"LOS SUEÑOS DE SABINA", EN AMAZON Y SMASHWORDS
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"LOS SUEÑOS DE SABINA", EN AMAZON Y SMASHWORDS
Hola a todos,
Por fin, después de dos años de cautiverio en un cajón, y tras un arrebato, "Los sueños de Sabina" han visto la luz. Tardé también dos años en escribirla, así que no puedo decir que su gestación haya sido fácil. No he intentado publicarla por otros medios, llamadle miedo escénico si queréis, o miedo al rechazo, o culpad a la crisis, pero sólo ha pisado el despacho de un agente literario y ya está. Ahí quedó todo. Así que hoy estoy absolutamente emocionada y entusiasmada. Por fin, he dado el paso. Si visitáis mi blog, encontraréis un vídeo que no os podéis perder antes de empezar a leerla, porque os pondrá sobre el escenario en el que está inspirada.
La novela está ahora en Amazon y en Smashwords. Me encantaría que le echárais un vistazo, hay un porcentaje que se puede leer de manera gratuíta y luego el lector decide si quiere o no comprarla. En Smashwords, además, la tenéis disponible en muchos formatos (EPUB, WORD, PDF...). Os dejo el link con los sitios:
http://www.amazon.es/s/ref=nb_sb_noss?_ ... +de+sabina
https://www.smashwords.com/books/view/143062
http://www.lossuenosdesabina.blogspot.com (aquí también tenéis 2 capítulos y la sinopsis)
Gracias por vuestro tiempo. Espero que la disfrutéis.
Por fin, después de dos años de cautiverio en un cajón, y tras un arrebato, "Los sueños de Sabina" han visto la luz. Tardé también dos años en escribirla, así que no puedo decir que su gestación haya sido fácil. No he intentado publicarla por otros medios, llamadle miedo escénico si queréis, o miedo al rechazo, o culpad a la crisis, pero sólo ha pisado el despacho de un agente literario y ya está. Ahí quedó todo. Así que hoy estoy absolutamente emocionada y entusiasmada. Por fin, he dado el paso. Si visitáis mi blog, encontraréis un vídeo que no os podéis perder antes de empezar a leerla, porque os pondrá sobre el escenario en el que está inspirada.
La novela está ahora en Amazon y en Smashwords. Me encantaría que le echárais un vistazo, hay un porcentaje que se puede leer de manera gratuíta y luego el lector decide si quiere o no comprarla. En Smashwords, además, la tenéis disponible en muchos formatos (EPUB, WORD, PDF...). Os dejo el link con los sitios:
http://www.amazon.es/s/ref=nb_sb_noss?_ ... +de+sabina
https://www.smashwords.com/books/view/143062
http://www.lossuenosdesabina.blogspot.com (aquí también tenéis 2 capítulos y la sinopsis)
Gracias por vuestro tiempo. Espero que la disfrutéis.
Última edición por lossuenosdesabina el Mié Abr 04, 2012 9:05 am, editado 1 vez en total.
Re: "LOS SUEÑOS DE SABINA", EN AMAZON Y SMASHWORDS
He estado echando un vistazo a tu blog, y menuda sorpresa ver que el escenario donde se desarrolla la historia es el antiguo Hospital de San Carlos de Aranjuez....
Lectura segura para el mes que viene...
Saludos
Lectura segura para el mes que viene...
Saludos
JL
http://30dediferencia.wordpress.com
Leyendo: El vigilante, Peter Terrin.
Último leído: Mediohombre, Alber Vázquez.
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Re: "LOS SUEÑOS DE SABINA", EN AMAZON Y SMASHWORDS
Hola, Jose Luis,
La sorpresa es mía!
Encontrarme a alguien en este foro que conozca el "antiguo Hospital de San Carlos" me emociona mucho. ¿Has visto el vídeo del interior del edificio? Es escalofriante. En el blog explico cómo surgió la idea de escribir "Los sueños de Sabina".
Me encantaría que leyeras la novela y que me dieras tu opinión.
Gracias por escribir. Un saludo.
www.lossuenosdesabina.blogspot.com
La sorpresa es mía!
Encontrarme a alguien en este foro que conozca el "antiguo Hospital de San Carlos" me emociona mucho. ¿Has visto el vídeo del interior del edificio? Es escalofriante. En el blog explico cómo surgió la idea de escribir "Los sueños de Sabina".
Me encantaría que leyeras la novela y que me dieras tu opinión.
Gracias por escribir. Un saludo.
