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Por una parte, me encuentro con que el autor o autora ha descrito a la perfección lo que haría un forcado: desafiar, gracias a su pericia y a su forma física, al astado hasta límites insospechables sin implicarle ningún tipo de sufrimiento físico. Pero me encuentro con un "resultaba ser Manuel..." (¿verbo antes que sujeto?), y con un Manuel que se multiplica a lo largo del texto con más prodigalidad que los panes y los peces del sermón de la montaña que, sintiéndolo mucho, me impiden, junto a un final que no me ha sorprendido, concederle a este relato una puntuación alta.
Puntuación: 3

Acabo de enterarme de que el sujeto no puede ir detrás del verbo...me gusta aprender cosas todos los días...

Me ha parecido una historia muy básica. O sea, no ocurre nada excepcional que no hayamos visto o escuchado alguna vez. En ese sentido, no despierta mi interés. Por otro lado, está escrito prácticamente como si fuera una crónica y, curiosamente, esto le otorga una austeridad que le viene muy bien para transmitir la crudeza de su final. Ese tono tan neutro no me suele convencer, pero he de reconocer que, en este caso, no le ha venido del todo mal. No es que llegue a impactar, pero al menos te deja mal cuerpo; te remueve algo por dentro. Y eso, siempre es de agradecer.

Firmin escribió:Acabo de enterarme de que el sujeto no puede ir detrás del verbo...me gusta aprender cosas todos los días...

No he afirmado que el sujeto no pueda ir detrás del verbo. Pero, como he dado a entender con el signo de interrogación, me resulta extraño, ya que, al menos por lo que tengo entendido, el orden es el siguiente: sujeto + verbo + complemento directo + complemento indirecto + complemento circunstancial. Pero bueno, tampoco soy ningún experto en la materia como para afirmar o contradecir nada. Simplemente se trata,insisto, de algo que siempre he creído que era así.

Es una pena los fallos en este relato. Samuel, se multiplica demasiadas veces, estoy de acuerdo y añado también que falta, en practicamente todas las ocasiones, la coma que ha de acompañar a cualquier vocativo. Quiero ser rigurosa a la hora de puntuar.


Mi puntuación: 4

Tiene poco de interés este microrelato, no cuenta nada que ya se sepa. Una historia muy elemental. Siempre hay más oportunidad para mejorar.
Muchas gracia por tu aportación y que tenga suerte, nunca se sabe.
Puntuación 3

La historia no es nada original pero está explicado con sencillez y a veces se agradece.
Lectura amena.
Mi puntuación 5.

triste historia con los toros de telón de fondo, con lo delicado que está ese tema a día de hoy. Puntuación, 4

A mi me ha parecido un relato bastante bien escrito, tal vez pecando de un tono algo aseptico, pero el momento en la plaza se visualiza perfectamente, y el final, aunque no sorprende, por su brevedad aumenta en su crudeza.

PUNTUACIÓN: 6

Un microrrelato sencillo, bien contado aunque con un estilo demasiado telegráfico lo que se traduce en una falta de emoción, tanto en el escritor en el momento de escribirlo como en el lector en el momento de leerlo.

Gracias al autor/a por su participación.

Un microrrelato que trata un tema bastante habitual en esa fiesta y que desgraciadamente han experimentado varios jóvenes y no tan jóvenes. Lo que destaco de esta microhistoria es la buena descripción que hace su autor o autora del personaje: sus emociones, su entusiasmo y su valor. Lamentablemente, el final, aún siendo previsible, no deja de ser una buena lección.

¡Saludos y mucha suerte!

Valoración: 8

Mi nota: 5

Buenas.

Una historia que bien puede haber pasado un puñado de veces, y que podría ser una crónica periodística de sucesos en las fiestas de cualquier pueblo. Salvo alguna coma, que me falta, no se encuentan errores.

Puntuación: 5

Saludos.