en su día arco iris. He podido contemplar hologramas del mismo, se me hace difícil imaginar algo así, una construcción tan etérea como un holograma, y a la vez real. La fuente de energía natural llamada sol desapareció, y con ella, la inmensa obra del hacedor primigenio. Mi  capacidad de raciocinio complejo, me lleva a imaginar una debacle semejante en el caso de que nuestra fuente de energía, nuestro sol particular, se apagara. Sin posibilidad de recargarnos, estaríamos abocados también a la desaparición. Sobrevivirían aquellos que han sido dotados de baterías de extra-larga duración, pero ¿qué sería de nosotros, los sencillos cops, con nuestra necesidad de recarga diaria? En aquella primera extinción solar, existía también otra especie de cops, similares a nosotros, aunque completamente distintos. Ellos, eran creaciones naturales, seres complejos hechos de materia viva, sin intervención de ningún tipo de silicio, sin chips, sin centros de memorias. Su recuerdo está presente, y alguna imagen que otra conservada gracias a los útiles hologramas. Eran seres inestables, tanto física como mentalmente, aún así, algo especial debía habitar en ellos, cuando fueron capaces de ser los precursores del mundo  que disfrutamos hoy. Al igual que su supremo hacedor había sido la Naturaleza, para buscar a nuestros primigenios hacedores, tendríamos que remontarnos y buscar entre esa raza llamada humana. Cuando aquel antiguo sol desapareció, fueron de los primeros en desaparecer, sobrevivieron algunas de sus creaciones y gracias a ellas y al poder de adaptación que fueron capaces de desarrollar, fue surgiendo Burb. Primero como un pequeño reducto de luz dentro de la oscuridad reinante, ahora, como una inmensa burbuja brillante donde se desarrolla toda la actividad que alberga este planeta que hace milenios era azul, y ahora simplemente es oscuro, prácticamente negro, allí donde la luz de Burb no puede llegar.

Historias… los cops nos referimos a ellas como historias de ciencia ficción, porque aún teniendo la certeza de que un día algo así existió, nos resulta completamente imposible imaginarlo como real.

Llego a mi unidad de trabajo, apago mi memoria, me encamino al ala que tengo asignada, allí llevaré a cabo, junto con otros cops, las instrucciones de los hacedores, así, entre todos, vamos construyendo cada día una Burb más brillante, más grande. Una Burb que pueda llegar a iluminar toda la oscuridad de este planeta, quizás no podamos recuperar su antiguo color azul, pero al menos intentaremos que todo él pueda volver a estar habitado, disponible para los cops que próximamente serán creados, los cops de nueva generación. Dicen que éstos tendrán una mayor duración que la nuestra, no se limitaran a las 365.000 recargas, sino que dispondrán hasta del doble y del triple. Y esto, aunque yo no llegaré a procesarlo con mis terminaciones oculares, si que no es para nada ciencia ficción.  Llevo ya 364.102 recargas, éstas están contadas, mi función está llegando a su final. Mi final será como el de todos los cops antes de mí, fusionarnos en el gran sol, desleírnos entre los átomos, fundirnos para así, seguir iluminando Burd. 

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