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Re: "LOS SUEÑOS DE SABINA", EN AMAZON Y SMASHWORDS

Algún paseo di después en años mozos (en alguno llegó a aparecer hasta la policía), saltando la verja y recorriendo las dependencias haciendo alguna trastada. Aún recuerdo cuando en la parte trasera, en la Calle Capitán, estaba situado el deposito de cadáveres...
El intento posterior de convertirlo en museo, y el estado total de abandono en que iba cayendo y posteriormente los intentos de convertirlo en hotel o similar.
También unos amigos tocaban allí y más de una vez estuve con ellos recorriendo el edificio...
Leeré la novela, me la apunto para el próximo mes que este aún tiene unas cuantas lecturas pendientes, ya lo reseñaré en el blog y te comentaré mis impresiones.
JL
http://30dediferencia.wordpress.com
Leyendo: El vigilante, Peter Terrin.
Último leído: Mediohombre, Alber Vázquez.
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Re: "LOS SUEÑOS DE SABINA", EN AMAZON Y SMASHWORDS
Pues sí, yo también viví aquella época que comentas. Cuando lo leas, verás que hay mucho de lo que es el edificio en realidad, pero también mucho de ficción, y no te adelanto más...
¡Qué responsabilidad! Espero tus comentarios como agua de mayo.
Gracias!
¡Qué responsabilidad! Espero tus comentarios como agua de mayo.
Gracias!
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Re: "LOS SUEÑOS DE SABINA", EN AMAZON Y SMASHWORDS
NOTA: el blog está en construcción actualmente. Si accedéis a él, puede que no encontréis todo el contenido del que dispondrá finalmente o que no se vea correctamente. Disculpad las molestias.
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Re: "LOS SUEÑOS DE SABINA", EN AMAZON Y SMASHWORDS
Hola de nuevo,
sin ánimo de ser prepotente, os quiero poner por aquí algunos fragmentos de los primeros capítulos de la novela, . Espero que os gusten y que os animéis a leerla.
"Por fin, llegaron hasta una robusta puerta de grandes dimensiones. Estaba cerrada. Luis sacó de su bolsillo una gran llave antigua, la metió en la cerradura y la giró un par de veces, el eco de los golpes era ensordecedor. Sabina esperaba impacientemente junto a él observando todos sus movimientos. Se dio cuenta entonces de que los nervios la estaban haciendo tiritar. Con la mano apoyada sobre el picaporte de bronce, el hombre se volvió hacia Sabina y con voz profunda le dijo:
- Adelante, señorita. ¡Bienvenida al pasado!
Sabina empujó la pesada puerta despacio, con la incertidumbre del que no sabe si le espera el infierno o la gloria, la decepción o la grandeza, pero algo le decía que nada malo habría de ver, y no se equivocó. En efecto, ante ella estaba la magia del pasado. Había viajado dos siglos en el tiempo tan sólo dando unos pasos. Estaba tan atónita que no le salían las palabras. Parecía imposible que aquella magnífica biblioteca pudiera conservarse impertérrita en un edificio devastado. Libros, miles de libros yacían acomodados en dos plantas de estanterías, las de arriba inalcanzables, las de abajo tan cerca de sus manos que podía imaginar su tacto.
Sabina exploraba cada detalle de la sala mientras caminaba despacio sobre la madera crujiente; miraba arriba y abajo, a derecha y a izquierda; todo, absolutamente todo le resultaba asombroso.
En el techo, una gran cúpula decorada con frescos bien conservados ofrecía contraste y estímulo a la vista. Mujeres exuberantes compartiendo hombres entregados protagonizaban escenas de un provocador erotismo, sabiamente coloreadas en una variedad infinita de colores, algunos estridentes, otros suaves, pero todos bien empleados.
“Sin duda, el autor sabía lo que pintaba. No ha ahorrado en detalles – pensaba Sabina mientras contemplaba con detenimiento tan magnífica obra de arte”.
Mientras, Luis permanecía junto a la puerta observando, con una discreta sonrisa, la fascinación de la mujer."
Y parte del segundo capítulo:
"Llevaba tres días sin dormir, pensando en cómo podría cambiar la voluntad de sus padres.
- Padre, despóseme con cualquier hombre que consideren digno de integrar en nuestra familia – le pidió la tarde anterior.
- Mariana, ningún matrimonio podría hacer que el nombre de nuestra familia recobrara su brillo.
