Microrrelato número 5 - En soledad
El sol se ocultó tras los muros del cementerio que se elevaba en la colina y las sombras comenzaron a extenderse carretera abajo. Los cipreses que bordeaban el camino se fueron alejando en un silencio roto, tan solo, por el motor de su utilitario.
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—No puedo dejar de pensar en mamá —dijo sollozando mientras soltaba la mano derecha del volante para acomodarse las gafas de sol. —No puedo quitarme de la cabeza lo sola que se queda allí arriba.
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—Fue un domingo por la tarde, casi anocheciendo, como ahora. —murmuró el anciano con la mirada perdida en un llavero en forma de crucifijo que colgaba del salpicadero.
—Tus abuelos y yo regresábamos a casa después de merendar en un bar de carretera. Al pasar con el coche ante la puerta de un cuartel, me fijé en un soldado, en cómo montaba guardia en su garita y en la soledad en que quedaba cuando lo dejamos atrás. Dos semanas más tarde, mientras el toque de oración resonaba en los muros de aquel destacamento, era de mí de quien se alejaba el coche de tus abuelos. |