Llevaba este libro cargado desde hacía unos meses y no me decidía a leerlo. Al final, animado por el grupo hispano de lectura de goodreaders, me puse con ello. Y así, a bote pronto, decir que me ha gustado pero he ahorrado un pico en cohetes, no creo que sea como para tirarlos por más que sea una opera prima meritoria.
Rascando un poquito más, diría que está bien escrita, sin muchas alharacas, y que, pese a una cierta cantidad de pasajes reflexivos, algunas veces repetitivos, el ritmo es bueno.
La ambientación... bueno, no es de lo más original que haya leído. De hecho me ha recordado mucho a una novelita juvenil que leí hace más de treinta años (Una ciudad en el infierno, donde el infierno estaba aderezado con toxinas). Y si el cilindro del silo lo ensanchamos un poco, podría dar el pego como nave generacional; y de experimentos sociales o accidentes de viaje en ellas hay literatura como para aburrir. Quizás uno de los aspectos que menos he apreciado ha sido el “maniqueismo” que flota en el texto con “malos malísimos” (descendientes espirituales de malvados nefandos, como corresponde) y almas cándidas aunque a la postre reactivas.
Sobre la trama en sí, he preferido la primera mitad, su estilo más discursivo me gusta más que el fragmentado del final, donde en casi cada capítulo es un pequeños golpe de escena. Y coincido con lo que decía xabi1990 en su comentario: casi casi parece que nuestra heroína tuviera una varita mágica en su multiherramienta (o el don de convencer a las piedras con la sola palabra). Una solución demasiado fácil.
Yo le pondría un siete y dejaría las segundas partes para otro momento, aunque me pique la curiosidad saber qué se le puede ocurrir al autor como origen de esta historia.
Opiniones
Llevaba este libro cargado desde hacía unos meses y no me decidía a leerlo. Al final, animado por el grupo hispano de lectura de goodreaders, me puse con ello. Y así, a bote pronto, decir que me ha gustado pero he ahorrado un pico en cohetes, no creo que sea como para tirarlos por más que sea una opera prima meritoria.
Rascando un poquito más, diría que está bien escrita, sin muchas alharacas, y que, pese a una cierta cantidad de pasajes reflexivos, algunas veces repetitivos, el ritmo es bueno.
La ambientación... bueno, no es de lo más original que haya leído. De hecho me ha recordado mucho a una novelita juvenil que leí hace más de treinta años (Una ciudad en el infierno, donde el infierno estaba aderezado con toxinas). Y si el cilindro del silo lo ensanchamos un poco, podría dar el pego como nave generacional; y de experimentos sociales o accidentes de viaje en ellas hay literatura como para aburrir. Quizás uno de los aspectos que menos he apreciado ha sido el “maniqueismo” que flota en el texto con “malos malísimos” (descendientes espirituales de malvados nefandos, como corresponde) y almas cándidas aunque a la postre reactivas.
Sobre la trama en sí, he preferido la primera mitad, su estilo más discursivo me gusta más que el fragmentado del final, donde en casi cada capítulo es un pequeños golpe de escena. Y coincido con lo que decía xabi1990 en su comentario: casi casi parece que nuestra heroína tuviera una varita mágica en su multiherramienta (o el don de convencer a las piedras con la sola palabra). Una solución demasiado fácil.
Yo le pondría un siete y dejaría las segundas partes para otro momento, aunque me pique la curiosidad saber qué se le puede ocurrir al autor como origen de esta historia.