A escasos minutos de su marcha definitiva, se sostenía a duras penas sobre sus piernas, estaba débil, cansada. No llevaba ningún bagaje con ella, pues dentro del convento no se admitían objetos personales. La ruptura con el pasado debía ser contundente y definitiva. Su padre se había encargado de ceder a la Iglesia una generosa dote – a cambio de su admisión – que comprendía una gran parte de su patrimonio, ése que Mariana debía haber heredado y que ya no habría de disfrutar nunca.
El cochero había preparado el coche de caballos ante la puerta de la casa y el lacayo pasó al recibidor a anunciar su llegada. El relinchar de los animales hizo que el corazón de Mariana latiera con más fuerza que nunca y, aunque ya se había resignado a cumplir la voluntad de sus padres y nada hizo por rebelarse, no pudo evitar llorar. El momento de abandonar su vida había llegado. Sus rodillas empezaron a temblar tan fuerte que se golpeaban entre sí. Desde el centro del salón, se volvió hacia el lugar donde estaba su padre.
- Padre ¡clemencia! No quiero ser monja – rogó Mariana.
- Nada podemos hacer por evitarlo. Es tu deber servir a Dios y honrar a tu familia – contestó su padre impertérrito.
- ¡Antes prefiero morir! ¿Por qué no me clava un puñal y me lleva de esta vida injusta? Si no lo hace usted, lo haré yo misma – aseguró Mariana.
- No lo harás, porque el infierno te esperaría entonces para toda la eternidad. Lo sabes.
- ¿Y qué me espera dentro de esos muros? ¿el cielo? – Mariana estaba crispada.
- El perdón – concluyó su padre.
El hombre tomó su capa y su sombrero de las manos de un sirviente y el bastón que había apoyado en la pared y salió por la puerta sin mirar a su hija, que permanecía quieta, sollozando y lamentándose en voz baja en el centro del recibidor, mientras por sus piernas resbalaba el orín hasta formar un charco en el suelo que asomaba como una lengua por debajo de su vestido.
- Madre – se volvió para mirarla - ¿es que usted no va a decir nada?
- Está todo dicho. La decisión está tomada. Ya has oído a tu padre – respondió con sequedad la madre.
- Abráceme, madre – suplicó Mariana mientras se dirigía con los brazos abiertos hacia ella para recibir su abrazo.
La madre la abrazó con cierta indiferencia, mientras que Mariana esperaba encontrar en el cuerpo menudo de la mujer el calor y el cariño que no recibió en toda su vida."
sin ánimo de ser prepotente, os quiero poner por aquí algunos fragmentos de los primeros capítulos de la novela, . Espero que os gusten y que os animéis a leerla.
"Por fin, llegaron hasta una robusta puerta de grandes dimensiones. Estaba cerrada. Luis sacó de su bolsillo una gran llave antigua, la metió en la cerradura y la giró un par de veces, el eco de los golpes era ensordecedor. Sabina esperaba impacientemente junto a él observando todos sus movimientos. Se dio cuenta entonces de que los nervios la estaban haciendo tiritar. Con la mano apoyada sobre el picaporte de bronce, el hombre se volvió hacia Sabina y con voz profunda le dijo:
- Adelante, señorita. ¡Bienvenida al pasado!
Sabina empujó la pesada puerta despacio, con la incertidumbre del que no sabe si le espera el infierno o la gloria, la decepción o la grandeza, pero algo le decía que nada malo habría de ver, y no se equivocó. En efecto, ante ella estaba la magia del pasado. Había viajado dos siglos en el tiempo tan sólo dando unos pasos. Estaba tan atónita que no le salían las palabras. Parecía imposible que aquella magnífica biblioteca pudiera conservarse impertérrita en un edificio devastado. Libros, miles de libros yacían acomodados en dos plantas de estanterías, las de arriba inalcanzables, las de abajo tan cerca de sus manos que podía imaginar su tacto.
Sabina exploraba cada detalle de la sala mientras caminaba despacio sobre la madera crujiente; miraba arriba y abajo, a derecha y a izquierda; todo, absolutamente todo le resultaba asombroso.
En el techo, una gran cúpula decorada con frescos bien conservados ofrecía contraste y estímulo a la vista. Mujeres exuberantes compartiendo hombres entregados protagonizaban escenas de un provocador erotismo, sabiamente coloreadas en una variedad infinita de colores, algunos estridentes, otros suaves, pero todos bien empleados.
“Sin duda, el autor sabía lo que pintaba. No ha ahorrado en detalles – pensaba Sabina mientras contemplaba con detenimiento tan magnífica obra de arte”.
Mientras, Luis permanecía junto a la puerta observando, con una discreta sonrisa, la fascinación de la mujer."
Y parte del segundo capítulo:
"Llevaba tres días sin dormir, pensando en cómo podría cambiar la voluntad de sus padres.
- Padre, despóseme con cualquier hombre que consideren digno de integrar en nuestra familia – le pidió la tarde anterior.
- Mariana, ningún matrimonio podría hacer que el nombre de nuestra familia recobrara su brillo.
A escasos minutos de su marcha definitiva, se sostenía a duras penas sobre sus piernas, estaba débil, cansada. No llevaba ningún bagaje con ella, pues dentro del convento no se admitían objetos personales. La ruptura con el pasado debía ser contundente y definitiva. Su padre se había encargado de ceder a la Iglesia una generosa dote – a cambio de su admisión – que comprendía una gran parte de su patrimonio, ése que Mariana debía haber heredado y que ya no habría de disfrutar nunca.
El cochero había preparado el coche de caballos ante la puerta de la casa y el lacayo pasó al recibidor a anunciar su llegada. El relinchar de los animales hizo que el corazón de Mariana latiera con más fuerza que nunca y, aunque ya se había resignado a cumplir la voluntad de sus padres y nada hizo por rebelarse, no pudo evitar llorar. El momento de abandonar su vida había llegado. Sus rodillas empezaron a temblar tan fuerte que se golpeaban entre sí. Desde el centro del salón, se volvió hacia el lugar donde estaba su padre.
- Padre ¡clemencia! No quiero ser monja – rogó Mariana.
- Nada podemos hacer por evitarlo. Es tu deber servir a Dios y honrar a tu familia – contestó su padre impertérrito.
- ¡Antes prefiero morir! ¿Por qué no me clava un puñal y me lleva de esta vida injusta? Si no lo hace usted, lo haré yo misma – aseguró Mariana.
- No lo harás, porque el infierno te esperaría entonces para toda la eternidad. Lo sabes.
- ¿Y qué me espera dentro de esos muros? ¿el cielo? – Mariana estaba crispada.
- El perdón – concluyó su padre.
El hombre tomó su capa y su sombrero de las manos de un sirviente y el bastón que había apoyado en la pared y salió por la puerta sin mirar a su hija, que permanecía quieta, sollozando y lamentándose en voz baja en el centro del recibidor, mientras por sus piernas resbalaba el orín hasta formar un charco en el suelo que asomaba como una lengua por debajo de su vestido.
- Madre – se volvió para mirarla - ¿es que usted no va a decir nada?
- Está todo dicho. La decisión está tomada. Ya has oído a tu padre – respondió con sequedad la madre.
- Abráceme, madre – suplicó Mariana mientras se dirigía con los brazos abiertos hacia ella para recibir su abrazo.
La madre la abrazó con cierta indiferencia, mientras que Mariana esperaba encontrar en el cuerpo menudo de la mujer el calor y el cariño que no recibió en toda su vida."
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Re: "LOS SUEÑOS DE SABINA", EN AMAZON Y SMASHWORDS
Hola de nuevo,
sin ánimo de ser prepotente, os quiero poner por aquí algunos fragmentos de los primeros capítulos de la novela, que veo que está el tema muy parado. Espero que os gusten y que os animéis a leerla.
"Por fin, llegaron hasta una robusta puerta de grandes dimensiones. Estaba cerrada. Luis sacó de su bolsillo una gran llave antigua, la metió en la cerradura y la giró un par de veces, el eco de los golpes era ensordecedor. Sabina esperaba impacientemente junto a él observando todos sus movimientos. Se dio cuenta entonces de que los nervios la estaban haciendo tiritar. Con la mano apoyada sobre el picaporte de bronce, el hombre se volvió hacia Sabina y con voz profunda le dijo:
- Adelante, señorita. ¡Bienvenida al pasado!
Sabina empujó la pesada puerta despacio, con la incertidumbre del que no sabe si le espera el infierno o la gloria, la decepción o la grandeza, pero algo le decía que nada malo habría de ver, y no se equivocó. En efecto, ante ella estaba la magia del pasado. Había viajado dos siglos en el tiempo tan sólo dando unos pasos. Estaba tan atónita que no le salían las palabras. Parecía imposible que aquella magnífica biblioteca pudiera conservarse impertérrita en un edificio devastado. Libros, miles de libros yacían acomodados en dos plantas de estanterías, las de arriba inalcanzables, las de abajo tan cerca de sus manos que podía imaginar su tacto.
Sabina exploraba cada detalle de la sala mientras caminaba despacio sobre la madera crujiente; miraba arriba y abajo, a derecha y a izquierda; todo, absolutamente todo le resultaba asombroso.
En el techo, una gran cúpula decorada con frescos bien conservados ofrecía contraste y estímulo a la vista. Mujeres exuberantes compartiendo hombres entregados protagonizaban escenas de un provocador erotismo, sabiamente coloreadas en una variedad infinita de colores, algunos estridentes, otros suaves, pero todos bien empleados.
“Sin duda, el autor sabía lo que pintaba. No ha ahorrado en detalles – pensaba Sabina mientras contemplaba con detenimiento tan magnífica obra de arte”.
Mientras, Luis permanecía junto a la puerta observando, con una discreta sonrisa, la fascinación de la mujer."
Y parte del segundo capítulo:
"Llevaba tres días sin dormir, pensando en cómo podría cambiar la voluntad de sus padres.
- Padre, despóseme con cualquier hombre que consideren digno de integrar en nuestra familia – le pidió la tarde anterior.
- Mariana, ningún matrimonio podría hacer que el nombre de nuestra familia recobrara su brillo.
A escasos minutos de su marcha definitiva, se sostenía a duras penas sobre sus piernas, estaba débil, cansada. No llevaba ningún bagaje con ella, pues dentro del convento no se admitían objetos personales. La ruptura con el pasado debía ser contundente y definitiva. Su padre se había encargado de ceder a la Iglesia una generosa dote – a cambio de su admisión – que comprendía una gran parte de su patrimonio, ése que Mariana debía haber heredado y que ya no habría de disfrutar nunca.
El cochero había preparado el coche de caballos ante la puerta de la casa y el lacayo pasó al recibidor a anunciar su llegada. El relinchar de los animales hizo que el corazón de Mariana latiera con más fuerza que nunca y, aunque ya se había resignado a cumplir la voluntad de sus padres y nada hizo por rebelarse, no pudo evitar llorar. El momento de abandonar su vida había llegado. Sus rodillas empezaron a temblar tan fuerte que se golpeaban entre sí. Desde el centro del salón, se volvió hacia el lugar donde estaba su padre.
- Padre ¡clemencia! No quiero ser monja – rogó Mariana.
- Nada podemos hacer por evitarlo. Es tu deber servir a Dios y honrar a tu familia – contestó su padre impertérrito.
- ¡Antes prefiero morir! ¿Por qué no me clava un puñal y me lleva de esta vida injusta? Si no lo hace usted, lo haré yo misma – aseguró Mariana.
- No lo harás, porque el infierno te esperaría entonces para toda la eternidad. Lo sabes.
- ¿Y qué me espera dentro de esos muros? ¿el cielo? – Mariana estaba crispada.
- El perdón – concluyó su padre.
El hombre tomó su capa y su sombrero de las manos de un sirviente y el bastón que había apoyado en la pared y salió por la puerta sin mirar a su hija, que permanecía quieta, sollozando y lamentándose en voz baja en el centro del recibidor, mientras por sus piernas resbalaba el orín hasta formar un charco en el suelo que asomaba como una lengua por debajo de su vestido.
- Madre – se volvió para mirarla - ¿es que usted no va a decir nada?
- Está todo dicho. La decisión está tomada. Ya has oído a tu padre – respondió con sequedad la madre.
- Abráceme, madre – suplicó Mariana mientras se dirigía con los brazos abiertos hacia ella para recibir su abrazo.
La madre la abrazó con cierta indiferencia, mientras que Mariana esperaba encontrar en el cuerpo menudo de la mujer el calor y el cariño que no recibió en toda su vida."
Un saludo.
sin ánimo de ser prepotente, os quiero poner por aquí algunos fragmentos de los primeros capítulos de la novela, que veo que está el tema muy parado. Espero que os gusten y que os animéis a leerla.
"Por fin, llegaron hasta una robusta puerta de grandes dimensiones. Estaba cerrada. Luis sacó de su bolsillo una gran llave antigua, la metió en la cerradura y la giró un par de veces, el eco de los golpes era ensordecedor. Sabina esperaba impacientemente junto a él observando todos sus movimientos. Se dio cuenta entonces de que los nervios la estaban haciendo tiritar. Con la mano apoyada sobre el picaporte de bronce, el hombre se volvió hacia Sabina y con voz profunda le dijo:
- Adelante, señorita. ¡Bienvenida al pasado!
Sabina empujó la pesada puerta despacio, con la incertidumbre del que no sabe si le espera el infierno o la gloria, la decepción o la grandeza, pero algo le decía que nada malo habría de ver, y no se equivocó. En efecto, ante ella estaba la magia del pasado. Había viajado dos siglos en el tiempo tan sólo dando unos pasos. Estaba tan atónita que no le salían las palabras. Parecía imposible que aquella magnífica biblioteca pudiera conservarse impertérrita en un edificio devastado. Libros, miles de libros yacían acomodados en dos plantas de estanterías, las de arriba inalcanzables, las de abajo tan cerca de sus manos que podía imaginar su tacto.
Sabina exploraba cada detalle de la sala mientras caminaba despacio sobre la madera crujiente; miraba arriba y abajo, a derecha y a izquierda; todo, absolutamente todo le resultaba asombroso.
En el techo, una gran cúpula decorada con frescos bien conservados ofrecía contraste y estímulo a la vista. Mujeres exuberantes compartiendo hombres entregados protagonizaban escenas de un provocador erotismo, sabiamente coloreadas en una variedad infinita de colores, algunos estridentes, otros suaves, pero todos bien empleados.
“Sin duda, el autor sabía lo que pintaba. No ha ahorrado en detalles – pensaba Sabina mientras contemplaba con detenimiento tan magnífica obra de arte”.
Mientras, Luis permanecía junto a la puerta observando, con una discreta sonrisa, la fascinación de la mujer."
Y parte del segundo capítulo:
"Llevaba tres días sin dormir, pensando en cómo podría cambiar la voluntad de sus padres.
- Padre, despóseme con cualquier hombre que consideren digno de integrar en nuestra familia – le pidió la tarde anterior.
- Mariana, ningún matrimonio podría hacer que el nombre de nuestra familia recobrara su brillo.
A escasos minutos de su marcha definitiva, se sostenía a duras penas sobre sus piernas, estaba débil, cansada. No llevaba ningún bagaje con ella, pues dentro del convento no se admitían objetos personales. La ruptura con el pasado debía ser contundente y definitiva. Su padre se había encargado de ceder a la Iglesia una generosa dote – a cambio de su admisión – que comprendía una gran parte de su patrimonio, ése que Mariana debía haber heredado y que ya no habría de disfrutar nunca.
El cochero había preparado el coche de caballos ante la puerta de la casa y el lacayo pasó al recibidor a anunciar su llegada. El relinchar de los animales hizo que el corazón de Mariana latiera con más fuerza que nunca y, aunque ya se había resignado a cumplir la voluntad de sus padres y nada hizo por rebelarse, no pudo evitar llorar. El momento de abandonar su vida había llegado. Sus rodillas empezaron a temblar tan fuerte que se golpeaban entre sí. Desde el centro del salón, se volvió hacia el lugar donde estaba su padre.
- Padre ¡clemencia! No quiero ser monja – rogó Mariana.
- Nada podemos hacer por evitarlo. Es tu deber servir a Dios y honrar a tu familia – contestó su padre impertérrito.
- ¡Antes prefiero morir! ¿Por qué no me clava un puñal y me lleva de esta vida injusta? Si no lo hace usted, lo haré yo misma – aseguró Mariana.
- No lo harás, porque el infierno te esperaría entonces para toda la eternidad. Lo sabes.
- ¿Y qué me espera dentro de esos muros? ¿el cielo? – Mariana estaba crispada.
- El perdón – concluyó su padre.
El hombre tomó su capa y su sombrero de las manos de un sirviente y el bastón que había apoyado en la pared y salió por la puerta sin mirar a su hija, que permanecía quieta, sollozando y lamentándose en voz baja en el centro del recibidor, mientras por sus piernas resbalaba el orín hasta formar un charco en el suelo que asomaba como una lengua por debajo de su vestido.
- Madre – se volvió para mirarla - ¿es que usted no va a decir nada?
- Está todo dicho. La decisión está tomada. Ya has oído a tu padre – respondió con sequedad la madre.
- Abráceme, madre – suplicó Mariana mientras se dirigía con los brazos abiertos hacia ella para recibir su abrazo.
La madre la abrazó con cierta indiferencia, mientras que Mariana esperaba encontrar en el cuerpo menudo de la mujer el calor y el cariño que no recibió en toda su vida."
Un saludo.